En el mundo actual, donde el capitalismo dirige gran parte de nuestra vida, mantener el control sobre nuestros recursos es crucial para nuestra libertad y autonomía. Pero ¿qué pasa si te encuentras perdiendo ese control sin tu consentimiento? Eso es lo que llamamos violencia económica: un tipo de abuso a menudo sutil y difícil de detectar.
La violencia económica ocurre cuando una persona toma control de los recursos económicos de otra, limitando su capacidad para obtener, usar y mantener esos recursos. Esta agresión puede aparecer en formas como el control estricto de tus gastos, el acceso limitado o nulo a tus cuentas bancarias, la coacción para firmar documentos financieros o restricciones en tu capacidad para trabajar, estudiar o emprender.
Este abuso no solo ocurre en las relaciones de pareja. Puede surgir en cualquier relación con un desequilibrio de poder, como las familiares o amistades. Algunas señales de alarma incluyen:
- No tener control sobre tu propio dinero
- Tener que justificar cada gasto
- Sentir miedo o ansiedad al hablar de dinero
- La prohibición de generar tus propios ingresos
Si te reconoces en alguna de estas situaciones, es posible que estés viviendo violencia económica.
Las secuelas de este tipo de maltrato pueden ser devastadoras, arrastrando a sus víctimas a un ciclo de dependencia que hace más difícil salir de relaciones abusivas y puede escalar hasta formas de vejación más evidentes y peligrosas, como la violencia física.
Entonces, ¿cómo rompemos ese círculo vicioso?
Una alternativa para romper esta espiral de violencia es el emprendimiento, pues puede liberar a las mujeres víctimas de violencia económica al ofrecerles una vía para alcanzar su autonomía financiera. Crear un negocio proporciona a las mujeres control sobre sus propios ingresos, permitiendo una independencia que puede interrumpir el ciclo de abuso. Este proceso, sin embargo, requiere de acceso a recursos, educación y oportunidades, así como de un apoyo emocional y psicológico significativo, para ayudar a estas mujeres a superar los desafíos que puedan enfrentar y a reconstruir su confianza y autoestima.
Si estás en una posición de poder o conoces a mujeres que estén sufriendo este tipo de violencia, acerca a ellas estos recursos y conocimiento. No es fácil, pero existen varias estrategias disponibles, entre ellas, puedes encontrar programas gubernamentales o de organizaciones sin fines de lucro dedicadas a la educación financiera, y recursos en línea gratuitos que pueden ayudarte a manejar mejor las finanzas.
Además, nunca subestimes el poder del apoyo emocional y psicológico. Puede ser a través de terapia, grupos de apoyo o simplemente conversando con personas de confianza. Es fundamental recordarle a quien vive esta situación que no está sola. Con el apoyo adecuado y los recursos necesarios, se pueden superar estos desafíos y reclamar la autonomía financiera para reconstruir la vida.