Recientemente Claudia Sheinbaum dejó su cargo al frente del Gobierno de la Ciudad de México para comenzar con la carrera por la candidatura de Morena a la presidencia de México en 2024. Ha llamado la atención que en sus discurso de despedida y actos políticos, la también científica ha tomado como estandarte el feminismo, causa con la que tuvo tantos conflictos durante su gestión como jefa de Gobierno.

En una publicación en su cuenta oficial de Twitter, la exjefa de Gobierno escribió: "Nunca más un México sin nosotras, nunca más un México donde estemos atrás, nunca más el 'calladita te ves más bonita'. ¡Es tiempo de ser protagonistas de la historia!". No pasó mucho tiempo para que los y las usuarias de redes sociales le recordaran los reiterados enfrentamientos que ha tenido con el movimiento feminista.

De declararse feminista a llamar "racistas y clasistas" a colectivas

Sheinbaum ha declarado en diversas ocasiones que es una mujer feminista, pero esta afirmación ha sido cuestionada por las acciones que ha implementado en contra de las mujeres y colectivas cuando estas han protestado en contra de su gobierno. Un ejemplo de esto es la batalla que sostuvo contra la colectiva Antimonumenta Vivas Nos Queremos.

Todo comenzó cuando en septiembre de 2021 un grupo de mujeres se apropió del pedestal donde estaba colocada el Monumento a Colón en Paseo de la Reforma. En su lugar las mujeres colocaron una silueta de una mujer con el puño levantado, para representar las diversas luchas de las mujeres mexicanas. 

Este grupo de mujeres decidió renombrar la Glorieta de Colón como la Glorieta de las Mujeres que Luchan y pintaron los nombres de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio, las mujeres que han sido víctimas de desaparición y mujeres que han luchado por nuestros derechos. 

"Entre las mujeres que resignificaron el espacio público se encuentran colectivas de mujeres buscadoras de personas desaparecidas, madres de víctimas de feminicidio, defensoras del agua y de la tierra, periodistas, sobrevivientes de violencias feminicidas, activistas y ciudadanas en general", afirma la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH).

Unos días después de la toma del espacio, el gobierno de Claudia Sheinbaum afirmó que en ese espacio se colocaría una réplica de la estatua de la Joven de Amajac. A partir de aquí comenzó una lucha del gobierno de la CDMX y las colectivas por el espacio. En reiteradas ocasiones el gobierno capitalino intentó quitar y desaparecer la antominumenta, pero las colectivas han utilizado las redes sociales para denunciar este tipo de violencias.

El gobierno de la Ciudad de México continuó con sus intentos para colocar a la  Joven de Amajac en este espacio de memoria y resistencia para familiares de mujeres víctimas de violencia. El pasado seis de marzo, la exjefa de Gobierno afirmó que quienes se oponen a la instalación de esta escultura son "racistas y clasistas".

“Aquellos que no quieren que La Joven de Amajac, que es una figura huasteca, que se encontró en Álamos, Veracruz y que una réplica esté en Reforma, las mujeres que no quieren ello, en el fondo son profundamente racistas y clasistas", dijo Sheinbaum durante su gira por los estados.

El 16 de junio, Sheinbaum dejó su cargo al frente del Gobierno de la Ciudad de México para contender por la candidatura para la presidencia de México en 2024, no sin antes encomendar a Martí Batres la tarea de instalar la réplica de La Joven de Amajac en Paseo de la Reforma, acción que no fue bien recibida por la colectiva Antimonumenta Vivas Nos Queremos.

Violencia y criminalización de mujeres en las marchas

Cada que la científica busca utilizar la causa feminista en su campaña rumbo a la presidencia, las mujeres le recuerdan que durante las protestas se ha criminalizado a las manifestantes e incluso hay algunas que fueron perseguidas por la Fiscalía de la Ciudad de México.

Las protestas de las mujeres comenzaron a intensificarse en 2019, cuando un grupo de policías violó a una mujer menor de edad en Azcapotzalco. Al grito de "la policía no me cuida, me cuidan mis amigas", las manifestantes protestaron en contra de la violencia sexual y machista. 

A partir de este momento en cada protesta las mujeres mostraban hartazgo de un gobierno que no las escuchó ni apoyó, rompiendo vidrios y rayando paredes y monumentos, como una muestra de la rabia que les causa la inacción y el nulo interés de las autoridades por protegerlas. 

El gobierno de Claudia Sheinbaum comenzó a criminalizar a las manifestantes durante sus discursos, incluso en una ocasión la exjefa de Gobierno afirmó que se considera feminista pero está en contra de la violencia, refiriéndose a la forma en la que se estaban manifestando las mujeres.

La persecución en contra de diversas mujeres comenzó en 2020, cuando un grupo de 13 mujeres empezó a ser investigadas por la Fiscalía de la Ciudad de México, esto después de que un perfil de Facebook llamado “Ana Perez”, el cual desapareció una semana después, las acusara por destrozos y saqueos en manifestaciones pasadas.

No sólo eso, en la víspera de la marcha del ocho de marzo de 2022, el Gobierno de la Ciudad de México comenzó a crear un discurso en el que vendió a la marcha como una manifestación violenta. El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a que la marcha fuera pacífica, pues supuestamente contaba con información de que las manifestantes estaban organizándose para acudir con bombas motolov.

Claudia Sheinbaum afirmó que si la marcha se tornaba agresiva, "no se iba a reprimir, sino a contener". Otro funcionario del Gobierno de la CDMX que afirmó que se esperaba una manifestación violenta fue Martí Batres, actual jefe de Gobierno de la CDMX, quien también informó que se habían asegurado cohetones, pero en realidad eran bombas de colores que también son usadas para revelar el género de los bebés. 

Aunque Claudia Sheinbaum ha tratado de utilizar la "carta de género" como una estrategia política, las personas no olvidarán que durante toda su gestión, la exjefa de Gobierno sostuvo una relación complicada con el movimiento feminista, en cada marcha de mujeres organizadas fueron reprimidas utilizando gas pimienta, encapsuladas y estigmatizadas.