No tengo miedo ni me rajo -Xóchitl Gálvez
Escrito el 21/09/2023 · 12:26 hrs
“Yo soy mexicano, de nadie me fío, cuando estoy sufriendo, antes de rajarme, me aguanto y me río”, decía Jorge Negrete, uno de los exponentes de la música y el cine más grandes de nuestro país. El discurso de “no rajarse” lo hemos adoptado y lo agregamos a nuestra cotidianidad -hasta con orgullo-; el mexicano no se acobarda, es echaleganista y por supuesto, jamás, pero jamás, se raja.
Esta frase forma parte de la cultura popular e incluso, se ha convertido en el eslogan político de, por ejemplo, Xóchitl Gálvez quien utiliza el “¡no me rajo!” como parte identitaria de su campaña política y que recientemente resurgió tras una acusación por supuesto plagio de tesis. En su defensa, publicó vía Twitter un video donde asevera "tener muchos huevos" y nunca rajarse, pero ¿qué hay detrás de esta expresión?
Antes de entrar al tema, debes saber que esta no es la primera vez que encontramos discursos sexistas y machistas en la campaña de Xóchitl Gálvez, acá te explicamos otras de cuando fue aspirante de la oposición en nuestro artículo “Las red flags de los y las aspirantes de oposición a la presidencia”.
Las expresiones las aprendemos, heredamos y las replicamos como parte de nuestra cotidianidad que nos despierta el sentido de pertenencia. Aquel en el imaginario colectivo donde la idiosincrasia mexicana nos hace personas echadas para adelante -siempre-… y ¿machistas?
Te contamos de dónde viene esta expresión y por qué es momento de comenzar a cuestionar nuestro lenguaje; no es que ya no se pueda decir nada, es que la revolución parte desde el lenguaje y el cambio está en la decisión de querer hacerlo.
¿A poco sí muy rajón?
En el artículo escrito por Cristhian Alfonso “El laberinto de la soledad: detrás de la máscara del mexicano”, se analiza la referencia de Octavio Paz en “El laberinto de la soledad" en torno al significado de la expresión "rajarse" para las personas mexicanas. Alfonso explica que, sobre todo para los varones, el hecho de “rajarse” se vuelve un impensable, pues eso implica que algo se quiebra y permite ver su vulnerabilidad. Una condición que, por supuesto, va en contra de la idiosincrasia mexicana.
"Los hombres no lloran": ¿qué es la masculinidad hegemónica?, para entender a profundidad el concepto y cómo iniciar a deconstruirla
El rajarse implica que una persona es cobarde, débil, agachón y que ha permitido que el mundo entero vea hacia sus adentros y lo peor de todo: ¡Que tenga vulva!
¿Rajarse es de mujeres?
Aunque las teorías de dónde surgió este popular dicho son muchas e incluso, el estado de Guadalajara se lo atribuye como frase popular durante la Guerra Cristera, las teorías convergen en un punto: rajarse hace alusión a la vulva de las mujeres.
En este contexto hablamos de la teoría de que las mujeres son vulnerables, cobardes y capaces de doblegarse, por ello, como parte de esta conceptualización falocentrista, el hombre que es un rajón no tiene testículos y tampoco pene, lo que inmediatamente le despoja de toda virilidad y valor.
¿Y qué tiene de malo?
Una de las resistencias más importantes para modificar nuestro lenguaje es considerarlo parte de una "herencia cultural" y por supuesto, con tantas películas del Cine de Oro Mexicano y personajes icónicos que se colgaban la medalla de nunca rajarse, puede que eliminar estas frases de nuestro costumbrismo se vuelva aún más difícil; más no imposible.
“Pero qué tiene de malo, si no pasa nada”: A menudo consideramos el lenguaje como un ente que está ajena a nuestra vida y que no tiene la facultad de modificar los espacios, sin embargo, algo que debes saber es que el lenguaje tiene una relación muy íntima con el poder y la perpetuación de la violencia.
Esto último lo acota Claudia Guichard Bello en su Manual de Comunicación No Sexista donde explica que, de hecho, el lenguaje es la herramienta de socialización más poderosa de todas y si no se cuestiona, da legitimidad a la desigualdad y a los poderes patriarcales.
“Entonces, ¿ya no se puede decir nada?”, Claudia Guichard Bello explica que las personas tenemos la facultad de utilizar un lenguaje que no reproduzca estereotipos de género y representar la realidad de manera exacta sin necesidad de esta clase de expresiones que, en su réplica, fomentan la inferiorización de la mujer.
El poder cuestionar los discursos que acontecen a nuestro alrededor -especialmente de figuras públicas-, como en este caso de Xóchitl Galvez permite que el cambio comience a gestarse en nuestros espacios de representación y convivencia.
Eso sí, hay que recordar que la representación de mujeres no siempre representa un triunfo feminista y te lo explicamos por acá en el artículo “Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez: mujeres en el poder, ¿triunfo feminista?, para que continúes tu lectura.
Y en aras de la política y los discursos que reafirman estereotipos machistas, en La Cadera de Eva cerramos preguntándonos, ¿qué está sucediendo con la violencia política en razón de género y cómo se relaciona con Xóchitl Gálvez? Aquí abajo te recomendamos un artículo donde te ponemos en contexto.