En una sociedad donde el consumo de alcohol está profundamente arraigado y socialmente aceptado, las mujeres han enfrentado históricamente una falta de espacios donde puedan hablar abiertamente sobre los desafíos que enfrentan en torno a su relación con esta y otras sustancias.

Ante esa necesidad, la colectiva Cero Cruda está empezando a cambiar este panorama al ofrecer una alternativa inclusiva y consciente para aquellas mujeres que desean reflexionar sobre su relación con el alcohol y otras sustancias, superar estigmas y, si lo desean, modificar su consumo.

Cero Cruda nació a finales de 2019 como una respuesta a la experiencia personal de Lucía Flores, una de las fundadoras, quien decidió dejar de beber alcohol tras sentir los efectos negativos de este en su salud mental. 

Al tomar esta decisión, Lucía se dio cuenta de que no existían muchos espacios donde pudiera compartir su proceso de manera abierta y sin miedo al juicio.

 "Me hubiera gustado poder externar esto no solo con mi psicóloga en algo muy individual, sino tener una comunidad de apoyo, poder hablar con otras mujeres que estuvieran pasando por lo mismo", cuenta Lucía, resaltando la importancia de tener una red de contención emocional.

Con la falta de espacios de apoyo en mente, Lucía se asoció con Mildred Vázquez, psicóloga social e investigadora feminista, quien aportó su experiencia en el estudio de la violencia hacia las mujeres y su vinculo con el consumo de sustancias. 

A través de su trabajo, Mildred observó que muchas mujeres en relaciones de violencia tenían un vínculo problemático con el alcohol, que muchas veces se convertía en un factor que favorecía la revictimización.

 "En muchas historias de violencia hacia las mujeres, el consumo de sustancias, ya sean legales o no, está presente. Esta relación con el alcohol no solo agrava las situaciones de abuso, sino que también impide que las mujeres busquen ayuda", explica Mildred.

Un enfoque colectivo 

A diferencia de programas tradicionales como Alcohólicos Anónimos, que suelen enfocarse en la abstinencia total y en un modelo universal de recuperación, Cero Cruda ofrece un enfoque con perspectiva de género que reconoce las experiencias únicas de las mujeres en relación con el consumo de alcohol

Mientras que en espacios convencionales el problema se aborda desde una óptica generalista, en Cero Cruda se toma en cuenta cómo factores como la violencia de género, las expectativas sociales y la culpa influyen en el consumo de las mujeres. 

"Nosotras entendemos que el consumo de alcohol en las mujeres no solo es una cuestión individual, sino que está atravesado por estructuras sociales que nos afectan de manera distinta", explica Lucía Flores. Por ello, el objetivo no es imponer la abstinencia, sino ofrecer herramientas para que cada mujer pueda reflexionar y tomar decisiones conscientes sobre su bienestar, en un entorno de acompañamiento libre de juicios.

El enfoque de Cero Cruda es único porque aborda la problemática del consumo de alcohol desde una perspectiva de género, reconociendo las diferentes realidades y dificultades que enfrentan las mujeres en relación con el consumo de sustancias. Y es que en el caso de las mujeres, el estigma es mucho más fuerte. 

Mientras que los hombres pueden encontrar más comprensión y apoyo cuando deciden dejar de beber o consumir drogas, las mujeres son mucho más juzgadas, lo que las lleva a postergar la búsqueda de ayuda.

"Las mujeres enfrentan una discriminación mucho mayor por consumir alcohol o drogas ilegalizadas. Ese juicio social y las expectativas de 'comportarse adecuadamente' nos hacen demorarnos más en pedir ayuda". (Mildred)

"La abstinencia es válida para algunas personas, pero no para todas. Lo importante es darles herramientas para que las mujeres tomen decisiones informadas sobre su consumo", dice Lucía, destacando que la propuesta no busca imponer una forma de vida, sino brindar apoyo en el proceso de autoconocimiento y cambio.

El proyecto también se enfrenta a una de las grandes deficiencias del sistema de salud y el acompañamiento psicológico hacia las mujeres: la falta de perspectiva de género. Si bien existen programas y centros de atención al consumo de sustancias, muchos de estos servicios carecen de un enfoque adecuado que contemple las necesidades, experiencias y problemas específicos que enfrentan las mujeres en relación con el alcohol. 

Esto se debe a una falta de sensibilización sobre las diferencias de género y la doble carga que muchas mujeres experimentan, al estar sometidas tanto a las expectativas sociales sobre su comportamiento como a las violencias estructurales.

En este sentido, Cero Cruda se presenta como un modelo alternativo, donde la perspectiva de género está presente en todo momento. Las mujeres son escuchadas en sus experiencias y se les brinda un espacio libre de juicios donde puedan explorar su relación con el alcohol, sin sentirse culpables y avergonzadas. 

Un espacio libre y seguro

"Nosotras queremos que las mujeres se sientan seguras, que se sientan apoyadas en un ambiente donde puedan compartir sus experiencias sin temor a ser juzgadas", comenta Mildred, quien resalta que el objetivo es que las participantes encuentren la libertad de hablar sobre temas complejos, como el abuso del alcohol, sin sentirse estigmatizadas.

El espacio de Cero Cruda es, además, un refugio emocional donde las mujeres pueden reflexionar y procesar sus vivencias, aprender a gestionar sus emociones y tomar decisiones informadas sobre su salud mental. 

"Sabemos que hablar de temas tan delicados puede hacer surgir muchas emociones. Por eso, tratamos de crear un ambiente en el que las mujeres se sientan contenidas. Si en algún momento sienten que es demasiado, tenemos un espacio donde pueden ir a respirar, calmarse y regresar cuando se sientan listas", explica Lucía, quien enfatiza la importancia de ofrecer contención emocional durante todo el proceso.

El objetivo de Cero Cruda es brindar un espacio donde las mujeres se sientan acompañadas en su proceso, sin presiones externas y sin la carga de la vergüenza social.

Las próximas sesiones en línea de Cero Cruda se llevarán a cabo los días 26 de enero, 2 y 9 de febrero, con el propósito de llegar a más mujeres que busquen un espacio para reflexionar sobre su relación con el alcohol. Para más información, pueden seguirlas en Instagram como @cero.cruda.