Las redes sociales están en constante cambio, con tendencias que aparecen y desaparecen en cuestión de días, sin embargo, muchas de ellas comparten un patrón preocupante: la infantilización de las mujeres, desde una desde una lógica patriarcal que refuerza estereotipos de género bajo la apariencia del humor.

¿Has visto videos con las tendencias de I´m just a girl, o girl math? A simple vista parecen inofensivos, incluso divertidos, y aunque no son nuevos, últimamente cada vez más usuarias en internet están cuestionando lo que realmente comunican. ¿De qué van estas tendencias y por qué deberíamos analizarlas con una mirada crítica? 

  

¿Sólo soy una chica?

I´m just a girl es una tendencia en la que algunas mujeres excusan comportamientos, generalmente asociados con la sumisión o hiperfeminización. Entre los ejemplos más comunes están no saber utilizar herramientas, necesitar ayuda constante, comprar productos de belleza impulsivamente o mostrarse exageradamente delicadas con la frase “sólo soy una chica”. 

 

Muchas veces, el sarcasmo es tan sutil que termina normalizando la idea de que ser mujer implica ser “débil”, “torpe” o “dependiente”, como el patriarcado nos ha hecho creer.

Esta tendencia tiene su origen en una parodia de la canción de 1995, Just A Girl, de la banda No Doubt. En ella, la vocalista, Gwen Stefani, expresa su frustración al ser reducida por su género y las limitaciones impuestas por una sociedad patriarcal al ser vista únicamente como “una chica”.

“Oh, soy solo una chica, toda bonita y pequeña, así que no me dejes tener ningún derecho", se escucha de manera irónica en la canción. Y aunque el trend retoma esta frase de la canción, el mensaje original muchas veces pierde su carga y banaliza la experiencia de vivir como una mujer. 

Aún así, algunas usuarias han resignificado esta tendencia como una forma de conexión y solidaridad: un espacio donde compartir frustraciones, encontrar consuelo y reírse juntas de los absurdos que vivimos a diario por el simple hecho de ser mujeres.

“Si pago en efectivo, no cuesta”

Por otro lado, el girl math es una tendencia especialmente popular en TikTok en la que se justifican compras impulsivas bajo una lógica irracional, comúnmente asociada con una supuesta “lógica femenina” en la que las mujeres toman decisiones financieras que ignoran principios básicos de las matemáticas. De nuevo, asumiendo críticas patriarcales nos dicen que las mujeres somos “tontas” e “inconscientes”.

Esta tendencia, que muchas veces sólo se lee con humor, ha sido criticada por normalizar la falta de educación financiera de las mujeres, y es que varias usuarias en internet creen que frases como “si pagas con efectivo, es gratis” normaliza y réplica estereotipos negativos sobre las mujeres y su relación con la administración de dinero. 

Esta tendencia no se limita únicamente al mundo de las finanzas. A partir del girl math surgió un fenómeno paralelo conocido como “boy math”, que satiriza la lógica masculina  y expone los comportamiento y las contradicciones de algunos hombres

Frases como, “si yo pago en la primera cita, ella está obligada a relaciones sexuales conmigo”, ilustran cómo esta tendencia busca evidenciar actitudes machistas y problemáticos.

¿Por qué son preocupantes estas tendencias?

Estas tendencias no surgen de manera aislada, se suman a una oleada de contenidos virales que continúan reforzando estereotipos de género y la idea de que las mujeres son menos capaces que los hombres para  realizar tareas simples o tomar decisiones racionales

Otras modas como “ser una mujer de alto valor” o discursos sobre la “energía masculina y femenina” promueven ideas esencialistas que reducen a las mujeres a roles preestablecidos, muchas veces disfrazados de autocuidado y empoderamiento

Estas tendencias, fuertemente vinculadas con la idea del sometimiento de las mujeres, refuerzan ideas sobre cómo las mujeres no son racionales ni responsables. 

Lo que a simple vista parece una sátira inofensiva es, en realidad, un reflejo de los logros sutiles del patriarcado, que plantea la subordinación, infantilización y la pasividad como una forma de empoderamiento a través de mensajes como “soy una chica y no necesito entender de finanzas” y “soy una mujer que conserva su energía femenina”. 

Lala Pasquinelli, autora feminista argentina, explica en su libro La estafa de la feminidad, que la promesa de la felicidad está profundamente ligada al ejercicio de la feminidad, entendida como receta que las mujeres deben seguir para sentirse valiosa, aceptadas y completas.

“Tenemos que ponernos máscara, ocultarnos atrás de personajes cool, consumir un empoderamiento de selfie con filtro en ropa interior, bien sexis, y seguir comprando todo eso que compran las personas que son felices”.

 

¿Una cuestión de privilegio?

El estallido de estas tendencias ha generado opiniones respecto a quiénes son las mujeres que replican estas tendencias y desde qué lugar lo hacen. Muchas personas argumentan que estas tendencias tienen origen en el machismo, ya que refuerzan la idea de que las mujeres son emocionalmente impulsivas o financieramente irresponsables.  

En el caso del girl math, se ha señalado que sólo las personas con cierta autonomía económica pueden permitirse emplear este tipo de “método o código financiero” sin consecuencias reales. 

Otras personas afirman que, por salud mental, es mejor no juzgar cada actitud individual como un síntoma del sistema patriarcal, pues el autocuidado, la felicidad y la realización puede significar expresiones diferentes para cada mujer. 

Este tipo de tendencias nos invitan a preguntarnos ¿qué tipo de discursos normalizamos bajo la excusa del humor o la sátira? y ¿qué está detrás de esta forma de representación?