Juliet Ochoa Arroyo lleva 25 años siendo estilista, aprendió desde los 18 años y desde entonces, es dueña de su tiempo y de su propio negocio. July, como se le conoce en este rubro, se ha ganado la confianza de sus clientas gracias a su profesionalismo y buen ojo para hacer cortes, bases, aplicar tintes y más.
July nació el 31 de diciembre de 1977, se independizó al cumplir la mayoría de edad y comenzó a aceptarse y quererse tal y como es: con una personalidad femenina, divertida y amable, lo que representa a todas las capricornianas.
Además de ser estilista, es la fan número uno de Paulina Rubio. Las canciones de “la chica dorada” la han acompañado desde joven y hasta la fecha cuando pone su música en su estética.
“Crecí con cinco mujeres y tengo una hermana con tres años de diferencia. Yo crecí con pura niña, cuando era Día de Reyes, a todas les daba sus Barbies y a mí mis soldaditos y yo dejaba a un lado los soldados. Prefería agarrar las Barbies, me gustaba peinarlas, maquillarlas, porque yo siempre quise ser estilista”, cuenta July Ochoa en entrevista con La Cadera de Eva.
Desde su negocio, el “Saloón July”, ubicado en la colonia Aldana de la alcaldía Azcapotzalco, la estilista demuestra ser trabajadora y fuerte. En sus tiempos libres, disfruta ir a conciertos y visitar a su padre. De vez en cuando va a fiestas y en su juventud, dominaba las pistas de baile, especialmente en los sonideros.
La vida de July está marcada por dos acontecimientos: la pérdida de su pareja hace 20 años y la muerte de su madre hace cuatro. Los recuerda con cariño y aunque a veces se pone triste, reconoce que su vida es tal y como siempre la deseó: con libertad, diversión y aceptación.
“Mi infancia fue bonita, en las familias hay de todo, nadie me maltrató, yo estaba bien apegada a mi mamá, por eso hasta la fecha, mi mamá me duele. Pero a mi edad, me siento bien, mi familia me acepta mucho, me quiere mucho, yo soy la más chica de ocho hermanos”, cuenta July con una sonrisa.
El estilismo acompañó su transición
Su proceso para amarse y respetarse tuvo altibajos, pues no siempre fue lineal. Asistió a terapias psicológicas, donde le enseñaron a brillar y a salir adelante. Cuando se aceptó como mujer trans, salió de su hogar y comenzó a ganarse la vida en estéticas, primero limpiándolas y luego como asistente.
“Yo a darme esa fuerza de valor día a día, de quererme, de apoyarme yo misma, de ser como debo de ser. Y no me importa lo demás porque soy yo. Me ha costado porque yo desde que empecé a vestirme, me salí de mi casa, me fui a vivir sola, con amigas, con una lesbiana, luego con otros chicos”, recuerda.
Aprendió el estilismo poco a poco, no tenía recursos para asistir a una escuela. Por lo que sus jefas le enseñaron, pero había un impedimento: July es zurda, lo que puede complicar el que aprenda a usar utensilios hechos para personas diestras, como lo son las tijeras.
“Yo no sabía cortar y como soy zurda, y ellas lo hacen con el derecho, me decían: a ver cómo le haces chueca, eres un puto chueco. Y yo decía '¿cómo le hago?' yo no tenía para una escuela de estilismo. Y yo sufrí por eso, porque luego dicen ‘ay, es que los gays sufren’, no es cierto. Sufre el que quiere y por pendejo”, declara.
July confiesa que su vida independiente le costó mucho, pues mientras veía cómo sus amigas podían operarse para transicionar, ella tenía que pagar renta y comprar sus muebles. Otras conocidas podían comprarse carros o ropa bonita y ella tenía que trabajar para sobrevivir.
“Me costó poder estar bien, con el paso del tiempo, yo me acepté. Y ahorita yo me veo al espejo y me veo guapa. Y me siento bien y no me importan los demás, las mujeres trans sabemos que somos hombres, pero andamos transformadas y transvestidas en la calle”.
Al salir de la secundaria, July tuvo trabajos temporales, a los 17 comenzó a dejarse el cabello largo, a vestirse como realmente quería, a depilarse y maquillarse. En la década de los noventa comenzó a involucrarse en el mundo del estilismo.
“Empecé a hacer limpieza en las estéticas, hacía lo que podía hacer, le ponía el cubridor al cliente, les sacudía. Ya empezaba con los carretes a practicar la base. Antes no era de aluminio, era poner una gorra y tenías que saber cómo sacarla, con la gorra, los rayos o luces”.
Fue hasta en el año 2000 que tuvo la oportunidad de entrar a una escuela con la ayuda de una beca y su profesora también era zurda. Asistió a clases un año y ponía en práctica sus conocimientos en la estética donde trabajaba. Hasta que finalmente, logró abrir su propio negiocio en 2007.
Primero estuvo en la avenida Cuitláhuac, donde se hizo de clientes y tuvo temporadas muy buenas. July reflexiona que desde el boom de las barberías, el estilismo pasó a segundo plano. Al igual que los tutoriales para autocortarse y pintarse el cabello, pues muchas prefieren hacerlo desde sus hogares.
Sin embargo, su experiencia y dedicación han hecho que su negocio siga vigente, toma cursos para actualizarse y ve videos para conocer las tendencias de hoy en día. Con los años, July pudo aprender a ser ambidiestra, se acostumbró a ser las cosas como ella podía y eso la caracteriza como una buena estilista.
Al preguntarle si ha tenido malas experiencias con clientes, ella contestó que no. Pero en la sociedad sí hay personas que se refieren a ella como “señor” y con firmeza les dice que su nombre es Juliet. Cuenta con orgullo que siempre ha sido una persona respetuosa y amable, pero nunca se deja de nadie.
Sobre feminidad, libertad y Paulina Rubio
Además de toda la energía femenina con la que creció, la adolescencia de July estuvo marcada por la música como la del grupo Timbiriche. Pero cuando la cantante Paulina Rubio debutó como solista, Juliet encontró un modelo a seguir y una figura que la inspiró.
“Yo amo a Paulina Rubio porque desde chiquita me identificaba con ella porque es güerita. Y porque es coqueta y fresa, a la fecha me encanta especialmente su imagen y cómo canta, sus canciones, su estilo. Ser así, fresa y lo que enseña: que te debes de amar, a querer, a aceptar como eres”, cuenta July.
La independencia es algo que caracteriza a Juliet desde muy pequeña. Está a punto de cumplir 47 años y sigue amando las cosas que la hacen feliz, es responsable pero siempre prioriza su salud mental, su libertad sexual y su familia, ama tener su propio dinero y no obsesionarse con su vida laboral; tiene un balance perfecto.
“Me siento muy bien conmigo misma, ser independiente, tener mis cositas. Como el sábado que fui a ver a Paulina, no abrí. Y dije, ay, me voy a ir a ver a mi artista que me gusta. Y no gasté mucho, me fui en metro, regresé en metro y mira, ni quien me dijo nada. Estoy muy bien sin ningún novio, estoy sola, tengo a mis amiguitos y disfruto el momento, me cuido y todo bien”, refirió.
El “Saloón July” está ubicado en la calle Cuauhtémoc 288, en la colonia Aldana , alcaldía Azcapotzalco en la Ciudad de México, celular: 55 3550 7706. Abre todos los días excepto jueves de 14 horas hasta las 21. Ofrece efectos de color, peinados, cortes, depilaciones, tintes, planchados, bases y arreglos para cualquier ocasión.