La poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria colombiana, Piedad Bonnett fue merecedora del "El XXXIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana" que se entregará en noviembre de 2024. 

Este año, es el segundo año consecutivo que el galardón es ganado por mujeres escritoras de la región de Latinoamérica. En 2023,  la escritora nicaragüense Gioconda Belli fue premiada. Este galardón es el más prestigioso en el ámbito de la poesía española y portuguesa.

Piedad Bonnett es licenciada en filosofía y letras por la Universidad de los Andes y desde 1989 es catedrática de esta universidad. En 1989 publicó su primer libro, "De círculo y ceniza". Actualmente, la escritora es una de las poetas contemporáneas más reconocidas dentro y fuera de América Latina.

Es autora de ocho libros de poemas, entre los que destacan “De círculo y ceniza” (1989), “El hilo de los días” (1995), “Ese animal triste” (1996), “Tretas del débil” (2004) y “Explicaciones no pedidas” (2011).  

Y escritora de novelas como "Después de todo” (2001), “Para otros se lo cielo” (2004), “Siempre fue invierno” (2007) o “El prestigio de la belleza” (2010). 

En el libro testimonial "Lo que no tiene nombre" narró la enfermedad y suicido de su hijo, en 2013.

En su repertorio de obras de teatro destacan,“Gatomiedo liebre”, “Que muerde el aire afuera”, “Sanseacabó”, “Se arrienda pieza” y “Algún día nos iremos”.  

María Dolores Menéndez, gerente del Patrimonio Nacional, fue la encargada de anunciar el fallo del jurado:

“Una voz actual de referencia en la poesía iberoamericana, con un trato elaborado del lenguaje que le permite acercarse a la experiencia vital con profundidad y belleza y a responder con humanidad a la tragedia de la vida. Su poesía es luminosa, aun cuando trata temas arduos, como el desamor, la guerra, la pérdida o el duelo”, destacó.

El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, fue entregado por primera vez en 1992 al escritor chileno Gonzalo Rojas. Fue hasta 2003, que una mujer escritora obtuvo este galardón, lo recibió la poetisa Sophia de Mello Breyner.

Otras escritoras como Blanca Varela (Perú), Fina García Marruz (Cuba), María Victoria Atencia (España) e Ida Vitale (Uruguay) han obtenido este premio. 

El objetivo de este premio es reconocer la obra de un autor o autora que “por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de España e Iberoamérica”. 

Estos son cinco poemas imperdibles de la poeta Piedad Bonnett

LAS CICATRICES

No hay cicatriz, por brutal que parezca,

que no encierre belleza.

Una historia puntual se cuenta en ella,

algún dolor. Pero también su fin.

Las cicatrices, pues, son las costuras

de la memoria,

un remate imperfecto que nos sana

dañándonos. La forma

que el tiempo encuentra

de que nunca olvidemos las heridas.

ORACIÓN

Para mis días pido,

Señor de los naufragios,

no agua para la sed, sino la sed,

no sueños

sino ganas de soñar.

Para las noches,

toda la oscuridad que sea necesaria

para ahogar mi propia oscuridad.

HUÉSPEDES

Esta noche tendremos huéspedes en casa

y se quedarán a dormir en tu habitación.

He quitado, pues, el polvo de todos los rincones,

he cambiado las sábanas y he sacudido la almohada,

y he puedo entre un cajón tu viejo suéter,

pero antes he metido mi cara entre la lana,

me he ahogado en su dulce mar de púas.

No les diré que aquí se desvelaba el cuervo de tus sienes,

ni que un niño sombrío se despedía de ti detrás de la ventana.

No les diré que aquí nunca es de día.

VOLVER

Abro la puerta de mi casa, enciendo las luces,

saco de mi maleta la ropa sucia, el cepillo de dientes,

los libros recién comprados,

apilo los periódicos de los últimos días, las cuentas,

abro una ventana para ventilar un poco,

y en el reflejo miro, de reojo,

a la recién llegada

que así

sin más ni más

se deshabita.

EN EL BORDE

Lo terrible es el borde, no el abismo.

En el borde

hay un ángel de luz del lado izquierdo,

un largo río oscuro del derecho

y un estruendo de trenes que abandonan los rieles

y van hacia el silencio.

Todo

cuanto tiembla en el borde es nacimiento.

Y solo desde el borde se ve la luz primera

el blanco-blanco

que nos crece en el pecho.

Nunca somos más hombres

que cuando el borde quema nuestras plantas desnudas.

Nunca estamos más solos.

Nunca somos más huérfanos.

Estos cinco poemas de la escritora colombina se encuentran en sus libros "Qué hacer con estos pedazos" y “Lo terrible es el borde. Antología poética”.