Seguimos en el mes en dónde se romantiza el papel de las madres, los cuidados y en general las distintas formas de maternar, pero las preguntas para todas las mujeres desde edades muy tempranas siguen siendo las mismas: ¿Para cuándo los hijos? ¿Cuántos hijos piensas tener? ¿Quieres tener hijos? Y la realidad es que nadie está preparado o preparada para esta respuesta: no quiero ser mamá.
Romper con los roles y estereotipos que marca la sociedad machista y misógina en la que vivimos sigue causando controversia y desacuerdos. La idea de la madre abnegada y que sacrifica todo por su familia sigue siendo el modelo a seguir, aunque esto implique invalidar su identidad como persona pues, se cree que toda mujer nace con un “instinto maternal”.
Darcy Lockman psicóloga y escritora estadounidense apela en su libro Toda rabia que el instinto maternal es una mentira porque los instintos son comportamientos que ponemos en marcha sin haberlos aprendido. Sin embargo, ser padre y ser madre se aprende, entonces aquello a lo que llamamos "instinto" es en realidad un aprendizaje. El problema de llamarlo instinto es que el sistema patriarcal se aprovecha de la idea de que solo las mujeres los tienen, validando de esta forma que ellos vayan a divertirse mientras las mujeres cuidan a los niños.
Lo cierto es que en nuestro país la mayoría de las mujeres no se plantean si van a ser o no madres porque se asume que en algún momento de su vida sucederá porque decidir lo contrario se considera sospechoso y representa una serie de señalamientos que vulneran la autonomía de las mujeres. ¿Es entonces la maternidad un mandato que de no cumplirlo se es considerada una mujer incompleta? Y la respuesta a esta valoración sexista se basa en el miedo a la soledad y la culpabilidad ante los señalamientos con que cargan pues, la no maternidad también es motivo de violencia de género.
La decisión tampoco es fácil, es un proceso en el que la presión social y biológica te hacen dudar de no ejercer la maternidad en ninguna de sus formas, porque hay que mencionarlo hoy: no ejerce la maternidad únicamente la mujer que pasa por un embarazo y da a luz. Decidir no ser madre no debería ser motivo de señalamiento o rechazo, no es un problema de amor propio, tampoco es un problema psicológico ni es una decisión egoísta. Tampoco con esto quiero decir que ejercer la maternidad este mal.
Ejercer o no maternidad es una decisión muy personal que no debe ser cuestionada, gracias a la lucha de muchas en la historia de la humanidad es que actualmente la mayoría de las mujeres tenemos la libertad y la oportunidad de de elegir de manera libre e informada si queremos o no dedicar nuestra vida al cuidado y la crianza de los hijos o dar prioridad a nuestro desarrollo humano o profesional.Ambas decisiones son posibles siempre y cuando sea una decisión libre. La única norma social para todas las mujeres no debería ser o madres si no la posibilidad de que todas las mujeres sin excepción y tomando en cuenta nuestras diversidades pudiéramos decidir.