Parece un ritual no escrito pero compartido: pido un viaje en una aplicación de taxis, comparto mi ubicación con mi mamá, quien lo vigila a la distancia, y espero a que me recoja para llevarme al otro lado de la ciudad. Aunque llevo años tomando viajes de aplicación sola, persiste el mismo sentimiento de la primera vez que tomé un viaje de aplicación sola: ansiedad.
Durante el trayecto, observo cada rincón del automóvil, intentando capturar cada detalle que después me ayude a salir de una situación riesgosa; mucho tiempo creí que estaba siendo “paranoica”, sin embargo, esta no es una experiencia única. Mis amigas también se han encontrado en situaciones similares, y esto no es coincidencia.
En la Ciudad de México, un grupo de morras toma el volante para responder a una necesidad urgente desde la movilidad feminista. Los llamados taxis de mujeres para mujeres, o como ellas prefieren nombrarlos, “acompañamientos”, se han convertido en una poderosa forma de resistencia.
Hoy me toca a mí sentirme acompañada por ellas.
En la Alameda Sur, en la alcaldía Coyoacán, me reúno con Diana Zuñiga, o como le gusta que le digan, “Charlie”, conductora aliada. Trae una playera negra con la palabra “AmorrAs” grabada en ella. Unos minutos después nos encontramos con Karina Alba, o “Kari”, como la he llamado a lo largo de nuestras conversaciones por WhatsApp. Ella es fundadora del proyecto y ferviente creyente del poder de la comunidad.
De manera off the record, les platico que, en la mayoría de viajes de aplicación que he tomado, me he sentido pequeña, e inevitablemente, en peligro. Ellas me platican que esa es una de las razones por las que AmorrAs existe, pues el sentimiento es, efectivamente, compartido.
AmorrAs, movilidad feminista
Hace un tiempo, en La Cadera de Eva nos encontramos en redes con un proyecto único: morras conductoras que realizaban viajes exclusivamente para morras. Después de varios meses, por fin nos encontramos en las calles.
AmorrAs es una colectiva feminista que nació el 27 de agosto de 2022, con la intención de crear espacios seguros para mujeres a través de una red de apoyo mutuo. No se trata de un servicio de transporte tradicional, sino de una comunidad basada en un único principio y certeza: "entre morritas nos cuidamos mejor".
Su existencia surge como una forma de resistencia ante la violencia sistémica que enfrentamos las mujeres en México, especialmente en el transporte público.
Karina Alba me platica que la inspiración directa para su creación fueron casos de feminicidio muy sonados como los de Debanhi Escobar y Lidia Gabriela, quien murió en 2022 al saltar de un taxi en movimiento por temor a ser secuestrada. Por ello, AmorrAs se considera una “lucecita en la oscuridad” para mujeres que sienten miedo de moverse solas en un país donde el Estado no garantiza su seguridad.
Actualmente, AmorrAs cuenta con cerca de 50 aliadas en total, 23 de ellas son aliadas conductoras activas, que cubren viajes en todas las alcaldías de la Ciudad de México y ofrecen acompañamientos en aproximadamente 40 municipios del Estado de México. Además, la colectiva también cuenta con aliadas administrativas, psicólogas y abogadas.
Desde la concepción del proyecto en junio de 2022, la colectiva creció exponencialmente en redes sociales. Pasaron de 100 seguidoras a 10 mil en cuestión de días, lo que demuestra la enorme necesidad de espacios seguros que existía, esto se ve reflejado en la cantidad de acompañamientos que realizan al año, un total de aproximadamente dos mil.
“Por un lado nos emociona que hayamos tenido tanto éxito y que hayamos llegado a muchas morritas. Pero al mismo tiempo nos entristece porque eso quiere decir que necesitamos espacios seguros porque nos hemos sentido vulneradas en el transporte o en otros espacios”. (Karina Alba)
Más allá de la lógica capitalista-patriarcal
Si te has preguntado porque a lo largo de la entrevista la palabra “servicio” o “viaje” no ha tenido protagonismo, aquí está la respuesta: la filosofía de AmorrAs se centra en el acompañamiento mutuo en lugar de una relación de clienta-servicio. Aquí, nombrar fuera de la lógica capitalista importa, pues reconfigura la forma en la que entienden las relaciones con otras mujeres: las conductoras son “aliadas” y quienes utilizan el acompañamiento son “acompañadas”.
Así, AmorrAs no solo está transformando la manera en que las morritas nos movemos por la ciudad, también redefine las reglas al poner la colectividad en el centro. Su objetivo va más allá de ofrecer un servicio: busca tejer comunidad, porque entre morritas nos cuidamos mejor.
Entre morritas nos cuidamos mejor y, acompañada de Kari, subimos al carro de Charlie para conversar. “De mis primeros viajes hay uno que recuerdo con mucho cariño, que acompañé a una chica a su escuela y a medio camino se me quedó dormida (...) me encanta que se me queden dormidas, porque eso significa que confían en mí, que confían en el proyecto, que confían en la colectiva y que saben que van a llegar seguras a sus destinos”, responde Charlie cuando le pregunto sobre su primer viaje.
Esta no es una pregunta protocolar, es genuina curiosidad, y es que dentro de la filosofía de AmorrAs se entrelaza el cuidado colectivo, ¿cómo olvidar ese primer momento, en donde la red comienza a tejerse?
"Si no fuera necesario, AmorrAs no existiría” reflexiona Charlie al volante. “Nos buscan porque realmente chicas me han comentado, 'el metro me da miedo. Me da miedo subirme a un taxi, me da miedo pedir un taxi de aplicación'. (...) Necesitamos volver a apropiarnos de los espacios”.
La resistencia de AmorrAs no sólo es sólo una lucha contra la idea preconcebida de que “las mujeres no podemos ser amigas”, sino que en una lucha contra el sistema capitalista: la colectiva no cuenta con una aplicación al estilo feroz de la movilidad comercial, por el contrario, apuestan por un proceso manual, construido por mujeres.
Y es que, caer en la sistematización como una empresa o una aplicación, significaría perder el objetivo de “espejear, de conocernos, de acuerparnos, de caminar juntas”. Mientras converso con ellas en el carro, no me cabe duda que su resistencia es mantenerse humanas, cercanas y fieles a su convicción de que juntas pueden desmantelar un sistema que las ha vulnerado.
AmorrAs te acompaña
“¿Qué significa para ti ser una aliada conductora?”, le pregunto a Charlie “Yo te podría decir en unas dos palabras, salvar vidas. Eso significa para mí”.
Termino mi viaje con Kari y Charlie y recuerdo las palabras de Karina Alba, contundentes y poderosas: “Les diría que está bien que tengan miedo, que es válido que tengan miedo, no es para menos porque estamos en un país que no nos cuida, el estado no nos prioriza y no ve por nuestra seguridad”.
Si como yo, deseas dejar de tener viajes en aplicaciones y tejer redes de acompañamiento, puedes acercarte a sus redes sociales para agendar una cita: