Este 1 de diciembre, Dua Lipa encendió el Estadio GNP Seguros en la Ciudad de México con la primera de varias fechas que dará en el país para cerrar su Radical Optimism Tour. La cantante inauguró su paso por México con un momento digno de loop infinito en TikTok, cuando regaló al público una interpretación bellísima de “Bésame mucho”.

Ahí, en medio de un show impecable, Dua confesó su amor por México, diciendo que presentarse aquí era “la cereza del pastel” y la única forma en que quería cerrar su tour. Además, recordó que la compositora mexicana Consuelo Velázquez escribió “Bésame mucho” sin haber dado su primer beso… porque a veces “los compositores escribimos nuestros sueños”.

Pero Dua Lipa es mucho más que iluminaciones perfectas, glitter y coreografías maravillosas. Es una mujer que canta, baila y también pelea por los derechos humanos. Te contamos.

Ser mujer en el pop: el nivel “experta” del videojuego

Dua nunca ha ocultado su amor por el feminismo. Solo basta ver “New Rules” o “IDGAF” para identificar esa vibra de hermandad femenina que se siente como si te dijeran: “amiga, juntas podemos con todo”.

Pero esta energía no nació de la nada. Viene del machismo que todavía domina la industria. En una entrevista con British GQ, explicó que para una mujer “cuesta mucho más ser tomada en serio si no estás sentada al piano o con una guitarra”. Mientras tanto, a los hombres automáticamente se les asume como grandes compositores. A nosotras, como productos prefabricados.

Y claro, eso genera presión. Una presión constante por demostrar que sí escribe, sí crea y sí lidera su propio proyecto. Con su álbum debut dejó claro que no iba a esperar que nadie escribiera su historia por ella.

También se ha plantado frente a directores que intentan dictarle cómo “debería” lucir una popstar. Cuando uno le sugirió ponerse falda para verse “más linda”, ella simplemente respondió: “voy a usar pantalones porque hace mucho frío”. Feminismo práctico, amigas.

Sobre el movimiento #MeToo, Dua ha sido igual de directa. Dice que la cultura patriarcal ha normalizado el acoso con ese clásico “los chicos serán chicos”. Pues no. Para ella, las mujeres tienen derecho a vestirse como quieran y aun así ser tomadas en serio. Y lo dice fuerte: quiere ver “más mujeres dominando el mundo”.

Activismo global: la fuerza viene de casa

Dua nació en Londres, hija de padres kosovares que huyeron del conflicto en los Balcanes. Esa doble identidad la acompaña siempre “ambos lugares son parte de mí”, dijo a la revista Elle y por eso ha criticado la retórica antiinmigrante en Reino Unido, señalando lo hirientes que son ciertos discursos contra la comunidad albanesa.

Su activismo también la ha llevado a pronunciarse sobre el genocidio en Gaza. El 29 de mayo de 2024, en su cuenta en Instagram, ante millones de seguidores, en una historia denunció las operaciones militares como un “genocidio israelí” y compartió material de Artists4Ceasefire con el mensaje: “la quema de niños vivos nunca puede justificarse”.

Aunque la artista lamenta también las vidas israelíes perdidas y condena a Hamas, subrayó en la revista Rolling Stone que el “enfoque debe estar en las miles de vidas palestinas arrebatadas”.

Y sí, esto tuvo consecuencias reales: en septiembre de este año despidió a su agente, David Levy, después de que este apoyara una carta para excluir al trío de rap irlandés Kneecap del festival de Glastonbury, de acuerdo con The Mail on Sunday. Para Dua, era incompatible con sus valores pues “ella lo ve como un partidario de la guerra de Israel en Gaza, y el terrible trato de los palestinos".

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Service 95 y el poder de las historias de mujeres

Su activismo también vive en los libros. Con su club de lectura, Service 95, creó un espacio donde la cultura se vuelve resistencia. En una de sus entregas habló con Margaret Atwood, autora de El cuento de la criada, quien le recordó que nada en su novela distópica es inventado: “No incluí nada en este libro que no hubiera ocurrido antes”. Una advertencia sobre los derechos que pueden desaparecer.

Dua también defiende con fuerza a la comunidad LGBT++, porque para ella es simple: “Es un derecho poder amar a quien quieras.”

Así que, la próxima vez que escuches One Kiss, recuerda que detrás de esa voz hay una mujer que no solo te pone a bailar: también está cambiando conversaciones, incomodando al poder y defendiendo a quienes necesitan aliados.