Empezó como un fanzine que se repartía de mano en mano en fiestas, bares y marchas de la comunidad gay en la década de los noventa. Su nombre era Himen y costaba dos pesos. Poco a poco fue ganando popularidad en los primeros espacios feministas del entonces Distrito Federal hasta que se convirtió en LesVOZ, la primera revista hecha por y para mujeres lesbianas en México.

A 30 años de su creación, parte de su acervo ingresó por primera vez al Archivo General de la Nación (AGN). Sus fundadoras nunca imaginaron que aquel fanzine que nació en la contracultura defeña se convertiría en uno de los proyectos editoriales más importantes en la historia del lesbofeminismo mexicano.

Para nosotras es muy importante este hecho porque coincidió con nuestro aniversario. Podemos festejar con todas las compañeras lesbianas y feministas que nuestra historia está ingresando a este archivo y eso significa que la lucha del movimiento de lesbianas feministas autónomas está siendo reconocida”, dice Mariana Pérez Ocaña, cofundadora de LesVOZ, en entrevista con La Cadera de Eva.

Del otro lado del teléfono, Mariana Pérez recuerda que su historia con LesVOZ inició desde que tenía 16 años. En aquel entonces estaba en búsqueda de espacios donde pudiera conectar con otras mujeres lesbianas, quienes vivían bajo el estigma por asumirse como tal.

En esa exploración llegó al Tianguis Cultural del Chopo. Ahí conoció a distintos grupos anarquistas que la acercaron con los fanzines, esas publicaciones artesanales y caseras que se hacían bajo la premisa del “do it yourself” (hazlo tú mismo). 

La mutación del fanzine a la revista

Conforme fueron pasando los años, crecía en Mariana un pensamiento más politizado y contestatario. Junto con sus amigas se reunía en los pocos espacios que había en aquella época para la comunidad gay y lésbica en el Distrito Federal, como el Closet de Sor Juana, una asociación que fue creada también por activistas lésbicas. 

Nos juntábamos para tomar cerveza e íbamos a algunos talleres sobre sexualidad y feminismo. Entonces empecé a preguntarme, qué más podíamos hacer en el movimiento. Y como lo que sabía hacer eran fanzines desde mi acercamiento con el anarquismo, le propuse a mi amiga de toda la vida, Juana Guzmán Lisea, que hiciéramos una publicación para lesbianas”, cuenta Mariana Pérez, quien también es fundadora y directora del Comité Organizador de la Marcha Lésbica de México.

Así nació Himen en mayo de 1994 con consignas lésbicas, anarquistas, feministas y zapatistas. “Me acuerdo que en ese entonces incluimos la declaración de las mujeres zapatistas porque justo fue el año en el cual surgió el movimiento zapatista, fue una época convulsa, vino la crisis económica, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, etcétera”, recuerda Mariana Pérez Ocaña.

Imagen de la primera edición de LesVOZ.
Imagen de la primera edición de LesVOZ.

En medio de esa convulsión de la época, Mariana Pérez y Juana Guzmán continuaron con su activismo y repartiendo con éxito su fanzine de mano en mano. Así lograron distribuir seis ediciones diferentes de Himen

La edición número cuatro del fanzine logró llegar a colocarse en Tower Records, una tienda alternativa de discos y revistas, donde se distribuyeron los primeros fanzines a nivel mundial. “Entrar ahí nos abrió las puertas a muchas librerías. Y después entramos a la cadena Educal”, relata Mariana.

Fue en el año 1996 cuando decidieron publicarlo en forma de revista. Cuando tramitaron los derechos de autor ante la Secretaría de Gobernación y Derechos de Autor de México, les negaron ese nombre.

“Nos dijeron que no porque aludía al nombre de una parte del cuerpo de la mujer y que si abrían ese espacio para que se utilizara ese nombre para una publicación, entonces tenían que darle esa autorización a todo el mundo”, cuenta Mariana, quien logró crear el primer sitio web de LesVOZ gracias a su formación como programadora web, una carrera técnica en la que se inició desde joven.

Fue así que sus fundadoras pensaron en LesVOZ, una construcción de las palabras: Lesbianas y Voz, para dar visibilidad precisamente a las voces de las mujeres lesbianas. Esta publicación empezó a circular bajo la premisa de ser completamente independientes de otros grupos y movimientos sociales, sin patrocinadores, con recursos propios y trabajo voluntario, “en un ambiente social adverso —misógino y lesbofóbico—, pero con una gran esperanza”, se lee en su portal oficial. 

La primera edición de LesVOZ contenía un cuento lésbico, un artículo dedicado a la exploración de las zonas erógenas, un cómic y un reportaje sobre la colonia Condesa. “La historia no se escribe sola... la escribimos nosotras”, es una de las principales premisas de la publicación. 

“En sus páginas buscábamos difundir la cultura lesbiana feminista, la visibilidad lésbica, la denuncia social, y la influencia de otros movimientos sociales afines, varios artículos aparecen con seudónimos (no todos), y en su mayoría fueron escritos por colaboradoras entusiastas y voluntarias”.

Imagen: LesVOZ
Imagen: LesVOZ

La construcción de un sueño

Después de la primera publicación se fueron sumando más activistas y escritoras de la época. En esos años invitaron a Rosamaria Roffiel y Reyna Barrera para que formaran parte del consejo editorial de la revista y así tuvieran un poco más de guía en el proyecto. “Y desde entonces hemos caminado juntas y nos da mucho gusto que formen parte de nuestra organización”. 

En el catálogo de LesVOZ precisamente destaca una reedición de Amora, la novela autobiográfica Rosamaría Roffiel, la cual fue publicada en 1989 y es considerada la primera novela lesbiana y feminista escrita en México.

Una de las ediciones que Mariana Pérez recuerda con cariño fue la publicación número 20, la cual se lanzó en el año 2001. La activista recuerda que en esa época estaba atravesando por un periodo de cansancio por la carga de trabajo, lo cual la tenía un poco desmotivada. Navegando por internet se encontró con un sitio web que en aquel entonces se llamaba gay.com en donde publicaron una encuesta donde se preguntaba a las y los usuarios cuál era la mejor revista para la comunidad LGBT.

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“Me sorprendió mucho ver que la más votada fue LesVOZ porque la mayoría de los usuarios de esa página eran hombres. Eso nos demostraba la importancia que estaba teniendo la publicación dentro de la comunidad gay”.

En esa misma edición de la revista también se publicó una entrevista con la actriz Ofelia Medina quien mostraba su apoyo a la población de las mujeres lesbianas y ayudó a la visibilización de su trabajo. “Fue una época difícil por el cansancio físico pero creo que estos dos hechos me dieron mucha energía para seguir adelante”.

Sobrevivir tres décadas como una publicación independiente no ha sido un camino sencillo. Mariana Pérez dice que han podido resistir por la combinación de tres factores: el amor por su trabajo gracias a las colaboradoras y voluntarias, la administración de los recursos que reciben gracias a la publicación de los libros que han editado y tres, su filosofía de no estar apegadas a una lógica capitalista de pensar en el dinero como una vía de subsistencia.

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A 30 años de la primera edición, Mariana Pérez reconoce que los temas que se publicaron por primera vez aún tienen vigencia en la época actual. “Seguimos informando sobre todo sobre la salud de las mujeres, como los problemas que existen por el cáncer cérvicouterino, el sexo protegido entre mujeres y la visibilidad de nuestro movimiento, de la toma de conciencia de las mujeres como lesbianas y queremos que las mujeres jóvenes sepan que ser lesbiana, es una vida posible, no, no un estigma, ni tienen por qué ser discriminadas, ni tienen por qué sentirse avergonzadas”.

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¿Dónde puedo conseguir la revista LesVOZ?

Desde la primera publicación hasta hoy se han logrado imprimir 51 ejemplares, se han hecho cientos de talleres de sexualidad y feminismo, siete marchas lésbicas y se han publicado más de 25 títulos diferentes de todos los géneros literarios realizados por mujeres lesbianas.

Actualmente cuentan con una tienda en línea y las ediciones de LesVOZ también pueden conseguirse a través de su página web, redes sociales y en distintos puntos de venta. Los primeros 30 números de la revista ya están disponibles en el sitio web del Archivo General de la Nación a través de este link.