Deshacernos de prejuicios y normas sociales nos abren un panorama enorme, nos permite explorar el mundo y, más importante, a nosotras mismas, el mundo propio. María del Mar Ramón, escritora colombiana, aborda esto y otras cuestiones en su libro Coger y comer sin culpa. El placer es feminista, conversamos con ella sobre esta publicación y su reciente edición mexicana, así como de su visión ante los afectos y la amistad.
Un pie en Colombia, otro en Argentina, y la mirada en México
María del Mar Ramón es de Bogotá, Colombia; pero reside en Buenos Aires, Argentina. En ambos países ya ha sido reeditado y publicado este libro, quedaba pendiente México y finalmente, este deseo se le ha cumplido. “Me siento muy feliz porque me gusta mucho México, anhelaba esta publicación. Tuve la oportunidad de lograrlo a través de U-Tópicas, un sitio precioso, además de un sello editorial recientemente inaugurado, me emociona mucho poder participar también en esta nueva etapa para el espacio”.
Un viaje al pasado
El lanzamiento de la edición mexicana de Coger y comer sin culpa. El placer es feminista implicó para su autora un proceso de regresar a las ideas y palabras de una Mar más joven: “Ha sido interesante, después de ese libro me dediqué a escribir ficción, y me alejé de usar la escritura como una herramienta política. Es lindo reencontrarme con el libro, al principio tenía miedo y pensaba “dios mío, ¿qué escribí?” porque no lo había revisado hace tiempo, pero me ha gustado dialogar con mis propias ideas de aquel entonces, así como ponerlo a discusión colectiva después de estos años”, comparte María del Mar.
La autora comparte que las ideas y planteamientos que plasmó en este libro han cobrado una dimensión distinta actualmente, tras la evolución y ampliación de los feminismos a nivel Latinoamérica. Al propósito, nos cuenta: “Han sido años bisagra para la ampliación de derechos, desafortunadamente no está siendo lo mismo para Argentina, por las últimas elecciones, las cuales han puesto en riesgo esa conquista de derechos, en ese sentido, creo que el libro sigue siendo un insumo para pensar(nos). Las discusiones colectivas que genere ahora van a ser distintas a las de antes y tengo mucha curiosidad por tenerlas, por ver cómo es recibido el libro y qué clase de preguntas detona”.
También somos los vínculos que hacemos
A través del libro Mar nos comparte cómo fue su relación con diversos aspectos de la vida, desde las relaciones interpersonales hasta con la comida, esto último orientado a los estereotipos que la sociedad ha impuesto a los cuerpos de las mujeres. Romper con las normas sociales que invaden nuestra naturalidad y libertad, era uno de los propósitos que la escritora tenía en este libro: “En ese entonces todavía hacían falta narrativas y voces latinoamericanas que hablaran de estas experiencias en un tono más punk y menos teórico, nosotras, todavía en 2015, leíamos teoría en unas fotocopias, muy europeas o muy gringas. En ese momento me pareció que era necesario usar la primera persona para narrar las experiencias de las mujeres jóvenes en nuestros países”, nos cuenta.
El texto también aborda las relaciones masculinas, nuestras propias relaciones, y cómo pueden perpetuar el pacto patriarcal así como otros tipos de violencias, Mar nos comparte que “más allá de la cuestión de género, hay que analizar la forma en la que nos asociamos en términos de clase. Tendemos a juntarnos con gente que se ve exactamente igual a nosotras y nosotros, eso es lo que nos mantiene alejadas y alejados de sensibilizarnos ante otras experiencias y perspectivas.”
Por otra parte, manifiesta que, por esa y otras razones, es importante ceder la voz a mujeres trans y personas racializadas: “tenemos que dejar de ser las mujeres blancas quienes ocupemos los lugares de las voces públicas”, comenta. “Me preocupa que la amistad pueda ser una forma de replicar nuestras condiciones de interseccionalidad, es una manera de cerrarnos al mundo y prolongar una cantidad de pactos, porque no solo hay pactos de género, hay pactos de clases, de raza, y pueden encontrar cabida en nuestras relaciones”.
“Desaprender a amar, desapredender a relacionarnos y construir un modelo personal es una misión titánica”. (María del Mar Ramón)
En la charla María del Mar Ramón también compartió su idea sobre que no hay un vínculo perfecto, las amistades también implican cariño y, a veces, también dolor y duelo, pero agradece que hayan desbancado la idea de que las mujeres necesitamos el amor romántico como proyecto de vida y que era la única forma que necesitábamos de no envejecer en soledad, ahora también generamos familia y comunidad desde otros lugares.
Coger y comer sin culpa. El placer es feminista está disponible en la tienda física y en línea de U-Tópicas, cuando lo leas, únete a nuestra conversación.