Casi tres de cada cuatro víctimas de trata de personas en México —el 74.6%— son niñas y adolescentes mujeres, revela el Análisis de Contexto Infancia Cuenta titulado “Informe sobre Trata de Personas y Reclutamiento por grupos de la delincuencia organizada de niñas, niños y adolescentes en la Ciudad de México”.

El estudio elaborado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y el Centro de Estudios Sociales Antonio Montesinos (CAM), advierte que la trata y el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes (NNA) no son hechos aislados, sino el reflejo de violencias estructurales, abandono estatal y entornos de desigualdad. 

Las niñas y adolescentes mujeres, además, enfrentan una vulnerabilidad específica derivada de relaciones afectivas desiguales y de entornos normalizados de violencia y control.

Factores estructurales: pobreza, abandono y desigualdad

REDIM y CAM señalan que la trata infantil está profundamente ligada a la pobreza multidimensional y a la desprotección estatal. Las víctimas suelen provenir de hogares y comunidades donde faltan cuidados, oportunidades educativas, servicios básicos y redes de apoyo.

“La trata no surge de la nada. Se alimenta del abandono social y de un Estado que no protege a sus niñas y adolescentes”, advierte el informe. Entre los principales factores que facilitan la captación están:

Pobreza y desigualdad: niñas y adolescentes que viven en contextos sin acceso a derechos básicos ni oportunidades.

Falta de educación y cuidados: las carencias educativas y familiares generan un entorno de riesgo constante.

Presencia de mercados ilegales: las comunidades donde operan redes criminales presentan mayores probabilidades de reclutamiento.

Factores relacionales: vínculos y engaños

El reclutamiento suele producirse dentro del entorno social o afectivo cercano, no necesariamente por redes criminales formales. Muchas adolescentes son engañadas o manipuladas a través de relaciones sexoafectivas o promesas de apoyo económico.

El estudio documenta que, en adolescentes de 14 a 16 años, es común que sean incorporadas como “campaneras” (vigilantes) o intermediarias en dinámicas delictivas. 

Estas formas de captación refuerzan la idea de que la trata no solo implica explotación sexual, sino también utilización en actividades criminales y trabajo forzoso. Las zonas con mayor vulnerabilidad identificadas por REDIM y CAM incluyen Iztapalapa, Tláhuac, Ecatepec y Nezahualcóyotl.

La tragedia de la Casa de las Mercedes: un síntoma del sistema

El caso de la Casa de las Mercedes CDMX, donde se denunció la violación agravada de una adolescente bajo resguardo estatal, expone la falla institucional en la protección de la infancia

La Fiscalía de la Ciudad de México vinculó a proceso a Aquiles “N” por agresión sexual, tras descubrir que la joven fue obligada a realizar labores domésticas y amenazada por personal del albergue.

Gracias a su denuncia ante el DIF-CDMX, 80 niñas, niños y adolescentes fueron rescatados. Sin embargo, organizaciones como Reinserta advierten que el caso no debe tratarse como un hecho aislado, sino como el reflejo de un sistema que sigue fallando a la infancia.

En México, la pobreza infantil supera a la general: mientras el 36.3% de la población vive en pobreza multidimensional, la cifra asciende a 45.8% entre niñas, niños y adolescentes.

La situación es aún más grave en comunidades indígenas, donde ocho de cada 10 niñas y niños viven en pobreza y cinco de cada 10 en pobreza extrema. Estas condiciones, sumadas a la falta de políticas públicas eficaces, crean el caldo de cultivo para la trata, el trabajo forzoso y la explotación sexual.

Ante esto, REDIM y CAM llaman a las autoridades a implementar políticas públicas con enfoque de género, infancia y pertenencia cultural, que incluyan:

  1. Combatir la pobreza infantil, con planes integrales en municipios y alcaldías de alto riesgo.
  2. Garantizar la permanencia escolar, mediante apoyos psicosociales y becas.
  3. Crear protocolos diferenciados de atención a NNA indígenas, migrantes o con discapacidad.
  4. Desarticular redes criminales que reclutan o explotan a menores de edad.