A Samantha la consideran un ícono de la lucha trans. Un término con el que no se siente muy cómoda. Su lucha y visibilidad en la comunidad LGBTQ+ la han llevado a colaborar con Gucci y aparecer en portadas de Vogue. Pero eso a ella parece no importarle.
Su resistencia la ha encontrado en la marginalidad. En esos espacios comunitarios que ella ha fundado y que se resisten al abandono y la invisibilización institucional. Desde hace tres décadas Samantha ha defendido los derechos de las personas de la diversidad sexual que viven con VIH.
A sus 87 años, abrió el primer centro comunitario para las personas adultas mayores que viven excluidas por su identidad de género. Ahora, a sus 92 años continúa con la batalla para evitar que la soledad y el abandono se apodere de esta población.
“En los (años) ochenta, cuando tuvimos la pandemia de VIH toda la población gay fue la que más sufrió. Yo perdí tres amigos maravillosos, eran casi mis hermanos. Entonces otros amigos se acercaron a mí y me dijeron que estaban formando una asociación para ayudar a los enfermos de VIH. Se llama “Ser Humano” y va a cumplir 30 años”, dice Samantha en su casa en entrevista con La Cadera de Eva.
Samantha nació en julio de 1932 en Orizaba, Veracruz. En su juventud se mudó a la Ciudad de México y ahí comenzó a explorar libremente su sexualidad. Sin embargo, el VIH llegó a la Ciudad de México en 1983 y la comunidad gay sufrió los estragos del virus, además de la discriminación por parte de la sociedad.
En 1991 fundó Ser Humano A.C. es una organización sin fines de lucro que ayuda a pacientes de VIH sida en la CDMX. La casa alberga a menores de edad que viven con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/sida), que son abandonados por sus padres que también portan el virus. Al cumplir los 18 años pueden salir pero algunos han preferido quedarse ahí, pues la vida no es fácil siendo seropositivos.
Vida Alegre - Laetus Vitae, el primer espacio para adultos mayores LGBTQ+
Aunque la labor de Samantha para ayudar y atender a infantes con sida es digna de admirar, alguien le hizo ver que el sector más desatendido es el de la tercera edad, pues muchas veces son abandonados por sus familias, desplazados y discriminados por su orientación sexual.
“Alguien me dijo: “Samantha está bien que te ocupes de los niños, es una labor linda que haces y todo, pero, ¿qué pasa con nosotros? Los de la tercera edad”. Le dije: “¿yo qué hago? Yo solita no puedo”.
Recurrí a amigos antreros, les conté mi situación y ellos me juntaron casi 100 mil pesos para que yo abriera la nueva casa Vida Alegre que es para adultos mayores”, explicó la activista.
Samantha Flores narra que los adultos mayores LGBT+ que tienen recursos económicos, muchas veces son solitarios y no tienen amigos o familiares para platicar. Por lo que Vida Alegre, el espacio que se inauguró en 2018, se ha convertido en un hogar para ellos, en donde encuentran una familia que se apoya y cuida entre sí.
“Los adultos de más de 60 años están abandonados, inclusive los abuelos heterosexuales están abandonados. Así que pensé también en hacer Vida Alegre para el adulto mayor gay y lo curioso es que somos como 40 integrantes, pero como 18 son heterosexuales: señoras y señores que están solos”, reveló.
La casa Vida Alegre es el primer centro de día para adultos mayores en Latinoamérica. El propósito es aliviar la soledad que padecen las personas de la tercera edad pertenecientes a la población LGBTTTI.
“No reciben la atención que deberían después de formar una familia, de hacer hijos y darles escuela y darles carrera y todo. Al final quedan un poco desplazados cuando más necesitan de atención y de cariño”, dijo.
A través de diversos talleres como escritura, lectura, dibujo y relajación, esta comunidad se acompaña todos los sábados de 11 de la mañana a 3 de la tarde. Al igual que Ser Humano, Vida Alegre se encuentra en calle Fray Servando Teresa de Mier 104 en el centro de la ciudad.
La casa hogar para adultos LGBTTTIQ+ está llena de amor, acompañamiento, risas y platicas entre las 40 personas integrantes. Todas, todes y todos se apoyan en momentos difíciles así como en momentos felices como cumpleaños, navidad y año nuevo.
Las trabas para crear la primera casa hogar inclusiva
Lograr tener este espacio ha implicado que Samantha luche contra las autoridades y los trámites gubernamentales, pues la burocracia no atiende a mujeres trans y mucho menos a activistas, dice Samantha.
Este espacio fue clausurado en septiembre de 2022 por el gobierno capitalino porque supuestamente, no contaba con la autorización para realizar modificaciones estructurales. Después de la batalla que dio Samantha logró abrir nuevamente a finales de 2022, ahora en la calle Fray Servando Teresa de Mier 104.
“El gobierno jamás ha ayudado a la comunidad LGBTTTI, pero menos a las mujeres trans. Para el gobierno no existimos, somos invisibles. Ahora ya comenzaron algunas de mis hermanas jóvenes a hacer grupos para luchar…Pero en esa época, jamás”, lamenta Samantha.
Encontrar una locación para comenzar con la casa Vida Alegre tampoco fue fácil. “Originalmente para encontrar un lugar en dónde estar, recorrí todas las delegaciones de la Ciudad de México casi durante un año. Hasta que un señor de una de las delegaciones me dijo:
“Samantha, me da pena ver que subes y que bajas”, y estoy una hora esperando a que llegue el encargado, delegado, me dicen que hasta el otro día y ahí voy al otro día.
Me dijo: “No vas a conseguir nada, porque todos los lugares que desocupan (hoteles, restaurantes que están vacíos), llega un diputado y en seguida lo pesca. Dice que va a hacer una cosa social, no hace nada y ahí están los lugares abandonados. Así que ya no pierdas tu tiempo”, recordó.
Pero eso no impidió seguir con su búsqueda hasta encontrar un lugar para los adultos mayores. Ahora, Vida Alegre ofrece asesoría jurídica, apoyo psicológico y médico, un cine club, clases de yoga y diversos talleres que han cambiado positivamente la vejez LGBTQ+.
Tras contar su historia, Samantha dejó un mensaje para las nuevas generaciones que luchan contra la discriminación:
“Diviértanse, gocen de la vida, vayan a bailes, vayan a fiestas, vayan a la playa. Tengan muchos novios, tengan muchas novias, pasenla precioso porque la juventud no dura siempre; se va y no vuelve jamás. En este momento la tienen, no la desperdicien, ¡a divertirse! porque es lo que tienen que hacer ustedes como jóvenes“, concluyó.