“Te quedaste tú congelado en la foto del carnet
(fondo verde, camisa amarilla).
Tu foto en la que el tiempo se detuvo:
(la primera con la que te busqué);
Tu foto que hoy es pancarta y fue cartel
Me dejaron sin vos”.
Estos son algunos de los versos que Sandra Ubaté Monroy, buscadora colombiana, dedica a su hermano John Ricardo Ubaté víctima de desaparición forzada. El 19 de mayo de 1995, agentes de la Unidad Antiextorsión y Secuestro (Unase) de la Policía de Cali, Valle del Cauca, Colombia se lo llevaron a él y a Gloria Mireya Bogotá cuando estaban afuera de la clínica Tequendama. Desde entonces han pasado 29 años.
John Ricardo Ubaté Monroy tenía 22 años cuando fue desaparecido. Ese día le llegó una carta de Sandra —que quedó sobre su cama— en la que le dedicaba la canción Sueño con Serpientes de Silvio Rodríguez y en la regadera se le olvidó el escapulario que le regaló su mamá para protegerlo.
Aquel 19 de mayo de 1995, la familia Ubaté Monroy quedó incompleta, cuenta Sandra en entrevista para La Cadera de Eva. Ella se enteró de la desaparición de su hermano al día siguiente por una llamada anónima. Desde ese momento ha intentado encontrarlo.
“Mi vida se rompió... y el proyecto de vida que tenía planeado para ese momento es un proyecto de vida que cambió totalmente para convertirse en una búsqueda que lleva tantos años” (Sandra Ubaté, buscadora colombiana)
Hilos de memoria
Como miles de familiares de personas desaparecidas en México, la búsqueda de verdad, memoria y justicia de Sandra también se ha materializado en el bordado que se convirtió en una herramienta para expresar sus emociones y sentimientos.
Sandra empezó a bordar durante la pandemia, como una forma de protesta y para hacer visible su búsqueda. Comenzó recreando la imagen de su hermano para intentar hacerle una sonrisa ya que su madre le dijo que en las fotos él siempre tenía una expresión seria. Así fue como a través del bordado, Sandra estableció un diálogo con John y empezó a recordar momentos de su infancia y juventud. Esto le permitió contar su historia sin palabras.
"El bordado fue pura soledad, digamos, es no saber qué hacer en la pandemia y también querer protestar” (Sandra Ubaté, buscadora colombiana)
Los bordados de Sandra no se quedaron en la intimidad de su casa, trascendieron al espacio público a través de la exposición “A-bordando la memoria” que se realizó en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano en 2023. La exposición estuvo compuesta por tres piezas:
- Pendular: Un libro textil que representa su búsqueda constante entre la vida y la muerte.
- Escapulario de la memoria: Una pieza que simboliza la protección y la memoria. Consiste en un escapulario con la imagen de su hermano bordada en un lado y un corazón en el otro.
- La chaqueta de la memoria: Una chaqueta que simboliza la resistencia y la lucha por la justicia. Sandra la bordó durante un recorrido simbólico desde su casa en Argentina hasta la Plaza Bolívar en Colombia en las elecciones del país en las que ganó Gustavo Petro, actual presidente de la nación.
De estas piezas, quizá la más significativa es la de escapulario, Sandra explica que este objeto está conectado con la desaparición, pues muchos de ellos han sido identificados por sus familias gracias a este.
Foto: Cortesía Sandra Ubaté
Impactos de la desaparición
Exilios y retornos son periodos que ha vivido Sandra por buscar justicia; el primer año de la desaparición de John tuvo que irse de Colombia debido a amenazas. La violencia política en el país también fue un factor que contribuyó a su decisión de busca seguridad en otro lugar. Así fue como llegó a Chile.
Encontrarse con otros familiares de personas desaparecidas en Chile le sirvió para darse cuenta que no estaba sola, pero también le mostró una perspectiva sobre su futuro; al ver a mujeres mayores que habían estado buscando a sus seres queridos durante años, se dio cuenta que le podía pasar lo mismo a ella, lo que la motivó a seguir luchando.
"En ese momento yo tenía 25 años y dije: "Dios mío ¿cómo pueden llevar tantos años y seguir buscando todavía". Me aterró verlas y me negué a que eso me pasara a mi y aquí estoy en las mismas condiciones han pasado los años, ahora ya me salieron canas, estoy vieja y estoy buscando a mi hermano todavía" (Sandra Ubaté, buscadora colombiana)
Aunque Sandra tuvo que irse de Colombia, nunca dejó de buscar a su hermano. Al ver que las cosas estaban en pausa, decidió volver a su país para seguir exigiendo justicia por él y por Gloria a quien adoptó en su búsqueda como si también fuera su hermana.
En el caso específico de Gloria, Sandra logró demostrar su existencia, algo que fue negado en muchas ocasiones por el Estado colombiano. También encontró a su familia y estuvo con ellos en el proceso de su identificación.
Otros momentos difíciles que ha tenido que enfrentar es que a pesar de claros indicios contra varios exintegrantes de la Unase que participaron en la desaparición forzada de su hermano, estos fueron absueltos. Incluso uno de ellos fue indemnizado por el tiempo que pasó en la cárcel. Sandra se enteró de esto meses después cuando ya había vencido el tiempo legal para apelar la resolución.
Las amenazas la obligaron a irse de nuevo, esta vez a Argentina, donde reside en la actualidad.
Foto: Cortesía Sandra Ubaté
Reconocimiento de la CIDH
El 30 de enero de 2024 el Estado colombiano reconoció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) su responsabilidad en la desaparición de John Ricardo Ubaté y Gloria Mireya Bogotá por no haber investigado los hechos.
El caso llegó a la CIDH después de que Sandra y su familia agotaron todos los recursos legales en Colombia, así lograron que se solictara al Estado colombiano la creación de mecanismos de judicialización y jurisprudencia en torno a la desaparición forzada.
Además, la Agencia Jurídica de Colombia también reconoció su responsabilidad por haber dejado solas a las familias. “Pese a que la investigación penal inició una vez ocurrieron los hechos, tuvo periodos de inactividad prolongados con posterioridad al 14 de octubre de 2005, cuando la Fiscalía suspendió las diligencias por la imposibilidad de identificar a los responsables, así lo manifestó el ente investigador”, señaló la representante quien se comprometió a otorgar la reparación del daño a ambas familias.
Foto: Cortesía Sandra Ubaté
Como te contamos en esta investigación, la desaparición también afecta la salud física, emocional y mental, por lo que la reparación del daño debe ser integral. En el caso de Sandra y su familia que su caso llegara a la CIDH los ayudó a nombrar las heridas que cargan por la ausencia de John Ricardo.
Sandra menciona que su padre tuvo problemas por el consumo excesivo de alcohol y drogas, su madre desarrolló una enfermedad autoinmune llamada síndrome de Sjögren, que no le permite llorar, después de tantas lágrimas que ha derramado por la desaparición de John. Mientras que su hermano pequeño sintió que no solo perdió a su hermano, sino a sus padres, que se sumergieron en la tristeza.
Para el hijo de Sandra también fue muy difícil, pues tiempo después le contó que él sintió que perdió no solo a su tío —a quien veía como figura materna— sino a una parte de su madre. Estos son solo algunos ejemplos de los efectos devastadores de la desaparición forzada en la salud física y emocional de las familias.
A pesar de estos obstáculos lo que mantiene fuerte a Sandra en su búsqueda es la memoria de su hermano, la necesidad de que sus padres tengan paz y el ejemplo de otras mujeres que han luchado durante años por la justicia y la verdad.
"A veces me pregunto si es tan importante encontrarlo, si él siempre está conmigo" (Sandra Ubaté, buscadora colombiana)