Pedro Martín manda un saludo a las lectoras y lectores desde la Sierra Norte de Puebla en su lengua materna nahua: “namextah Palohuan nanochimej mo ika nochi no yolo aman in tonal” “Los saludos de todo corazón a todas las personas que me escuchan en este día”. 

Con las enseñanzas y la inspiración de su madre, Pedro se convirtió en experto en el bordado y en el telar de cintura. El amor a los textiles y su vocación para diseñar lo llevó a preservar y promover la tradición de los textiles del pueblo indígena nahua de la Sierra Norte de Puebla. 

Pedro Martín es un artesano textil maseual (indígena nahua) originario de Cuauhtamazaco, Cuetzalan del Progreso, Puebla, México. Aprendió desde pequeño a bordar con solo mirar a su tía y se dio cuenta de que tenía un talento artístico porque también podía dibujar a lápiz, tejer con hilo jonote (corteza del árbol de jonote), entre otras habilidades que lo impulsaron a bordar. 

La historia de Pedro Martín Concepción es inspiradora porque logró enfrentar y superar desafíos personales y comunitarios que predominan en nuestro país. Empezó a bordar desde muy pequeño a escondidas porque su padre lo regañaba, ya que debía ocuparse en actividades del campo como sembrar maíz. 

El machismo, un reto superado 

“Empecé a hacer como pequeños bordados, pero lo hacía a escondidas ya que no se me permitía hacer este trabajo o esta expresión porque no se le estaba permitido al hombre que tejiera o que bordara, sino que su oficio era el campo, la milpa, el café y lo demás”, narra Pedro Martín en entrevista con La Cadera de Eva. 

Al inicio de su carrera, ya mayor de edad, siguió enfrentando con el machismo, los estereotipos sociales y la resistencia de algunas personas de su comunidad para practicar el oficio

“Mi padre pues muchas veces me llamó la atención y él estaba inconforme en que no debería de hacer este trabajo porque era una vergüenza para él y entonces él, alcoholizado, muchas veces, yo trabajando hasta 12 de la noche, 12 de la mañana llegaba él tomado, y me decía que si no me alineaba pues me podía ir de su casa”, narra Martín.

Eso lo llevó a irse de la casa de su padre a los 15 años de edad. Fue cuando comenzó a ser ambulante en la ciudad de Puebla. Recuerda que cuando iba a vender y ofrecer sus bordados afuera de las iglesias de la ciudad de Puebla se sintió solo porque ningún artesano de la región lo ayudó en esos momentos. 

Posteriormente, Pedro Martín, quien aprendió a hablar el español a los 14 años de edad, comenzó a ser proveedor de una cooperativa local y se apoyó de un grupo de mujeres de la cabecera municipal y de un grupo de mujeres de Yohualichan (junta auxiliar de Cuetzalan).

Pedro Martín
Pedro Martín

“Entonces, empezaba yo a bordar y a tejer a escondidas y también me ayudaron mucho unas primas que ya se estaban preparando para casarse, entonces eran pues instruidas en el telar de cintura y ellas ya tejían, entonces yo me acercaba y les decía que me prestaran su telar y bueno, de ahí empecé como a enamorarme de los hilos, de la tela, pero siempre tejía yo con miedo por los prejuicios sociales, y en una comunidad que se rige por medio de usos y costumbres se tenía como que acatar a lo que se tiene ya como costumbre”, detalla Pedro Martín.

Logró superar todos los desafíos y construir un espacio en su comunidad libre de discriminación que promueve la innovación, el fomento y el rescate de los textiles, el taller se llama SOL (sólido, organizado y limpio) con una infraestructura que permite exponer dignamente los textiles nahuas y totonacos

Este proyecto está en la junta auxiliar de Cuauhtamazaco, las afueras de la cabecera de Cuetzalan del Progreso en el que realiza prendas de alta costura y estilización con bordado artesanal, en la que laboran personas de su familia, sobrinos, primos, hermanos y demás y otras personas artesanas que también han colaborado con él. Además, tiene una marca registrada que es Pedro Martín Mazatzin. 

“Actualmente cumplo mi labor entre la tradición y la innovación para el rescate y el fomento del arte textil de mi comunidad”, cuenta Pedro Martín, quien ha ganado más de 10 premios por sus bordados y por el fomento de la cultura indígena nahua.