¿Qué hay en un libro que puede generar tanto revuelo y polémica? ¿Qué puede llevar a un gobierno a censurar una obra literaria y a una autora a recibir amenazas y críticas? Este es el caso de Cometierra, la novela de la escritora Dolores Reyes que ha desatado una tormenta en Argentina.
Pero ¿qué es lo que hace que este libro sea tan peligroso para algunos? ¿Es su contenido, su mensaje o simplemente su capacidad para desafiar la narrativa oficial? Aquí te contamos la historia detrás de la polémica que rodea a Cometierra y por qué este libro se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la censura y la violencia de género en Argentina.
¿Cómo empezó la polémica por el libro?
La polémica en torno a Cometierra de Dolores Reyes comenzó cuando la vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel catalogó el contenido de la novela como "degradante e inmoral" y criticara al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, por incluirlo como material didáctico en las escuelas de secundaria. Todo esto porque un único párrafo, de las 173 páginas que tiene el libro, describe un encuentro sexual consensuado entre dos jóvenes.
Sin embargo, la polémica se desató cuando Cometierra se asoció erróneamente el catálogo de obras literarias con el programa de Educación Sexual Integral (ESI), cuyo contenido es obligatorio en todos los niveles, cuando en realidad pertenece al programa "Identidades Bonaerenses", lanzado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires en septiembre de 2023, que busca fomentar la lectura y la identidad cultural de la región.
Esta controversia fue aprovechada por la Fundación Natalio Morelli, dedicada a la defensa del “bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes” presentó una denuncia penal contra Alberto Sileoni, director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires por “corrupción de menores, difusión de material pornográfico a menores de edad y abuso de autoridad”.
Pero no solo eso, en una entrevista a la emisora argentina Radio con vos, Dolores Reyes, autora de la obra, contó que desde octubre de este año ha recibido amenazas y ataques a través de las redes sociales debido a las declaraciones de Victora Villarruel.
"Empecé a recibir 450 mensajes diarios de insultos, amenazas, epítetos espantosos y estaba en shock, no entendía que pasaba. He recibido mensajes como 'Somos los trolls de Milei', 'Te estamos esperando' o 'Ahora vas a ver cuando vengas. Te vamos a quemar a vos, vamos a quemar tu libro… Muy impresionante” (Dolores Reyes, escritora argentina)
Al respecto, Dolores Reyes dijo que no entiende las acusaciones en su contra, ya que Cometierra "es un libro que trata sobre feminicidios y desapariciones en un país en el que siempre se está buscando a alguien”.
“Estamos buscando a Loan, a Tehuel, a María Cash... a tantos y tantas que nos faltan" (Dolores Reyes, escritora argentina)
Además de Cometierra, se han cuestionado otras tres novelas de autoras feministas: Las primas, de Aurora Venturini; Si no fueras tan niña, de Sol Fantin; y Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, también incluidas en el catálogo de Identidades Bonaerenses.
La respuesta a la polémica en torno a Cometierra no se ha hecho esperar. Las convocatorias a lecturas colectivas de la novela han tomado fuerza en diferentes espacios culturales y académicos, como respuesta directa a los intentos de censura promovidos por sectores del Gobierno. Estos eventos han reunido a escritores, lectores y organizaciones sociales en bibliotecas, teatros y otros espacios públicos, con el objetivo de visibilizar la obra de Dolores Reyes y defender el acceso libre a la literatura.
Uno de los encuentros más destacados tuvo lugar en el teatro Picadero, en Buenos Aires, donde más de cien escritores y escritoras participaron en una lectura pública de la novela. Y, como suele suceder cuando se intenta censurar una obra, la polémica ha generado un récord de ventas en las últimas semanas, de acuerdo con Info 360.
¿De qué trata Cometierra?
La novela Cometierra de Dolores Reyes es una obra que ha generado un gran impacto en la sociedad argentina y latinoamericana. Publicada en 2019, la novela ha sido traducida a quince idiomas y elegida por The New York Times como uno de los 100 libros notables de ese año.
El libro narra la historia de una joven vidente de la periferia de Buenos Aires, apodada "Cometierra", que puede encontrar a personas desaparecidas comiendo un puñado de tierra pisado por esas personas, la mayoría de ellas han sido violentamente asesinadas.
A través de la historia de Cometierra, Dolores Reyes aborda temas como la violencia de género, la impunidad y la búsqueda de justicia en una sociedad que a menudo parece ignorar o minimizar estos problemas.
Violencia contra las mujeres en Argentina
Tan solo en el primer semestre de 2024 Argentina registró un total de 168 femicidios, tres lesbicidios y dos transfeminicidios, según el informe del Observatorio de Femicidios en Argentina "Adriana Marisel Zambrano". De estos casos 31 tenían denuncias previas y 17 tenían medidas cautelares vigentes. Además, 178 hijos quedaron sin madre como consecuencia de estos crímenes, siendo el 58% de ellos menores de edad.
Estas cifras son alarmantes en un contexto donde desde que asumió la presidencia de Argentina, Javier Milei inició la disolución del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y lo redujo a una Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, que en menos de tres meses fue cerrada definitivamente. Con esto desfinanció programas de apoyo a mujeres y diversidades sexuales, y dejó desprotegidas a miles de víctimas de la violencia machista.
También en agosto de 2024, el gobierno de Milei introdujo cambios en el “Programa Acompañar”, que otorga asistencia económica a las víctimas de violencia de género, y redujo de seis a tres meses la asignación económica equivalente al Salario Mínimo Vital y Móvil, hecho que desalienta el proceso de salida de las violencias.
A este conjunto de acciones que atentan contra la seguridad y el acompañamiento de las víctimas de violencia por razones de género se suman varias las modificaciones a la Ley Micaela, que hacía obligatoria la capacitación en género para integrantes de los tres poderes del Estado y que ahora es requisito solo para quienes trabajen “en los organismos competentes en la materia”.
Estas son apenas algunas de las políticas adoptadas por el gobierno argentino en su “batalla cultural” contra la “ideología de género”.