¿Alguna vez te has sentido juzgada por vivir tu sexualidad? O te has encontrado en situaciones donde invalidan tu opinión solo por tener una vida sexual activa, si la respuesta es sí, te hicieron slut shaming.
La traducción al español de slut shaming es “tildar de prostitutas”, este término busca culpabilizar a las mujeres por tener ciertos comportamientos alrededor de su vida sexual que van en contra de lo establecido desde una mirada patriarcal.
Es decir, es una práctica en la que se pretende avergonzar, humillar y desvalorizar a una persona por su forma de vestir, su comportamiento y cómo vive su sexualidad.
Aunque parezca nuevo, este acto lleva años predominando en la sociedad. En el que dividen a las mujeres en dos categorías: putas o sumisas, por esta razón una de las consignas que más solemos escuchar en las marchas feministas es "Ni putas ni sumisas".
¿Qué es el slut shaming?
El “tildar de prostituta” consiste en juzgar a las mujeres por su transgresión de los códigos de conducta sexual aceptados, por ejemplo, señalarlas por comportamientos, atuendos o tener deseos sexuales que no se consideran aceptables, puede ser desde vestirse con ropa que muestre partes de su cuerpo o hablar públicamente de su vida sexual.
Esto lo podemos ver cuando las mujeres rompen los códigos de vestimenta. También lo vemos cuando las personas califican a una mujer de “fácil”, “puta” o “zorra” por haber tenido diversas parejas sexuales o coquetear con muchas personas.
Este acto también se refleja cuando se juzga a las mujeres por bailar pole dance o ser striptease. Incluso se ve reflejado cuando se señala a una mujer por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio o por ser madres solteras, porque se les cuestiona, quién es el padre.
Un ejemplo claro, es el caso de Karely Ruiz, quien recientemente anunció su maternidad. Ella fue blanco de críticas y cuestionamientos por decidir libremente ser madre. Esto se debe a que ella trabaja en la plataforma para adultos OnlyFans. Esto, de acuerdo con los medios y los comentarios de los usuarios de las redes sociales la hace poco apta para ser madre.
Con esto vemos, cómo la sociedad sigue encasillando a las mujeres, en las que son material para ser madres o esposas y las que son solo un deseo sexual, y se conserva la idea de que las mujeres no merecen ser respetadas o madres si provocan deseo sexual o rompen con cualquier regla establecida respecto a su vida sexual.
El término slut shaming, de acuerdo con la escritora feminista Jessalynn Keller, se popularizó junto con la Marcha de las Putas que busca posicionar la palabra “puta” como un posicionamiento de poder, para combatir toda la carga de estigmas que tiene.
El slut shaming también es una forma de ciberacoso, que se ha extendido en las redes sociales, síntoma de la violencia que se reproduce en lo virtual. Un ejemplo es, cuando alguna persona decide filtrar un video o una imagen sexual de una mujer con la intención de humillarla, evidenciar y señalarla por llevar una vida sexual.
¿Por qué es tan peligrosa esta práctica?
El slut shaming puede ser una práctica peligrosa porque en muchas ocasiones se ha utilizado para justificar una agresión y acoso sexual o cualquier otro tipo de violencia hacia las mujeres. Por ejemplo, una de las excusas es que las mujeres se buscaron la agresión sexual por “cómo iban vestidas” así ponen en duda la credibilidad de la víctima.
Es decir, el slut shaming abona a la cultura de la violación que normaliza, trivializa y fomenta la violación y otras formas de violencia sexual. Además, se usa como una forma de castigo social a aquellas mujeres que han roto con las reglas impuestas. Y al mismo tiempo, funciona para controlar a las mujeres y ponerles límites.
En este sentido, el slut shaming provoca en las mujeres sentimientos de vergüenza y culpa, que dañan la salud mental generando baja autoestima, ansiedad y/o depresión.
Además, a través del slut shaming, se sostiene una doble moral porque se juzga a las mujeres que tienen múltiples parejas, mientras que en los hombres es una acción que se les aplaude.
En caso de la filtración de los videos o imágenes íntimas, a los hombres no se les señala de manera negativa, como el caso más mediático del conductor de TV Azteca, Luis Roberto Alves Zague, en el que la narrativa fue colocarlo en un pedestal. Mientras que el caso de las mujeres la situación es completamente distinta porque no solo las llega afectar a nivel psicológico, sino que también son excluidas socialmente.
De acuerdo con Marta Lamas, antropóloga mexicana, el sistema de género en el que está construida la sociedad, valora de manera desigual la conducta activa sexual de los hombres y las mujeres. Son estas desigualdades las que sostienen el sistema y forman las normas morales que rigen la vida social.
Es por eso que está mal visto que una mujer pueda vivir y expresar su sexualidad libremente y sin prejuicios. Y de ahí que se le categoriza como decente o puta, lo cual la antropología mexicana señala que es un tipo de violencia simbólica.