Es casi imposible navegar por TikTok o las redes sociales sin encontrarse, por lo menos un par de veces, con el rostro de Pedro Pascal. El actor chileno de 50 años ha logrado convertirse en la celebridad consentida del mundo gracias a su innegable carisma.

¿Pero qué es lo que tiene Pedro que nos tiene tan enganchadas, y lo más importante, qué nos dice su inmensa popularidad sobre lo que, como mujeres, estamos buscando en los hombres hoy en día? Te contamos.

El rol de protector

Una de las etiquetas más populares de Pedro Pascal es la de "Internet's Daddy". En su artículo “El efecto Pascal”, la comunicóloga Andrea Cajiga explica que este apodo se relaciona directamente con sus roles protagónicos en series como The Last of Us y The Mandalorian, donde interpreta figuras paternales y protectoras.

En The Mandalorian, es un cazarrecompensas solitario que cuida de Grogu. En The Last of Us, es Joel, un exmilitar encargado de escoltar a la adolescente Ellie. En ambos, da vida a héroes que encarnan los atributos del padre: el cuidador y el protector.

Incluso el director estadounidense Craig Mazin, creador de The Last of Us, teoriza que el atractivo paternal de Pedro Pascal se debe a que "todo el mundo tiene buenos recuerdos de una figura paterna positiva en su vida, o bien un terrible vacío en su corazón donde debería haber habido una figura paterna positiva. Nostalgia o anhelo de, llamémoslo, una masculinidad no tóxica".

Esa idea conecta profundamente con lo que muchas personas están buscando hoy: una figura masculina que no represente amenaza, sino cuidado. En entrevista para La Cadera de Eva, Marilu Rasso, directora ejecutiva de Espacio Mujeres para una Vida Digna, Libre de Violencia, señala que Pedro Pascal "da la impresión de ser una persona que ha trabajado sus violencias" y que "se sale del modelo tradicional" de masculinidad.

Nosotras, como mujeres, percibimos que sus gestos sensibles y emocionales rompen con esos estereotipos tradicionales. Antes, la delicadeza y la sensibilidad no eran cualidades que se veían como "deseables" en hombres famosos, pero los tiempos han cambiado, las masculinidades tóxicas se aplauden menos, y hombres como Pedro Pascal están en el centro del deseo popular.

Pedro no solo es un abanderado de esta nueva ola de "chicos buenos", sino que su apoyo público a su hermana trans, Lux Pascal, lo ha convertido en un icono para la comunidad LGBTQ++, valorando su defensa de la diversidad y la inclusión.

Él mismo ha cuestionado por qué las personas no heterosexuales o cisgénero no pueden simplemente existir sin tener que hacer una declaración, mostrando una prudencia y una capacidad de escuchar que muchas apreciamos.

¿Pedro Pascal el nuevo rostro de la masculinidad?

Marilú Rasso describe la masculinidad de Pedro Pascal como "performativa que no es violenta", sugiriendo que parece ser sensible y emocional. Sin embargo, enfatiza que esta apariencia no implica necesariamente un trabajo profundo de deconstrucción donde se cuestione y se mueva de lugar en términos de privilegios o el trato real hacia otras personas, incluyendo mujeres y hombres. Ella cuestiona si realmente está desafiando los mandatos, creencias y estructuras que perpetúan el privilegio masculino.

La experta señala que las mujeres de hoy, buscamos construir parejas donde en el centro estén los buenos tratos, el respeto y la dignidad. Queremos hombres que se responsabilicen de sus propias contradicciones, que no se apropien del discurso feminista, sino que usen sus elementos para cuestionar sus propios espacios de poder y su reproducción de la violencia.

Esto significa que valoramos aquellos que están dispuestos a ceder espacios, escuchar sin defenderse y transformarse en la manera en que habitan el deseo, el cuerpo, el cuidado y los vínculos.

Para Marilú Rasso, la presencia de representaciones diversas de ser hombre en los medios, como la de Pedro Pascal, es vital. Ofrecen a las nuevas generaciones otros referentes de masculinidad, mostrando que es posible ser hombre de otra manera. Esto ayuda a deconstruir los moldes preestablecidos y las normas que han naturalizado las violencias.

Sin embargo, para construir relaciones más libres e igualitarias, debemos ir más allá de los íconos de las pantallas y observar los gestos cotidianos. Como nos aconseja Marilu, es crucial fijarnos en:

  • Cómo se vincula con la persona que lo atiende en un restaurante.
  • Si sus silencios sostienen privilegios.
  • Si reacciona a los puntos de vista diferentes desde la defensa o desde la escucha.
  • Si es capaz de reflexionar y de reparar.
  • Si se quita del centro y del privilegio cuando tiene la posibilidad de hacerlo.

Cuando alguien nos empieza a gustar, Marilu Rasso nos invita a preguntarnos: qué es lo que nos llama la atención de esa persona. ¿Eso que nos atrae sigue reproduciendo lógicas antiguas, como esperar que el hombre sea el único proveedor o que cumpla con ciertos estándares físicos?

Y si vemos gestos que nos hacen pensar que es un hombre que ha trabajado sus masculinidades, debemos mirar con mayor profundidad para ver si realmente hay un deseo de cambio profundo o si solo está usando una imagen para la conquista.

La popularidad de Pedro Pascal no es solo un reflejo de su talento, sino también de un cambio cultural donde la sensibilidad, la autenticidad y la aceptación de la vulnerabilidad se valoran cada vez más en los hombres. Y esto, amix, es un tema del que, sin duda, necesitamos seguir conversando para construir relaciones más plenas y auténticas en nuestras vidas.