Desde antes de su llegada al poder el 1 de diciembre de 2023, Javier Milei, presidente de Argentina, ha expresado abiertamente su rechazo al movimiento feminista: durante su campaña negó la existencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres —que estadísticas oficiales sitúan en el 25%— y recientemente durante el Foro Económico Mundial de Davos lo definió como “una pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer”.
El discurso de Milei contra el feminismo no ha quedado solo en palabras, también es tangible en hechos: cerró el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y, recientemente, prohibió el uso del lenguaje inclusivo en la Administración pública. Además, seis diputados de La Libertad Avanza —partido al que pertenece Milei— presentaron en el Congreso de la Nación un proyecto de ley para derogar el aborto legal.
Foto: Amnistía Internacional Argentina
Milei ha denominado estás acciones como parte de su “batalla cultural” contra las políticas de igualdad que él considera “adoctrinamiento del marxismo”, que han sido utilizadas “como negocio de la política” y que contribuyen a destruir valores, por lo que considera necesario eliminarlas.
En entrevista para La Cadera de Eva, la directora de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski y Ana Deni García Badillo, experta en comunicación política con perspectiva de género coinciden en que la postura de Milei sobre derechos que ha conquistado el movimiento feminista busca distraer la atención de su problema principal: la crisis económica que no ha podido resolver.
Argentina cerró el año 2023 con una inflación del 211.4% en la tasa anual, la más alta desde 1990. Una cifra récord que incluso lo llevó a superar a Venezuela para convertirse en el país con mayor aumento de precios en América Latina.
“La presentación del proyecto de ley de derogación del aborto es un intento más entre tantos otros, que busca generar una distracción ante el fracaso de la Ley Ómnibus y el ajuste que profundiza la pobreza e indigencia en nuestro país” (Mariela Belski, directora de Amnistía Internacional Argentina)
Aborto en la mira
Argentina siempre ha sido un faro para las demandas feministas en toda América Latina. En 2018 la Marea Verde inundó las calles del país a favor de la educación sexual integral y de la legalización del aborto. Tras una primera derrota legislativa, el 30 de diciembre de 2020, el Congreso de la Nación Argentina aprobó la Ley 27.610, de interrupción voluntaria y legal del embarazo que entró en vigor en enero de 2021.
Es importante mencionar que, en Argentina desde 2006, la Ley 26.150 sentó las bases de la Educación Sexual Integral (ESI), como una política de Estado y un derecho de niños, niñas y adolescentes a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal, desde el nivel inicial hasta el nivel superior.
Esto significa que los cuestionamientos al respecto no son nuevos, en el caso específico del aborto se realizó un amplio debate con más de 700 expertos y expertas, referentes de la academia, organizaciones de derechos humanos y profesionales de la salud sobre el tema.
Además, hay evidencia de que garantizar el derecho al aborto, a la salud, a la educación y a la información salva vidas; a tres años de su legalización las muertes maternas por aborto disminuyeron un 56% entre 2020 y 2021 y el embarazo en la adolescencia se redujo casi a la mitad en los últimos cuatro años, de acuerdo con los datos de Amnistía Internacional Argentina.
“El mundo nos está mirando: Argentina ha sido un faro para la región y a nivel global. El aborto es un derecho conquistado que no admite medidas regresivas. No vamos a dar ni un paso atrás” (Mariela Belski)
Ante la amenaza de que la interrupción del embarazo sea penalizada, Silvina Chávez, fotógrafa argentina que participó en intervenciones feministas durante la lucha por despenalización considera que una alternativa que pueden impulsar las mujeres y disidencias que salieron a las calles para que el aborto se legalizara es luchar para que sea incorporado a la Constitución como ocurrió en Francia.
“Según entiendo es muy difícil que pueda volver a penalizarlo respetando la institucionalidad y las leyes. Tendría que modificar el código penal, no es fácil. Este derecho, fruto de una larga lucha, fue ampliamente discutido por toda la sociedad por lo que responde a un cambio social. Para mí el millón de personas que estuvimos en la calle en aquel entonces no fue solo el movimiento feminista” (Silvina Chavez, fotógrafa)
Foto: Amnistía Internacional Argentina
Resistencia ante el recorte
“No tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes. No le voy a conceder nada al marxismo cultural. Con esto saben que el Ministerio de la Mujer pierde pista, porque la única igualdad es ante la ley", así adelantaba Milei durante su campaña que de ser elegido presidente eliminaría el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad. Uno de sus argumentos para eliminarlo fue que fracasó en la reducción o eliminación de los femicidios.
Al respecto, Mariela Belski mencionó que prevenir, combatir y sancionar la violencia basada en género es responsabilidad de todos los poderes del Estado y en materia de políticas públicas requiere un abordaje interministerial donde se garanticen recursos económicos, técnicos y humanos para atender los casos de violencia, se otorguen penas justas a los feminicidas y las fuerzas de seguridad tomen las denuncias.
“Son rebatibles las razones que argumentan la decisión del cierre del Ministerio de la Mujer. Por ejemplo, se ha dicho que fracasó en la reducción o eliminación de los femicidios. Comencemos a desandar este argumento. Por un lado, el Ministerio de Economía tampoco logró bajar la inflación, ni el de Salud logra una atención sin demoras ni problemas en los hospitales públicos. ¿Y por eso los cerramos? No. Entonces la vara no es la misma para todas las carteras” (Mariela Belski)
Pero no solo es el cierre del Ministerio, también se recortó presupuesto en programas clave como la línea 144 para víctimas de violencia de género o los refugios creados para ellas, esto es preocupante en un contexto donde de enero al 28 de febrero de 2024, 53 feminicidios en el país, es decir, uno cada 27 horas, de acuerdo con el Observatorio Mujeres, Disidencias y Derechos Mumalá.
“El cierre del Ministerio implica menos políticas y recursos para mujeres y disidencias en un país donde en 2023 murió una mujer cada 29 horas víctima de femicidio, dónde la mayoría de los hogares monoparentales son llevados adelante por mujeres y les trans tienen una expectativa de vida muy baja. Ese ministerio era una conquista si bien había muchas cosas que mejorar ahí, había que invertir más porque no es gasto es inversión para construir una sociedad mejor para todes” (Silvina Chavez)
Foto: Amnistía Internacional Argentina
Avance de la ultraderecha
Amnistía Internacional Argentina señala que el discurso de Milei contra lo que él llama “ideología de género” comparte similitudes con perfiles regionales de la extrema derecha, como Donald Trump —expresidente de estados Unidos— o Nayib Bukele—presidente de El Salvador— que pretenden impulsar una agenda regresiva en materia de derechos de las mujeres y personas LGBTIQ+ a través de “narrativas tóxicas, abusivas y violentas” que cuestionan la autonomía reproductiva, la planificación familiar, la violencia, desigualdad e identidad de género, así como la ESI.
Al respecto, Ana Deni García mencionó que la tendencia ultraderechista ha avanzado en América Latina y el mundo porque obedece a un sentimiento de desprotección del Estado, donde para ganar apoyo popular se culpabiliza a grupos enteros de problemas económicos, sociales o de seguridad, es decir, sirven de chivo expiatorio, o un “enemigo” a quien confrontar.
Un informe de 2021 de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) que cruza datos respecto a promoción de discursos de odio según la posición frente a la legalización del aborto refleja que aquellas personas que estaban en contra de la IVE eran más propicias a promover este tipo de discursos violentos que aquellas que estaban a favor. Según las cifras del estudio, un 34.6% de quienes estaban en contra de la ley promovían discursos de odio. En cambio, este número se reducía a 17.1% en el grupo de quienes estaban a favor.
“A menudo, la plataforma de los políticos de extrema derecha contempla esos retrocesos con propuestas explícitas, pero se “vende” como una opción para “proteger a las mujeres” o “a la familia”. El gobierno que dice defender como valor infranqueable a la libertad, en la práctica busca prohibir las libertades más esenciales como el derecho personalísimo de decidir si continuar o no con un embarazo” (Mariela Belski)
Para Ana Deni los ataques de Milei a movimiento feminista no lograrán que la conquista de derechos de las mujeres en Argentina ceda, al contrario, considera que es una oportunidad para acuerpar las luchas de las mujeres y disidencias en todo el continente.
“Por ejemplo, la comunidad afrodescendiente, nunca se detuvo por el hecho de que fueran más oprimidos, no, sino que, al contrario, floreció todavía más el movimiento en medio de la adversidad. Entonces yo creo que más bien lo veo como una oportunidad de crecimiento, de que todavía tenemos un montón de trabajo que hacer” (Ana Deni García Badillo, experta en comunicación política con perspectiva de género)
Silvina concuerda con Ana Deni, está convencida de que la lucha de mujeres y disidencias no es un tema menor o menos importante que puede esperar, las cuestiones de género lo atraviesan todo: la economía, deuda, violencia.
“Al movimiento lo anteceden las madres y abuelas de Plaza de Mayo.Ellas nos enseñaron que la lucha es siempre y que nunca hay que dar nada por sentado. Por eso el movimiento va a resistir toda esta violencia de estado, toda esta necropolítica y su pedagogía de la crueldad, porque resistir nos hace bien y además sabemos que tenemos compañeres en todo el mundo” (Silvina Chavez)