¡Ni Dios, ni amo, ni género asignado, ni partido, ni marido!, coreaban las mujeres, bisexuales, queer y trans por la avenida Reforma. La Marcha Lencha tomó la Ciudad de México y reivindicó las marchas Pride, este espacio sáfico nació desde el amor entre mujeres para las mujeres, un hecho que, por sí mismo, reta y desencaja al sistema. 

Marcha Lencha fue contracorriente y la manifestación fue puente para denunciar los transfeminicidios y los lesbofeminicidios, visibilizar la comercialización de la comunidad LGBTIQ+ (pinkwashing) y también, cobijó a todas las disidencias lenchas y mujeres cis; todas celebraron el amor, la compañía, la amistad y la hermandad femenina. 

En nuestro país existe un aproximado de 4.6 millones de personas que se identifican como parte de la comunidad LGBTIQ+, es decir, el 4.8% de la población de 15 años en adelante señaló ser lesbiana, bisexual o gay.

La organización Letra Ese señala en su investigación Crímenes de Odio que de 2015 a 2022, existieron un total de 38 lesbofeminicidios, siendo Chihuahua la entidad con el mayor número de incidencias (17). Sin embargo, al pie de página se acota que los crímenes de odio en contra de la comunidad LGBTIQ+ tienden a ser difíciles de contabilizar y es común que queden fuera de todo conteo. 

Marcha Lencha surge en un contexto de violencia patriarcal, transfóbica y de género que atraviesa a México, por ello, es que la celebración de que mujeres se apropien de las calles movidas por la justa rabia y el amor, es un hecho que trasciende. Por ello, La Cadera de Eva recopila el sentir de la activista bisexual, defensora de los derechos de las mujeres y fundadora de Indecidibles que te harán decir: ¡Viva el amor entre mujeres!

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Eli Romano, la mujer sirena

Marcha Lencha ocupó una calle en su primera edición, justo a las afueras de un registro civil; la segunda edición se hizo en el jardín botánico de Chapultepec; este año, las mujeres ocuparon Revolución y partieron hacia Reforma. En estas tres ediciones, Eli Romano ha atestiguado la lucha, la rebeldía y la importancia de encontrarse rodeada de un lugar seguro, cariñoso y reivindicativo

Sí, rebeldía. Marcha Lencha es rebeldía”, explica Eli Romano, para ella, el espíritu se llenó de rebeldía cuando vio a las mujeres romper con los cánones de belleza, la hegemonía e incluso, contra la heteronormatividad del sistema patriarcal. ¿Sabes por qué otra cosa fue rebelde?, cuestiona la activista, porque fue autogestivo, no hubieron marcas ni camiones, las lenchas fueron en contra del capitalismo voraz

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En esta línea, Eli Romano aúna el capitalismo con el poder patriarcal que se extiende por todos los espacios y por supuesto, también dentro de la comunidad LGBTIQ+. Como consultora y tallerista, explica para La Cadera de Eva cómo las empresas incluyentes tienden a contar con un alto número de hombres homosexuales contratados, mientras que difícilmente se encuentra con mujeres bisexuales, lesbianas o trans en estos espacios. “Es que no hay mujeres de la disidencia”, le responden cuando cuestiona este suceso. 

“Partiendo de que los espacios no fueron creados para mujeres y mucho menos de la disidencia, -aunque hayamos existido desde siempre- ocuparlos es revolucionario (...) Claro que existimos, sólo que las mujeres se echan, primero, la chamba del sexismo y después por defender su orientación sexual, por ello, es que visibilizarnos es poner en el imaginario nuestra existencia; existencia de cuerpos diversos, colores y decir: aquí estamos y somos muchas”, explica.

Durante la Marcha Lencha hubo una serie de actividades deportivas, culturales, actos políticos y de festejo, en cada uno de estos hechos las banderas trans, bisexuales, no binarias, polisexuales se ondearon. Esta imagen es la apertura para la lucha conjunta, la inclusión y el recordatorio de que la vida es diversa. Por ello, estos son tres pasajes que comparte la activista Eli Romano y que sucedieron en la Marcha Lencha

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  • Llegando a la Glorieta de las Mujeres que Luchan, la activista se encontró así misma: ella también es una mujer que lucha, desde su trinchera y con lo que puede. Vestida con perlas, un top y una falda iridiscente en honor a la Sirenita, su princesa favorita, Eli Romano se vio rodeada de mucho cariño, las infancias se acercaron con ella por una fotografía: “Yo soy una mujer grande y gorda desde niña, entonces, cuando me vi en la glorieta fue muy mágico porque yo nunca había visto a alguien como yo; yo me convertí en la persona que pueden ver las demás y saber que pueden ser libres”. 

  • En el transitar, las mujeres se abrazaban, saludaban y parecía algo que ella define como “una reunión de preparatoria”. Las participantes no sólo formaban parte de una manifestación de marchar en silencio, por el contrario, era una red gigante de amigas y compañeras, se abrazaban, platicaban y reían juntas. Era común escuchar: ¡qué bueno encontrarnos aquí!, un hecho que conmovió a la activista al saber que ese espacio era de ella y sus compañeras / compañeres; un espacio seguro, de mucha familiaridad y cariño. 

  • La existencia de la Marcha Lencha abre la oportunidad de que las mujeres sáficas, bisexuales o identidades no binarias estén representadas, especialmente, para las infancias y adolescencias; “ver a familias, personas mayores, adolescencias, infancias es vital para que otras personas lleguen a encontrarse con quiénes son. Todo esto con lo que yo no crecí: un mundo diverso", concluye Eli Romano.

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