La lucha por la igualdad de género en el mundo del emprendimiento es un desafío constante, particularmente en México y Latinoamérica, donde las mujeres enfrentan barreras únicas y persistentes para formalizar y desarrollar sus negocios. Al hablar de emprendimiento femenino de inmediato viene a nuestra mente la imagen de mujeres dedicándose a las ventas, muchas veces, sin mucha estructura. ¿Por qué es tan difícil conectar el emprendimiento escalable y de alto impacto a las mujeres?
De acuerdo con el Women Entrepreneurship Report del GEM Global Entrepreneurship Report más reciente, en los últimos años se presentó una caída del 15% en la creación de empresas con fundadoras, con una tendencia que se mantiene hasta, al menos, el año 2021.
La pandemia casi triplicó la carga no remunerada en las mujeres
De acuerdo con IMCO, la participación de las mujeres en labores no remuneradas en el hogar fue 2.7 mayor a la de los hombres durante 2020.
El trabajo no remunerado y las tareas de cuidado se convirtieron en una de las limitantes más grandes para las mujeres en lo profesional y, especialmente, en la creación de nuevas empresas que es el momento de las mismas, en las que más tiempo y esfuerzo se debe invertir para lograr el éxito.
A pesar de las desigualdades que aún enfrentamos alrededor de las tareas de cuidado, será imposible destacar profesionalmente en la creación de negocios que, a su vez, se puede traducir en creación de empleos.
A pesar de que los proyectos dirigidos por mujeres suelen ser estables y sólidos, el acceso a financiamiento sigue siendo limitado
El financiamiento también presenta aspectos desiguales. Mientras los hombres pueden encontrar alternativas para hacer crecer sus empresas fácilmente, a las mujeres se les dificulta encontrar cómo acceder a créditos o inversionistas, principalmente, por el tipo de consideraciones que se toman al momento de entregar un producto financiero.
Las mujeres han sido históricamente excluidas o limitadas en muchas áreas de la vida pública y profesional, incluyendo el mundo empresarial. Esto puede tener un efecto dominó en su capacidad para acceder al capital.
Aun cuando las mujeres tienden a tener proyectos más estables y sólidos, el acceso a capital es mucho menor. En ocasiones, esto se relaciona con el tipo de filtros que se le ponen a una mujer, en donde puede haber preguntas más relacionadas con su vida personal que con sus estrategias financieras.
Un estudio realizado por Proceedings of the National Academy of Sciences demostró que los inversores preferían las ideas de negocio presentadas por hombres, incluso cuando el contenido de la presentación era el mismo que el presentado por una mujer.
¿Quiénes son las grandes fundadoras y líderes?
Cuando en una clase de la escuela de negocios pongo imágenes de Elon Musk, Jeff Bezos o hasta el mismísimo Steve Jobs, todos los participantes identifican perfectamente quienes son aún sin tener el nombre escrito. Cuando pongo imágenes de Whitney Wolfe, fundadora de Bumble, Zhang Yin, la fundadora y directora de Nine Dragons Paper, la mayor empresa de reciclaje de papel del mundo, o incluso, Oprah Winfrey, creadora de Harpo Productions, que ha producido una serie de programas de televisión y películas exitosos, pocos las pueden identificar. ¿Cómo pretendemos que las mujeres tengan la intención y las ganas de dedicarse a los negocios si no cuentan con referentes en el mundo empresarial?
¿Y qué hacemos?
Pongamos en la mesa la conversación alrededor de las desigualdades de género en el mundo de los negocios. Discutamos, encontremos espacios, llevemos el mensaje para que podamos ir transformando esta situación. Las mujeres emprendedoras tenemos el compromiso de abrir las brechas de género para las demás que siguen en el camino.
Si ya tienes experiencia como creadora y desarrolladora de empresas, ayuda a otras a través de mentorías. Si estás iniciando, acude a eventos de emprendimiento para generar mayor participación. Creemos juntas redes de apoyo para combatir juntas estos sesgos sistémicos y de género en los negocios.