¿Has sentido síntomas premenstruales físicos y emocionales dolorosos que afectan tu vida social, laboral y financiera? A esto se le conoce como Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), un padecimiento que provoca síntomas físicos, emocionales y cognitivos graves, como fiebre, cólicos intensos, depresión intensa, ansiedad, irritabilidad, fatiga, hipersensibilidad auditiva y audiovisual, y dificultad para concentrarse, los cuales desaparecen tras la menstruación.
Aunque en México no existen cifras exactas de la cantidad de mujeres que padecen de TDPM, un estudio del Departamento de Educación e Investigaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Aguascalientes señala que en tan sólo una unidad de servicios médicos, el 34% de las mujeres pacientes padece del trastorno, sin embargo, al día de hoy las cifras varían según la región del país.
Mónica Herrera, divulgadora y fundadora de la Comunidad Hablemos de TDPM, un espacio que ha generado redes de apoyo entre mujeres que padecen del mismo trastorno, fue diagnosticada en 2021 con Trastorno Disfórico Premenstrual, un trastorno endocrino que se presenta en la fase lútea del ciclo menstrual, y afecta alrededor del 5 y 8% de las mujeres en edad reproductiva, según la Asociación de Psiquiatría de los Estados Unidos de Norteamérica (APA, por sus siglas en inglés).
“Normalmente el Trastorno Disfórico Premenstrual se presenta a partir de los 20 años. Sin embargo, yo lo tuve desde que me bajó, que fue a los 13 años. Me daban cólicos muy fuertes, me ponía muy triste, y en ese momento no sabía que eran depresiones, e incluso me llegaba a desmayar por el dolor”, explica Mónica Herrera en entrevista con La Cadera de Eva.
De no detectarse, este padecimiento puede deteriorar la salud de las mujeres y personas menstruantes, sus relaciones personales y su entornos. En 2013, el trastorno fue incluído en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5, de la APA y en 2019 fue reconocido como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre la salud menstrual y mental
Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, las mujeres con TDPM y síndrome premenstrual (SPM) tienen más riesgo de suicido que las mujeres sin trastornos premenstruales. Particularmente quienes tienen TDPM tienen casi siete veces más de riesgo de suicidio y cuatro veces más de probabilidades de tener intenciones suicidas, por lo que es necesario recurrir a un diagnostico temprano.
El TDPM afecta tanto la salud mental como la menstrual, y es que el 5% de las mujeres que padecen de este trastorno fallecen por suicidio, explica Herrera, pues estudios han revelado que existe una tendencia suicida entre las mujeres que padecen TDPM.
“A nivel emocional, es como si nos cambiaran el cerebro completamente. Las mujeres que tenemos el TDPM generamos más cortisol y somos hipersensibles y esto nos genera mucha ansiedad”, relata Mónica Herrera.
Un trastorno atravesado por estigmas
En la actualidad, Mónica tiene 40 años de edad, y desde 2023 inició un tratamiento en España con una especialista en medicina integrativa, un enfoque de la medicina que combina la medicina convencional, con prácticas complementarias, sin embargo, no fue hasta los 2021 que recibió un diagnóstico de TDPM, después de presentar síntomas de estrés, agotamiento físico y emocional, y alteraciones en las capacidades cognitivas como en el habla y la memoria.
“Es importante decir que no hay un diagnóstico de laboratorio porque no es un desorden hormonal como tal. Se ha investigado muy poco, falta mucha investigación para saber exactamente cuál es el origen de la enfermedad”.
El TDPM es poco conocido y está acompañado por estigmas relacionados con el tabú alrededor de la menstruación. Los síntomas del trastorno provocan irritabilidad ante situaciones de estrés. “Ese es uno de los síntomas más complicados y en el aspecto social, es difícil explicarlo o decirle a las personas lo que tienes”.
Para Herrera, la ciclicidad del periodo menstrual debe ser reapropiado por las mujeres más allá de los estigmas, y para ello el personal médico, como ginecólogos, endocrinólogos y psiquiatras, debe conocer el padecimiento y mostrar mayor empatía con las mujeres que presentan TDPM.
Y es que en el aspecto social, algunas de las consecuencias más comunes a las que se enfrentan las mujeres tras la incapacidad por TDPM son problemas en el entorno familiar, enfrentamientos de pareja, poca estabilidad financiera e incluso el abandono del trabajo.
¿Qué hacer si sospecho que tengo TDPM?
“Yo les diría tanto a las mujeres que tienen el trastorno como a las mujeres que piensan que lo pueden llegar a tener y las mujeres totalmente sanas, y a las que tienen cualquier otra enfermedad que conozcan su ciclo, que amen su cuerpo. Eso es lo más importante para que nosotras realmente podamos empoderarnos, conocer y amarnos”.
Los síntomas que se deben tener en cuenta para buscar un diagnóstico por Trastorno Disfórico Premenstrual son irritabilidad, fatiga, depresión, ansiedad, cambios físicos y síntomas que incapacitan la vida diaria. Algunas recomendaciones son:
Buscar ayuda en grupos de apoyo y expertos para no atravesar sóla la enfermedad.
Llevar un diagrama menstrual para registrar cambios físicos y emocionales según la fase menstrual. Esto ayuda a identificar las tendencias y cambios en el cuerpo, especialmente en la fase lútea.
Existen tratamientos que involucran anticonceptivos, antidepresivos, terapia psicológica, y el cuidado de una dieta rica en nutrientes y suplementos como la vitamina D, omega 3 y magnesio , acompañados por ejercicio.
“En la fase preovulatoria y ovulatoria, el cuerpo exige energía, puedes hacer clases pesadas, correr, zumba, pesas. Ya cuando estamos en la fase menstrual, lo mejor es relajarnos un poco y hacer ejercicio más suave, por ejemplo, pilates y yoga”.