¿Te has preguntado cuál es el costo de alzar la voz por justicia? Cada 25 de noviembre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Esta fecha, surgió en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá como un homenaje a tres mujeres cuyo activismo desafió a una de las dictaduras más sangrientas del continente: Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, “Las Mariposas” fueron asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana.

La UNESCO señala que fueron ejecutadas “por ser mujeres y activistas”: su único “crimen” fue organizarse políticamente contra un régimen que cosificaba a las mujeres y castigaba cualquier desafío al poder masculino.

Lejos de silenciar la resistencia, su feminicidio detonó la caída del régimen. La frase atribuida a Minerva Mirabal: “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”se convirtió en profecía cumplida: su lucha trascendió generaciones.

¿Qué es el feminicidio político y por qué debemos nombrarlo?

Décadas después, persiste la misma lógica que asesinó a Las Mariposas: castigar a las mujeres que desafían al poder. El concepto de feminicidio político ha ganado relevancia para describir los asesinatos de mujeres no solo por su género, sino por su participación en luchas sociales y políticas.

Sonia Herrera Sánchez explica en su artículo “Feminicidio político: caza de brujas y esperanza en tiempos de neoliberalismo, globalización y postmodernidad” que este término surgió tras casos como los de Berta Cáceres, una líder indígena lenca y activista ambiental hondureña y Marielle Franco, una socióloga, feminista, activista de los derechos de la mujer y política brasileña, quienes fueron asesinadas por su labor y recuerda que a las mujeres “no solo nos asesinan por razón de género, sino para acallar voces disidentes con el poder”.

La periodista Leïla Miñano, coautora del informe internacional “Femmes à abattre” (Mujeres a eliminar), lo define como asesinar a una mujer por ser mujer y por su rol político o social.

El informe publicado en Youpress Francia, en el año 2023 documentó:

  • 287 feminicidios políticos en 58 países en tres años.
  • Colombia registra 150 casos en la última década.
  • Líderes como Francia Márquez y Clemencia Carabalí han sobrevivido a intentos de asesinato.
  • Irán, Irak y Kenia son otros países con alta incidencia.
  • El fenómeno también incluye amenazas, persecución y violencia sobre la red de apoyo para forzar a la mujer a abandonar la vida pública.

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Foto: Cuartoscuro

México: donde la violencia política busca anular derechos

Aunque “feminicidio político” no tiene reconocimiento legal, México sí reconoce la Violencia Política contra las Mujeres por Razón de Género (VPcMG), definida como cualquier acción que busque menoscabar o anular los derechos político-electorales de las mujeres.

En contextos dominados por el crimen organizado, esa violencia escala. El monitoreo Votar Entre Balas de la organización Data Cívica registró que el proceso electoral 2023–2024 fue el más violento de la historia reciente:

  • 130 agresiones contra personas candidatas.
  • 34 asesinatos.
  • 30 víctimas mujeres.
  • 40 atentados fallidos, 32 amenazas graves, 14 ataques armados con víctimas colaterales y 10 secuestros.
  • Chiapas, Guerrero y Puebla concentraron la mayoría de los ataques.
  • Mayo de 2024 fue el mes más violento del sexenio, con un 87.7% más agresiones que el mes anterior.

Esta violencia tiene un objetivo claro: disuadir a las mujeres de participar en la vida pública.

En el reportaje “Violencia política criminal: la barrera entre las mujeres y los espacios de poder”, la periodista Alina Navarrete Fernández muestra el caso de Rosalba Ramírez García, en Guerrero, el cual ilustra cómo opera este mecanismo, incluso sin la muerte de la propia candidata:

1. Violencia basada en estereotipos: fue blanco de insultos misóginos y calumnias diseñadas para desacreditarla.

2. Violencia hacia la red de apoyo: el asesinato de su padre, Abraham Ramírez Rincón, su principal sostén político, buscó obligarla a abandonar la contienda.

Por qué regresar a las Mirabal hoy

Cuando se habla de feminicidios políticos en Colombia, México o Irán, no se trata de casos aislados: es la misma lógica que mató a Las Mariposas. Es un ataque ideológico contra la mujer que se atreve a ocupar el espacio del poder.

Nombrar el feminicidio político permite entender el móvil detrás de esta violencia extrema: es un ataque ideológico contra las mujeres que ejercen poder y desafían el orden patriarcal.

Y así, cada 25 de noviembre, la memoria de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal vuelve a levantarse. Porque, como profetizó Minerva:

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”. Y hoy, miles de mujeres continúan el trabajo que quisieron silenciar.