¿Has notado cómo el mundo de los negocios y el emprendimiento parece estar diseñado para los hombres? No importa dónde mires, siempre encontrarás esas brechas de género que nos ponen en desventaja. A veces es tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta de cómo nos afecta a todas las que soñamos con tener nuestro propio negocio.

Imagina esto: tienes una pasión, algo que te encanta hacer, y decides convertirlo en tu trabajo. ¿Suena maravilloso, verdad? Quizás demasiado para ser verdad. Aquí viene el problema: no todas estamos en el mismo punto de partida. Las mujeres, por lo general, tenemos que lidiar con obstáculos mucho más grandes que los hombres cuando se trata de conseguir capital.

Y cuando hablamos de mantener la rueda del mercado girando, parece que no hay espacio para pensar en nosotras. Muchas mujeres, que además de todo llevamos la carga de las tareas de cuidado, nos encontramos con un muro al intentar formar parte de este sistema que no valora el trabajo no remunerado.

El primer gran obstáculo en este camino es el acceso a los recursos. Desde pequeñas, nos enseñan a resolver problemas en casa, pero no a manejar nuestro dinero. Esto nos deja en una posición vulnerable, aumentando el riesgo de violencia económica y dificultando el acceso a financiamiento.

Y luego está la discriminación. Todos los días, las mujeres nos enfrentamos a prejuicios en el mercado laboral que pueden limitar nuestras oportunidades y nuestra capacidad para ganar un salario justo. Esto es especialmente evidente en sectores o roles que han sido tradicionalmente dominados por hombres, como el empresarial.

Además, estamos subrepresentadas en los niveles más altos de las empresas y en los roles de toma de decisiones. Cuando se habla de emprendedores exitosos, siempre se menciona a los gigantes de Silicon Valley, pero ¿qué pasa con todas las mujeres que están triunfando en el mundo de los negocios? ¿Por qué nadie las conoce? ¿Cómo se supone que aspire a ser una empresaria exitosa si parece que no existen?

Por eso es tan importante hablar de la falta de perspectiva de género en el mundo del emprendimiento. ¿Qué te ha faltado para hacer crecer tu negocio? ¿Cuánto de eso se debe al patriarcado?

Pero no todo es malo. Podemos generar redes de apoyo entre nosotras. Conocernos, reconocernos y apoyarnos. Podemos amplificar el mensaje de cada una y promover el emprendimiento femenino. ¿Cómo? Buscando mentoras, participando en capacitaciones lideradas por mujeres, trabajando con proveedoras y clientas, y construyendo relaciones entre nosotras. Poco a poco, nos daremos a conocer y ocuparemos más espacios. Así, enfrentaremos al sistema patriarcal con un emprendimiento femenino a la vez.