Despidos, negativas de aumentos salariales y discriminación, son las consecuencias que el 29% de las mujeres en México ha experimentado en su vida laboral debido a las molestias menstruales, según un informe de Dalia Empower y Plenna, en alianza con Essity.
El estudio titulado "Menstruación y productividad laboral: el tabú que impacta el resultado del negocio" destaca cómo la menstruación puede obstaculizar la trayectoria profesional de las mujeres, y revela que el 45% de las mujeres se han ausentado del trabajo por días u horas debido a las molestias menstruales.
El miedo a ser percibidas como menos capaces o poco comprometidas profesionalmente perpetúa un ciclo de discriminación y desigualdad, pues el 56% de las encuestadas no informa que sus ausencias se deben a molestias menstruales por temor a repercusiones laborales.
Incluso cuando asisten al trabajo, el 91% de las mujeres siente que su productividad disminuye durante la menstruación. Esta disminución de la productividad se debe a las molestias físicas como cólicos (que afectan al 95% de las mujeres), dismenorrea, endometriosis y otras condiciones que causan dolor agudo, hemorragias intensas y fatiga.
"Estos resultados reflejan una realidad clara: la menstruación es un factor que impacta la vida laboral de las mujeres y personas menstruantes, tanto en su bienestar físico como en su productividad" ( Informe Menstruación y productividad laboral.)
Políticas menstruales
El informe también evidenció que sólo el 5% de las empresas en México han implementado políticas relacionadas con las molestias menstruales, como licencias menstruales, flexibilidad horaria o la opción de trabajo desde casa.
Esta falta de apoyo institucionalizado deja a las mujeres sin recursos para manejar sus síntomas y cumplir con sus responsabilidades laborales. El 16% de las empresas que no tienen políticas sobre la menstruación considera que no es necesario abordarlo, y el 86% simplemente no lo ha discutido.
La falta de políticas de apoyo a la salud menstrual no solo afecta el bienestar de las empleadas, sino que también tiene un impacto económico significativo. Se estima que si se implementaran acciones para incluir a 8.2 millones de mujeres en la economía, el PIB de México podría aumentar un 15% para 2030.
Actualmente las licencias menstruales son escasas: sólo se otorgan en cuatro estados de la república: Colima, Hidalgo, Nuevo León y Michoacán y únicamente el 9% de las mujeres que se encuentran en los estados donde está legislado, señaló haber tomado alguna licencia menstrual, pero el 75% dijo haber tenido problemas para poder tomarlas.
Ante este panorama, el informe enfatiza la necesidad de un cambio cultural y estructural en el mundo laboral mexicano. Dalia Empower y Plenna proponen las siguientes recomendaciones:
- Implementar políticas de diversidad e inclusión que contemplen los malestares menstruales.
- Capacitar a los líderes en temas de sesgos y salud femenina.
- Garantizar el acceso a diagnósticos precisos y tratamientos adecuados para trastornos relacionados con la menstruación.
- Promover la aprobación de licencias menstruales a nivel nacional.
- Fomentar entornos laborales más inclusivos y respetuosos, donde las mujeres se sientan seguras para hablar abiertamente sobre sus necesidades de salud.
"Mientras la menstruación siga siendo un tema tabú en los entornos laborales, seguirá teniendo implicaciones significativas en la retención del talento femenino y, a su vez, en el resultado de negocio de las empresas" (Informe Menstruación y productividad laboral.)