Cuando Cazzu terminó su relación con el cantante Christian Nodal, los medios no tardaron en construir el relato que mejor vende: dos mujeres enfrentadas por un hombre.La historia estaba servida —la ex, la nueva y el triángulo amoroso—, y la maquinaria mediática comenzó a girar. Con la confirmación del romance entre Nodal y Ángela Aguilar,los titulares se multiplicaron y las redes sociales se llenaron de comparaciones, burlas y ataques dirigidos principalmente a ellas dos. 

Pero mientras el espectáculo mediático sigue apostando por el conflicto y el morbo, Cazzu elige no ceder ante esa narrativa. El pasado 12 de octubre, durante su concierto en Uruguay, interrumpió su show para pedirle directamente a sus seguidores que pusieran fin al odio y las críticas en redes sociales. Su mensaje fue contundente:

“Basta de odio, basta de bardear en las redes, basta de pelear por ahí por la razón que sea”

Aunque la artista argentina no mencionó nombres, su intervención ocurrió en un momento en que su vida privada volvió a ser tema de conversación pública. La ruptura con Christian Nodal (anunciada en mayo de 2024) volvió al centro del debate tras las recientes declaraciones de ambos sobre su separación, la relación del cantante con Ángela Aguilar y la manutención de su hija, Inti.

Y, en lugar de alimentar el fuego, Cazzu decidió apagarlo. Con su intervención, Cazzu intentó frenar ese patrón y poner sobre la mesa un debate más amplio: el papel que juegan los medios y las audiencias en sostener un relato que reduce a las mujeres a rivales y convierte su vida privada en entretenimiento,  repitiendo el mismo guión patriarcal de siempre.

¿Cuándo se presenta Cazzu en México

Tras su inicio de tour en Argentina, Cazzu aterrizó en México para presentar su esperada gira Latinaje En Vivo por importantes escenarios del país. La cantante ofrecerá seis fechas, comenzando este 14 y 15 de octubre con dos shows sold out en el Auditorio Nacional, para después presentarse en Guadalajara, Monterrey, Mérida y Puebla el 16, 18, 22 y 24 de octubre, respectivamente.

Su regreso a los escenarios mexicanos llega en un momento simbólico: mientras los medios siguen reproduciendo la narrativa del enfrentamiento, Cazzu elige ocupar el centro de la escena desde otro lugar (el artístico, el creativo, el que le pertenece).

¿A quién le beneficia la narrativa de Cazzu vs Ángela?

Desde que se anunció la separación entre Cazzu y Nodal en 2024, la atención pública se volcó sobre la relación del cantante con Ángela Aguilar. Las portadas, los titulares y los memes no tardaron en presentarlas como antagonistas.

A una se le llamó “víctima”, a la otra “rompehogares”. A él, en cambio, apenas se le señaló. Este patrón no es casual: la mediatización de la rivalidad femenina funciona como una estrategia que distrae de las responsabilidades masculinas y perpetúa la misoginia cultural. 

En lugar de analizar las dinámicas afectivas o las desigualdades estructurales que atraviesan la industria del espectáculo, la cobertura se limita a un duelo superficial de egos, belleza y poder.

Ángela Aguilar, con 22 años, ha sido blanco de una campaña de violencia digital que busca “castigarla” por enamorarse. Y aunque Nodal también recibió críticas, la mayor parte del ciberacoso se concentró en ella, repitiendo la lógica del escarnio público hacia las mujeres. 

Los comentarios misóginos, las burlas y los juicios morales volvieron a demostrar cómo, en el imaginario social, ellas siguen siendo las responsables del deseo, las emociones y hasta de las rupturas.

De acuerdo con el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) de 2024 del INEGI, más del 31% de las mujeres jóvenes mexicanas han sido víctimas de ciberacoso, frente al 22% de los hombres. Es decir, la violencia digital tiene rostro de mujer.

¿Cazzu y Ángela Aguilar son enemigas?

Meses antes, en noviembre de 2024, Cazzu participó  en el podcast PLP, donde habló por primera vez sobre su separación con Nodal. Explicó que se había mantenido al margen porque le parecía lo correcto, pero que decidió hablar al ver cómo se distorsionaba su historia. En ese momento, atravesaba un proceso de reconstrucción personal: acababa de mudarse, estaba armando un hogar y y cuidaba a su hija Inti, que entonces tenía ocho meses. 

En esa entrevista, desmintió la narrativa de Ángela Aguilar —quien había dicho que todos los involucrados estaban al tanto de la nueva relación— y pidió que dejaran de hablar de ella: “Si no es por mí, háganlo por mi hija”.

Sin embargo, lejos de alimentar el resentimiento, Cazzu volvió a insistir en la empatía. En mayo de 2025, durante la promoción de su gira “Latinaje En Vivo”, cuando le preguntaron por el acoso que sufría Ángela Aguilar, respondió con coherencia y humanidad: “Veo muy injusto que muchas cosas que estuvieron mal hayan recaído sobre ella [Ángela Aguilar]. No lo apoyo en absoluto”.

Su postura desarticuló la narrativa del “duelo entre mujeres” y la convirtió en un ejemplo de sororidad como resistencia. De hecho su canción Con otra, lo explica: 

“La inseguridad lo vuelve loco / No fuiste tú el problema y yo tampoco”

“No soy tu enemiga, tienes tu enemigo durmiendo en tu cama”

¿Qué es la sororidad?

De acuerdo con la antropóloga feminista Marcela Lagarde, la sororidad es:

“Una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y al empoderamiento vital de cada mujer”

En palabras más sencillas, la sororidad es una alternativa política frente a las relaciones que el patriarcado nos ha enseñado: la competencia, el desprecio y la desconfianza. Ser sororas no significa estar siempre de acuerdo, sino no reproducir la violencia que nos oprime.

La socióloga e investigadora feminista Margarita Mantilla lo explica así:

“La sororidad es una herramienta que ha abonado la teoría-praxis feminista, la cual pone énfasis en las relaciones entre mujeres como ética y estrategia política para transformar la sociedad actual, la cual es decadente y desigual, con la finalidad de derribar al sistema patriarcal de raíz. Lo anterior más allá de si las mujeres establecen lazos de amistad o no"

Entonces surge una pregunta crucial: ¿También debemos ser sororas con las mujeres que agreden a otras mujeres?La respuesta es no.

La sororidad no es sinónimo de amistad ni de complicidad. Podemos ser críticas de las actitudes violentas de otras mujeres sin dejar de lado la empatía ni el horizonte político común: derrumbar el sistema que nos enfrenta entre nosotras.