¿Debería la ley obligarte a vivir con un dolor que ya no soportas? En México, el derecho a decidir sobre el final de la vida se ha convertido en un debate ineludible de derechos humanos.

Para entender la urgencia detrás de esta demanda, La Cadera de Eva entrevistó a la activista y catedrática Samara Martínez, quien ha puesto este tema en la mesa legislativa con su proyecto “Ley Trasciende”.

¿Cómo surge la Ley Trasciende?

Samara, de 30 años, conoce el dolor de cerca. Desde los 17 lucha contra enfermedades graves como la insuficiencia renal crónica y el lupus. Ha pasado más de una década entre tratamientos, quimioterapias, trasplantes fallidos y noches conectada a diálisis durante 10 horas.

Su experiencia personal se transformó en una causa pública al reconocer el sufrimiento colectivo que la rodeaba. Ha presenciado cómo muchas personas mueren en medio de la agonía y el dolor.

Desde esta perspectiva, la Ley Trasciende, que contempla una reforma en la Ley General de Salud, no busca promover la muerte, sino la libertad y la dignidad. Su objetivo es ofrecer a las personas que viven con alguna enfermedad la posibilidad de vivir con dignidad hasta el último aliento.

“No podía ser yo indiferente y nada más luchar por una situación personal cuando sé que hay muchas personas que lo requieren, que lo necesitan, y que me encantaría que en un futuro quizá todas las personas que malamente están pasando o vayan a pasar por una situación de enfermedad siempre tengan la opción de elegir” (Samara Martínez)

La postura de Samara está respaldada por una amplia mayoría social: la Segunda Encuesta Nacional de Opinión sobre el Derecho a Morir con Dignidad reveló que siete de cada diez personas en México están a favor de la eutanasia o la ayuda médica para morir cuando los pacientes están en fase terminal.

Además, el 68% de las personas encuestadas desearía tener la opción de pedir ayuda médica para adelantar su muerte en caso de una enfermedad terminal, y el 55% elegiría recibir directamente una dosis letal de medicamentos.

Samara señala que, para muchas y muchos pacientes que viven en dolor constante, saber que podría existir una opción distinta al sufrimiento “da mucha paz”.

¿Qué propone la Ley Trasciende?

La iniciativa busca modificar la Ley General de Salud que actualmente solo permite la “voluntad anticipada” —el derecho a suspender tratamientos que prolongan la vida—, pero prohíbe la eutanasia y el suicidio asistido. En la práctica, esto significa que, si una persona sufre de manera irreversible y pide descansar, la ley la obliga a prolongar el dolor.

La Ley Trasciende se fundamenta en la autonomía y la libertad humanas. No promueve la muerte, sino la dignidad de la vida hasta el último momento. Busca ofrecer una opción a las personas con enfermedades crónicas, degenerativas e irreversibles que viven un sufrimiento constante donde la medicina ya no funciona.

Los puntos clave son:

  • Reconocer el derecho de cada persona a decidir sobre el final de su vida.
  • Garantizar una muerte digna, sin sufrimiento innecesario.
  • Acompañar médica, ética y humanamente a pacientes y familias.
  • Dejar de criminalizar la compasión y convertirla en un derecho.

Samara enfatiza que se trata de ofrecer libertad de elección: que la persona paciente decida hasta cuándo quiere extender el dolor, y que pueda trascender en un ambiente de amor, acompañamiento y escucha, no en medio de la agonía.

Para garantizar que la decisión sea voluntaria, segura y autónoma, la propuesta propone criterios estrictos:

  • Mayoría de edad: solo aplicaría a personas adultas.
  • Diagnóstico terminal: se requiere una enfermedad crónica degenerativa en estado avanzado o terminal, sin opciones médicas.
  • Facultades mentales plenas: la persona debe presentar y ratificar su solicitud (por ejemplo, ante notario público) cinco días después.
  • Acompañamiento integral: psicológico o tanatológico para el paciente y su familia.
  • Objeción de conciencia: el personal médico no podrá ser obligado a participar en el proceso.

La iniciativa también subraya la urgencia de fortalecer los cuidados paliativos en todos los hospitales del país.

“No puede haber muerte médicamente asistida sin cuidados paliativos, y viceversa, si el objetivo es morir con dignidad” (Samara Martínez)

¿Qué transformación espera México con este derecho?

Samara ha enfrentado resistencia, la cual —dice— se relaciona con el estigma, la necesidad de romper paradigmas y, de forma más cruda, “con la cuestión del negocio para las farmacéuticas y demás”.

Aunque personas expertas en bioética y tanatología no encuentran motivos de peso para frenar la propuesta, el avance depende de los tomadores de decisión.

Para Samara, la aprobación de la Ley Trasciende sería un “avance magnífico” en materia de derechos humanos. Más que convencer, busca concientizar y promover empatía con el dolor ajeno.

“Miedo es estar vivo y estar sufriendo, y estar viviendo así. Eso sí da miedo”, reflexiona.

La iniciativa ya ha reunido más de 116 mil firmas en la plataforma Change.org y será presentada oficialmente en el Senado de la República el próximo 28 de octubre a las 9:00 de la mañana. Samara invita a la ciudadanía a acompañarla vistiendo prendas blancas, para demostrar que esta no es una lucha aislada.

¿Dónde es legal la eutanasia?

La eutanasia sigue siendo un tema complejo por las implicaciones éticas, morales y religiosas que conlleva. Solo está permitida en ocho países del mundo: España, Canadá, Nueva Zelanda, Ecuador, Colombia, Bélgica y Luxemburgo.

Existen distintas modalidades:

  • Eutanasia activa, cuando un médico administra una dosis letal a solicitud del paciente.
  • Eutanasia pasiva, cuando la persona decide suspender tratamientos que prolongan su vida.
  • Suicidio asistido, cuando el paciente recibe los medios para poner fin a su vida por sí mismo.

Los casos de enfermedades terminales o degenerativas son los principales motores de este debate. En Perú, Ana Estrada logró acceder a la eutanasia tras años de lucha legal. En Ecuador, el caso de Paola Roldán, quien padecía ELA, impulsó su legalización. En Colombia, la eutanasia fue completamente despenalizada en 2022.