Desde 1931 se instituyó el 6 de enero como el Día de la enfermera y el enfermero en México. Fue, según palabras de quien tuviera la iniciativa, el Doctor José Castro Villagrana, director del Hospital Juárez de México, un “regalo de reyes” para los pacientes. Otra efeméride relacionada es la del 12 de mayo, el Día Internacional de la Enfermería, la cual se celebra desde 1965 como homenaje al natalicio de Florence Nightingale.
Según datos del INEGI en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 620 mil personas se dedican a la prestación de servicios remunerados de enfermería. De este total, las mujeres representan un 79% y los hombres un 21%. Otra cifra relevante de dicha encuesta es que, para el mismo periodo, por cada 100 trabajadoras en enfermería, 53 son profesionistas, 18 técnicos, y 28 auxiliares en enfermería o paramedicina.
Un dato que también es diferencial para mujeres y hombres: entre las mujeres 56% cuenta con una formación profesional y 25% con estudios auxiliares o paramédicos y el porcentaje de hombres para dichas categorías es de 44% y 41%, respectivamente.
Por otro lado, desde que se legalizó el aborto en la Ciudad de México en 2007, este personal de salud tiene un papel muy importante acompañando los procesos de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) de miles de mujeres. Ello ha sucedido en esta entidad y en las otras 18 que, para fines de 2024, ya lo habían también legalizado hasta la semana 12 de gestación.
En el artículo me quiero concentrar en el papel que juega la enfermería y sobre todo las mujeres enfermeras en la provisión de ILE en los servicios públicos de salud, pero es importante mencionar que en el procedimiento otros proveedores de servicios de ILE ocupan un lugar: área de recepción de clínicas y hospitales públicos, médicos generales y ginecobstetras, trabajadoras sociales y psicólogas.
Las enfermeras: actor central en el procedimiento de ILE
Desde mayo de 2007 hasta junio de 2024 se habían practicado en la Ciudad de México 277 mil 268 procedimientos de ILE en instituciones públicas de salud. De estos, 221 mil 341 se habían llevado a cabo a través de medicamentos, 52 mil 883 mediante Aspiración Manual Endouterina (AMEU) y 3 mil 44 con Legrado Uterino Instrumentado (LUI). Las enfermeras acompañan sobre todo en los procedimientos con medicamentos; también lo hacen en la consejería para la anticoncepción postaborto y en los momentos de manejo del dolor.
Muy pronto después de la legalización de 2007 se empezaron a realizar investigaciones para dar cuenta del papel de las enfermeras en la provisión de ILE. Por ejemplo, un artículo titulado El programa de Interrupción Legal del Embarazo en la Ciudad de México: experiencias del personal de salud, publicado en 2012 mostraba las diferencias entre médicos y enfermeras.
En un estudio similar de 2015, las autoras concluyen que “los hallazgos son consistentes con los obtenidos en estudios previos que evaluaron el desempeño de los proveedores de nivel medio en la ejecución de tareas tradicionalmente limitadas a los médicos e indica que las enfermeras pueden aumentar exitosamente la provisión que hacen los médicos de atención del aborto por medicamentos en México y así ‘ayudar a responder a la alta demanda del aborto seguro’ en el país”.
Un documento oficial reciente, Lineamiento Técnico para la Atención del Aborto Seguro en México (edición, 2022), del cual ya había escrito algo en este espacio de La Cadera de Eva, presenta un “Flujograma para la atención de mujeres en situación de aborto seguro” en donde se puede ver la ruta que idealmente debería seguir una mujer que solicita una ILE y las diferentes etapas que los servicios de salud deberían otorgar (11 pasos con subapartados para circunstancias precisas como por ejemplo si la mujer es menor de edad o si presenta signos de violencia).
En dicho flujograma, las enfermeras se encuentran en prácticamente todos los pasos del recorrido.
En la revisión de diversos materiales realizados desde 2007 hasta la fecha observo dos temas relevantes: uno, el enorme aumento de ILE’s realizadas con medicamentos; y dos, la diversificación del personal dedicado a atenderlas, como ya señalé, sobre todo en el caso de abortos con medicamentos.
Justamente, dichas transformaciones muestran algunas medidas que han contribuido a la realización de esta práctica en los servicios públicos de salud de la Ciudad de México y del resto del país.
Asimismo, deja en evidencia el papel de mayor peso que se ha ido otorgando a las enfermeras. Si en 2007 no eran actrices centrales del procedimiento de ILE’s en el país, hoy lo son y ello también contribuye a ir modificando su práctica y presencia en el sistema de salud.