Las personas indígenas LGBT existen y resisten desde la ruralidad. Se debe voltear a ver los movimientos que surgen para abrir un diálogo sobre la diversidad de género y la orientación sexual en contextos como Cuetzalan del Progreso, un municipio ubicado en la Sierra Norte de Puebla, que se distingue por su gran riqueza natural y cultural en el que habitan dos pueblos indígenas: los nahuas y los totonacos.
En Cuetzalan del Progreso, donde habitan casi 50 mil personas, de las cuales el 66.8% habla alguna lengua indígena, ha ido cobrando fuerza en los últimos años una pequeña comunidad LGBTQ+.
El primer movimiento inició en 2014 con el primer evento travesti en la cabecera municipal, cuentan Ángel Vázquez Cruz y Adolfo Vázquez García, fundadores del Colectivo Lgbtttiq+ Nochin Tiknimej Cuetzalan, en entrevista con La Cadera de Eva.
Fue todo un reto. En aquel entonces Adolfo Vázquez, principal impulsor del movimiento LGBTQ en Cuetzalan, se cuestionaba, cómo lo iba a tomar la sociedad. Con todo y el temor que lo invadió, se logró hacer con ayuda de sus amigos.
“Yo retomo todo este movimiento en Zacapoaxtla. Emigro a Zacapoaxtla para continuar con mis estudios, y es allá donde vivo todo este desenvolvimiento, donde yo también ya me reconozco y me acepto como persona de LGBT”, cuenta Adolfo.
Al principio Adolfo no tenía un objetivo claro, pero conforme pasaron los años fueron surgiendo ideas y comenzó a tejer un propósito en conjunto porque él veía que las personas se acercaban a preguntarle dudas respecto al movimiento.
La forma en que viven su orientación sexual en Cuetzalan tiene sus claroscuros, porque dentro de la cabecera aún enfrentan obstáculos, mientras que en las juntas auxiliares que conforman el municipio se vive con más libertad.
“Dentro de las comunidades del municipio el pertenecer a la comunidad LGBT es visto muy normal. Desde hace años tienen una costumbre que es los carnavales, en donde se da apertura a toda esta parte (...) Entonces es como una tradición, por lo cual el pertenecer a esta comunidad, tanto ser gay, travesti o transgénero, es muy bien visto dentro de las comunidades”.
La resistencia indígena LGBT en Cuetzalan
Algunas de las actividades que realizan para visibilizar al colectivo son marchas, talleres sobre la identidad de género y las Infecciones de transmisión sexual (ITS). Además de comenzar a abrir diálogos públicos para reflexionar cómo viven las personas indígenas LGBT en comunidades.
Aunque la resistencia de los dos activistas ha sido fundamental para ir avanzando en el reconocimiento de los derechos del colectivo. Los retos y desafíos se hacen presentes, como la falta de apoyo por parte del gobierno local, la inclusión en la atención de las instituciones de salud y de justicia, así como el respaldo de la comunidad y la discriminación por pertenecer a un pueblo indígena.
Ángel habla sobre la doble discriminación y triple discriminación que atraviesan las personas indígenas LGBT. En ocasiones se ven obligadas a migrar a la ciudades en busca de una mejor vida, sin embargo, ahí se enfrentan con un rechazo por ser parte de un pueblo indígena y por ser lesbiana, gay o transexual.
“Hablando de esta parte de discriminación, en el sentido de las mujeres (lesbianas), siento que las mujeres sufren una triple discriminación, en primera por las dos razones (por ser indígena y una persona LGBT) que ya te mencioné anteriormente, y le abonamos una tercera a las chicas. La mujer como tal ha sido discriminada por ser mujer”, reflexiona Ángel.
Las personas indígenas LGBT+ viven el racismo, el clasismo y la homofobia, según una investigación titulada “Doble identidad, doble condena: Una mirada a la discriminación y desigualdad laboral de las personas indígenas LGBT+ en Cuetzalan del Progreso, Puebla”, elaborado por María del Pilar Hernández Limonchi, Esteban David Pérez López y Nancy Elizabeth Wence Partida.
El estudio se enfoca en las vivencias de las personas indígenas LGBT en el ámbito laboral. Se demuestra que la comunidad está en desventaja en relación con las personas mestizas heterosexuales porque se pone en duda su capacidad y se enfrentan a insultos, burlas, abusos, agresiones, hostigamiento sexual, violación y rechazo en la esfera laboral.
Como consecuencia de esto, es más complicado conseguir empleo, además se les niega o se les expulsa de los trabajos. A nivel nacional hay 97.2 millones de personas LGBT de 15 años y más, el 11.0% se adscribe como indígena de algún pueblo originario, según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (Endiseg).
Los integrantes del colectivo LGBTQ+ en Cuetzalan estiman que el 15% de la población del municipio pertenece a la comunidad. Sin embargo, no hay registros oficiales.En todo el estado de Puebla, hay 267 mil 678 personas de más de 15 años de edad forman parte de la población LGBTI+, lo que equivale al 5.4 por ciento de los habitantes, de acuerdo con la encuesta Endiseg.
Por otro lado, además de la doble y/o tripe discriminación, las personas indígenas LGBT se enfrentan a la falta de información en la lengua materna, según Ángel. Otro desafío es la falta de acceso a los servicios médicos para la prevención de ITS.
“En esta parte de la educación con los jóvenes de educación media superior, no existe como tal la educación sexual como tal, ¿por qué?, porque también como un pueblo originario el hablar de sexualidad es algo también mal visto, o todavía sigue siendo algo mal visto”, puntualiza Ángel.
Durante las pláticas que realiza el colectivo en instituciones educativas, han observado que muchas adolescentes expresan que a sus padres y madres se les dificulta hablar sobre sexualidad. Incluso, en cosas que tienen que ver con la menstruación no les han enseñado cómo usar una toalla sanitaria.
Por otro lado, mencionan que falta mucho apoyo por parte del ayuntamiento municipal, porque los han respaldado con transporte para la realización de la marcha, pero no en la implementación de atención en los institutos de salud ni de justicia, entonces esperan que este movimiento evolucione y se sumen más personas para lograr esos cambios que hacen falta en la localidad.
Los avances del colectivo son visibles entre las juventudes
Los progresos son muy visibles para los activistas en comparación con lo que ocurría hace una década, cuando salir a la calle a la luz del día vestida con una expresión distinta a la que te asignaron al nacer, simplemente no se veía. Ahora se ve a los jóvenes yendo a la universidad expresando el género con el que se identifican.
“Vemos que hoy en día adolescentes que ya salen, se expresan, los podemos ver maquillados, ver vestidos en plena luz del día, cuando retrocedemos hace 10 años, cuando yo inicié con estos eventos, las personas que se animaban a salir en cuestión del travestismo, eran siempre en la noche, cuando las familias ya no estaban, cuando había poca gente, y hoy en día no, los podemos ver ya durante el día, en las universidades, asisten así a sus clases”, expone Adolfo.
Aunque los cambios no son totales, Adolfo reconoce que han sido fundamentales y “son los que nos dan como que esa fuerza para seguir, para continuar con esto, porque ha habido momentos en los que a veces decimos, para qué, más que nada también sentimos que nos falta ese respaldo por parte de la comunidad”, comenta el activista LGBT.
En este sentido cuenta que aún prevalece el miedo por parte de los que integran el colectivo LGBT en Cuetzalan “tienen ese miedo todavía de expresarse, de salir a las calles, lo vemos en las marchas, es muy poca participación la que hay dentro de la comunidad de Cuetzalan, en sí hay contingentes, pero son personas que vienen de fuera”, narra Adolfo.
Durante la marcha del orgullo en 2023, una señora de la tercera edad que iba cargando a su nieto se acercó a una persona drag que iba en el contingente de la marcha del orgullo en Cuetzalan, Ángel recuerda con mucha alegría ese momento.
Narra que la señora le dijo a su amiga: “Gracias por hacer esto, por decirle a mi nieto que no es malo, que no es algo del que tenga que avergonzarse, del porque tenga que preocuparse”. Y esas historias son las que visibilizan los avances que han dejado las dos marchas que hasta ahora han organizado en el municipio en el que asisten entre 20 a 30 personas.
A nivel nacional, estatal y local, persisten retos para garantizar los derechos de las personas LGBT, sin embargo, como lo han señalado los activistas indígenas LGBT de Cuetzalan, los avances a nivel local han sido fruto de la lucha continua del mismo colectivo para transitar hacía la igualdad de derechos.