¡Divas! Si pensaban que la moda era solo cuestión de looks y pasarelas, 2026 llega a recordarnos que el color también es político, emocional y tan chismoso como el algoritmo de TikTok.

Pantone eligió el Cloud Dancer (PANTONE 11-4201) como su Color del Año 2026 (el primer blanco que elige en su historia desde 1999) Mientras las autoridades del color apuestan por esta promesa de calma etérea, el debate ya está abierto: hay quienes celebran la idea de flotar en una nube de serenidad… y quienes preferimos el maximalismo mexicano que irrumpe con identidad, dolor y alegría, recordando que el color también puede ser resistencia.

Este año, la paleta global refleja las tensiones del mundo: mientras el Norte global suplica un descanso visual con minimalismo, México responde con identidad, dolor, fuerza y fiesta. Te contamos el chisme detrás del color del año. 

La tentación conservadora: el silencio del lujo

El PANTONE 11-4201 Cloud Dancer, es un blanco etéreo que, según Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute “promete calma en tiempos ruidosos”.

Pero ojo: el blanco nunca es tan inocente como parece. La psicología del color lo coloca como símbolo de pureza, perfección, fe y simplicidad… pero también de elitismo, esterilidad y frialdad, según Canva. Es el color de lo pulcro, lo que no debe mancharse, lo que permanece lejos de todo lo que “desordena”. Y justo ahí comienza la conversación política.

Las y los periodistas de la sección Styles del New York Times señalan que Cloud Dancer, el blanco elegido por Pantone para 2026, no es tan inocente como parece. Vanessa Friedman y Callie Holtermann advierten que, en el contexto político actual, el blanco puede tener connotaciones incómodas; Jacob Gallagher dice que funciona como una “pizarra en blanco”, mientras que Holtermann lo ve insípido y Alex Vadukul lo describe como un blanco con actitud. Para el equipo de Styles, más que calma, este color abre un debate sobre lo que significa el blanco hoy.

En un momento global atravesado por discursos conservadores, el blanco vuelve a funcionar como un uniforme aspiracional: minimalista, delgado, limpio, silencioso y obediente al ideal del “buen gusto”.

No es casualidad que esta paleta dialogue con el auge de la estética clean girl, las trad wifes y el revival de la “mujer virtuosa” en TikTok, donde la delgadez, el recato y la feminidad “suave” se presentan como mandamientos universales.

Hasta hace unos años la moda celebraba la exuberancia queer, el neón, el glitter y la exploración identitaria sin reglas. Hoy presenciamos un giro hacia la corrección, el orden y la señorialidad. El blanco, en este contexto, no solo tranquiliza: también disciplina.

Por eso, aunque Pantone venda Cloud Dancer como un respiro ante el ruido del mundo, para muchas personas este blanco etéreo es más bien un recordatorio de la nostalgia por el orden tradicional. Un color que, bajo su halo de pureza, puede reproducir jerarquías: lo “limpio” frente a lo “caótico”, lo “clásico” frente a lo “estridente”, lo “correcto” frente a lo “excesivo”.

Mientras tanto, WGSN,  la empresa líder mundial en pronóstico de tendencias de consumo y Coloro, su empresa hermana especializada en color, eligen una alternativa más consciente para el 2026: el Verde Azulado Transformador, un tono que mezcla azul profundo con verde acuático. Su mensaje es transición, responsabilidad y redirección. Si Pantone quiere paz, ellos quieren evolución.

¡Alerta maximalista! La venganza de los colores

Si el minimalismo susurra “menos es más”, el maximalismo mexicano grita “más es identidad”. Y en México esto no es tendencia: es carácter, memoria y resistencia cultural. El meximalismo marcará la pauta de 2026 con propuestas que no buscan complacer, sino conmover.

1. El golpe y la lucha: Moretón, de Trendo

Nada de suavidad: aquí hay rabia. La agencia de tendencias Trendo propone Moretón, un morado profundo que representa dolor, herida, memoria y proceso de sanación.

2026 no viene suavecito”, advierten las personas analistas. Y este color lo confirma: deja atrás el morado de la realeza y abraza su lado visceral. Una marca que arde, pero también un recordatorio de que seguimos de pie.

2. La dualidad vibrante: Comex

Por primera vez desde 2008, Comex lanza dos colores del año: una identidad en contraste.

  • Cielito Lindo (297-01): azul claro, suave, casi táctil. Nostalgia y contención emocional.
  • Xoconostle (128-07): rosa intenso, casi púrpura, misterioso y dulce.

Comex los resume así: “uno es terrenal y el otro es etéreo”. Como México: contradictorio, luminoso, complejo.

3. Optimismo con carácter: Pitaya, de Berel

Berel elige Pitaya (2-3605D), una reinterpretación del rosa mexicano tradicional. Vitalidad pura. Inspirado en un fruto que crece en condiciones adversas, este color apuesta por la fuerza, la alegría y el deseo de florecer pese a todo.

Tu elección, tu manifiesto

2026 nos obliga a mirar el color no solo como tendencia, sino como termómetro político y emocional. De un lado, la estética minimalista del blanco: pureza, contención, lujo silencioso y el deseo de ordenar un mundo que se siente caótico. Del otro, la intensidad del meximalismo: colores que narran herida, resistencia, identidad y memoria; tonos que no quieren ser neutrales porque la neutralidad también es política.

Al final, elegir un color para vestir, pintar tu casa o narrarte a ti mismx es tomar postura. Cuéntanos:

¿Te identificas con la calma pulida de lo etéreo o con la explosión emocional del meximalismo que se niega a ser borrado? ¿Con cuál estética te quedas para enfrentar el 2026?