En una sociedad que históricamente ha medido el valor de una mujer por su estado civil, surge un paradigma revolucionario: la mujer completa por sí misma. Este cambio fundamental en la autopercepción femenina está transformando las dinámicas sociales y la manera en que las mujeres construyen sus proyectos de vida.

Por eso, este mes del amor y la amistad, en Ola Violeta AC nos ponemos a mirar críticamente el mito del amor romántico en el reporte “¿Media naranja? ¡Mangos”. Abordamos sus implicaciones para la autoestima y el autoconcepto de las mujeres, pues hoy niñas y adolescentes crecen en un contexto de hipersexualización en que se normaliza aprender a gustar por medio de la exhibición del cuerpo en redes sociales. Que este mes sea también el del amor propio, eso sí que es revolucionario.

La presión social tradicional persiste: “¿Por qué tan solita?”, “¿para cuándo la boda?”, son preguntas que siguen resonando en reuniones familiares y encuentros sociales.

Como señala la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, mientras que los hombres solteros son vistos como individuos que aún no han elegido, las mujeres sin pareja cargan con el estigma del fracaso personal. Esta doble moral refleja estructuras patriarcales muy arraigadas que siguen influyendo en la percepción social de la soltería femenina.

Sin embargo, las estadísticas muestran una realidad diferente. Según datos del INEGI, en México solo el 36.9% de la población adulta está casada, mientras que el 33.1% son personas solteras. Esta transformación demográfica indica un cambio cultural más profundo: las mujeres están redefiniendo sus prioridades y cuestionando el mito de la media naranja relatado por Platón en su obra El banquete; una historia que ha permeado la cultura occidental por más de 2 mil 300 años.

La feminista bell hooks identifica una creencia problemática: la idea de que las relaciones románticas son la única vía hacia la realización personal de las mujeres. Esta narrativa está siendo desafiada por un nuevo paradigma que reconoce la completitud inherente de cada mujer.

Las generaciones actuales están rechazando la hipersexualización y la presión por gustar a toda costa, optando por construir identidades basadas en el desarrollo personal, profesional y espiritual.

Analizamos una muestra de mujeres que hemos apoyado desde Ola Violeta y encontramos datos alarmantes: cuatro de cada cinco están conscientes de que realizan dietas no por salud sino por verse mejor; tres de cada cinco mantiene la “esperanza” de conseguir pareja si mejora su aspecto físico.

El 100% de las mujeres consultadas se guía para evaluar su aspecto en los patrones estereotípicos de belleza que al menos la mitad de ellas reconoce como inalcanzables. De ese tamaño es el desafío para resignificar el amor.

La filósofa Chantal Mouffe propone una estrategia de cambio que comienza desde lo micro: pequeñas acciones cotidianas que desafían los roles tradicionales y construyen nuevas narrativas. Las mujeres ahora reclaman espacios tradicionalmente negados, desde disfrutar una cena en solitario hasta priorizar objetivos personales sobre expectativas sociales de matrimonio.

Esta revolución silenciosa no niega el valor del amor, sino que lo reposiciona como una opción, no una necesidad. Las mujeres ahora escriben sus propias historias, donde la realización personal no depende de encontrar su “otra mitad”, sino de reconocer y celebrar su propia integridad.

El verdadero cambio radica en comprender que la plenitud no es algo que se encuentra en otra persona, sino que se cultiva desde dentro. Las mujeres están demostrando que la felicidad comienza con el amor propio y la autodeterminación, redefiniendo así el significado del éxito en sus propios términos. Así que feliz y feminista San Valentìn.

Si te interesa leer el reporte completo, puedes consultarlo en https://www.olavioleta.mx/columnas