Tras la toma de las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM) en Toluca, el pasado 22 de julio de 2025, activistas, madres y familiares denunciaron la revictimización institucional, así como el riesgo de perder expedientes clave para avanzar en sus procesos de justicia.
Ocho días después, la CEAVEM, a cargo de Rosa María Ramírez Venegas, seguía sin informar públicamente sobre la protesta encabezada por Irene Yashica y el grupo “Holy Yash”, señalados por otras madres y familiares de víctimas de estar coludida con autoridades estatales para debilitar y confrontar a quienes exigen justicia.
El pasado 30 de julio se encendió una nueva alerta: los expedientes de personas víctimas de delitos como feminicidio, desaparición forzada y violencia sexual podrían ser retirados o incluso destruidos, así lo denunció la colectiva de madres buscadoras, Luciérnagas Buscadoras en sus redes sociales.
Esa misma noche, Lorena Gutiérrez, madre buscadora de Fátima Quintana, víctima de feminicidio a los 12 años de edad en Estado de México denunció amenaza contra el expediente de su hija y amenazas en su contra hechas por Irene Yash.
¿Qué han denunciado las colectivas sobre la CEAVEM?
En un comunicado del 5 de agosto, después de movilizarse y diluir el plantón dentro de las instalaciones del CEAVEM el 31 de julio, la colectiva Luciérnagas Buscadoras denunció la inoperancia y complicidad criminal de la comisión y de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), después de proteger a Yashica y brindale recursos para operar a través de un comunicado.
“Resulta aún más alarmante que la misma CEAVEM, a través de un comunicado oficial, haya reconocido que ha financiado públicamente a este grupo, otorgándoles hospedaje, viáticos, transporte y atención psicológica, recursos que legalmente deben estar destinados única y exclusivamente a personas registradas formalmente como víctimas. (...) han permitido que el gobierno del Estado de México pacte con actores que operan al margen de la ley, en una lógica de encubrimiento y revictimización”, se lee en el documento.
Lo que está en juego no son sólo papeles, son las huellas de vidas arrancadas, las exigencias por justicia, memoria y resistencia.
¿Cómo sucedieron los hechos?
En entrevista con La Cadera de Eva, Lorena Gutiérrez relata que ella se enteró de la toma de la comisión el día miércoles 30 de julio, cuando acudió a la Comisión para atender temas pendientes que llevaban 15 días de atraso, relacionados con el caso de su hija Fátima.
Su caso es emblemático, pues tras una década en búsqueda de justicia, finalmente la SCJN emitió un fallo histórico en la lucha contra la impunidad y la violencia feminicida en México, reconociendo la calidad de víctimas a Lorena y su familia para establecer medidas de reparación.
Sin embargo, el camino para familiares de víctimas de feminicidio, como es el caso de Lorena, la justicia no solo llega tarde, si no que la complicidad institucional alerta con retrasar los avances en investigaciones clave, como en el caso del feminicidio de Fátima.
Lorena recuerda que ese día, al llegar, vio un campamento con toldos frente a la comisión, que estaba cerrada y cubierta con hojas que pedían justicia para Holy Yash, hija de Yashica. Su madre dice que fue víctima de violencia sexual, pero algunos medios también afirman, de forma confusa, que fue víctima de feminicidio en Chimalhuacán, Estado de México.
Después de que un servidor público le informó que la Comisión llevaba ocho días de ser tomada, Irene Yashica se acercó a Lorena Gutierrez; le dijo que tenía los papeles y el expediente de Fátima en sus manos, documentos oficiales y confidenciales.
Yashica se burló de Lorena, la acusó de ser una "vendida” del estado, declaró que quemaría los expedientes de las víctimas y finalizó diciendo, de manera brutal: "¿y qué hayan asesinado a tu hija? La mía está viva", según recuerda Lorena Gutiérrez en entrevista.
“¿Con qué derecho tienes tú en tus manos los papeles de mi hija? ¿Con qué derecho tienes tú el expediente de mi hija? Es un documento oficial. Son documentos oficiales, son documentos confidenciales. No solo es el caso de Fátima, es el caso de Daniel”.
Lorena Gutiérrez recuerda la importancia del expediente de su hijo menor, Daniel Emiliano Quintana Gutiérrez, hermano de Fátima, quien enfermó gravemente debido al estrés y la falta de atención médica adecuada en medio de la búsqueda por la justicia. Daniel fue víctima de negligencia, pues se le negó la atención y diagnosticó erróneamente, lo que provocó una fisura que causó su muerte en noviembre de 2020.
Durante los ocho días que duró el plantón, Irene Yashica tuvo acceso al sistema interno de la CEAVEM, incluyendo datos confidenciales de víctimas y, de manera alarmante, a claves de seguridad institucional. Se desconoce si dicha información le fue proporcionada oficialmente, pero diversas suposiciones vinculan estos hechos a una posible colaboración entre autoridades estatales y una coalición entre el grupo de choque y el Estado.
¿Y las autoridades?
“Denunciamos el nulo actuar de las autoridades, la invasión a la privacidad de nuestros documentos, sobre todo de los expedientes de víctimas. No es lo mismo un expediente de fiscalía que un expediente de víctimas”.
Las autoridades han tenido una respuesta y actuación que Lorena Gutiérrez describe como nula, negligente y, en algunos casos, aparentemente cómplice o protectora de la persona que tomó las instalaciones.
Lorena Gutiérrez llamó a la Fiscalía del Estado de México para pedir que enviaran a la policía de género y que explicaran por qué no se le había dado un registro oficial a la persona que tomó las instalaciones, sin embargo, nunca llegaron al lugar ni atendieron sus llamadas.
Por el contrario, Lorena señala que Irene Yashica fue protegida por elementos de la policía municipal, "todo el tiempo” e incluso procuraron su integridad en un hotel cerca de la zona.
“La comisionada Rosa María está dando acceso a la comisión de víctimas y está apoyando a personas que no son víctimas. No solamente es Irene, hay más personas”.
Además, Lorena Gutiérrez señala que existe una clara gestión irregular de los recursos de la comisión, pues desde las colectivas han podido detectar que hay "personas que no son víctimas" que "tienen acceso al fondo y al recurso de las víctimas".
¿Qué es lo que pide Lorena Gutiérrez?
El dolor, que parece no terminar, se escucha en las palabras entrecortadas de Lorena Gutiérrez, una mujer que no ha dejado de luchar desde el 2015, año en que Fátima Quintana, fue víctima de feminicidio.
Los hechos recientes han dificultado aún más la lucha de Lorena, quien exige que se confirme e investigue si el expediente de su hija Fátima permanece resguardado en la Comisión de Víctimas. Le preocupa profundamente que dicho expediente haya sido quemado o que haya salido de la Comisión.
Además, exige que se investigue qué hicieron con los datos confidenciales de los expedientes de las víctimas, y que la intervención de Yashica en la comisión se reconozca como delito grave y una invasión a la privacidad. Este hecho dice lo innegable: Lorena Gutiérrez y su familia se enfrentan nuevamente a un caso de revictimización y vulneración como víctimas, calidad que les fue otorgada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) este año.
En un poderoso mensaje final, Lorena Gutiérrez, que reconoce el dolor con agotamiento, reflexiona para La Cadera de Eva lo siguiente:
“Yo quisiera que entiendan que nosotras necesitamos que nos apoyen, no nos dejen solas, no permitan que nos sigan silenciando. Dense cuenta de las violencias que están ejerciendo después de lo que hemos vivido, después de toda la violencia institucional, de la repetición y de las nulas garantías. Vean lo que está haciendo el gobierno con nosotros. ¿Por qué normalizan que nos sigan asesinando a nuestros hijos y que nos tengan en estas situaciones?
No es bonito vivir lo que la familia de Fátima estamos viviendo. No es bonito venir a este lugar y darte cuenta que no está Daniel. No es bonito regresar y darte cuenta que no está Fátima y que, lejos de que haya justicia, nos siguen violentando, siguen ejerciendo violencia institucional.
Ninguna madre, ningún hermano y ningún sobrino merecen vivir como prisioneros dentro de su propio país, mucho menos con gente inhumana que se burla de tu dolor y con servidores públicos que no sirven para servir.
Sabemos que estamos ante un estado fallido, pero nosotros no somos las asesinas. Nosotras somos las víctimas y sobrevivimos al dolor que ellos, los asesinos, provocaron y al sistema que no te apoya, que está con los asesinos. Los derechos se hicieron para ellos. ¿Y nosotros? ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir soportando la omisión y la indolencia? Lo único que yo le pido a la sociedad es esto, que no nos dejen solas”.