Históricamente las mujeres con rizos han sido discriminadas porque el cabello lacio ha sido considerado por décadas como un estándar de belleza, aunque este estigma ha afectado principalmente a las comunidades negras.
De acuerdo con la investigadora Metztli Molina Olmos, del Colegio de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, son las personas racializadas quienes viven estos señalamientos basados en un canon de belleza occidental proveniente de las etapas esclavistas del siglo XVI, el cual continúa hasta la fecha, así lo señala en su estudio El pelo afro no se toca: resistencia desde el activismo estético.
Este estereotipo encasilla la belleza en un solo tipo de corporalidad: piel clara y cabello liso, así, toda persona que no entra en esta norma, sufre presión social y violencia estética, según la investigadora.
“Todo lo que no se parezca a lo blanco y liso es raro, exótico, extravagante, y por eso a las mujeres con cabellos retorcijados se les intenta tocar la cabeza, y eso es violencia hacia los cuerpos y el espacio personal”, comenta.
Poseer cabello texturizado ante una sociedad racista
En respuesta a este mandato de belleza, muchas mujeres y personas con este tipo de cabello deciden portarlo con orgullo como símbolo de resistencia. Quienes toman esta decisión constantemente se enfrentan a discriminaciones y señalamientos por considerar que son “personas sucias”, una idea falsa que ha orillado a muchas otras a someterse a tratamientos capilares que oculten este rasgo.
“Continúa la presión social de no mostrar el cabello rizado, en muchas naciones de nuestro continente hay que alisarlo para el trabajo y la escuela; hay casos de mujeres que desde la niñez les practicaron el primer planchado de cabello a sus hijas”, indica Metztli Molina.
De acuerdo a su estudio, someterse a estos procedimientos, en muchas ocasiones les provoca quemaduras graves por el uso de planchas y sustancias químicas para alcanzar un liso perfecto, lo cual significa también un riesgo para su salud y bienestar físico.
Pero, ¿por qué lo hacen? Por la presión social que es ejercida contra ellas, quienes muchas veces, a raíz de la discriminación capilar que viven, pierden oportunidades laborales por no encajar en el esquema de lo que es considerado una “buena presentación”.
Metztli Molina pone como ejemplo una ley en Estados Unidos promulgada en Louisiana en 1785: “fijaba el uso de turbantes o pañuelos (sólo blancos o grises) para que las mujeres afroamericanas no mostraran su cabello”.
Leyes en contra de la discriminación capilar
Como respuesta a esta serie de violencias, en Estados Unidos y Francia se han impulsado leyes que prohíban estas actitudes discriminatorias.
En Estados Unidos, donde los tribunales percibieron un incremento de demandas de afromericanos que fueron despedidos de su trabajo por llevar cabello naturalmente crespo o rizado, la Cámara de Representantes votó en marzo de 2022 una ley para prohibir la discriminación por la textura del cabello.
“Hay gente en esta sociedad que piensa que porque tu pelo es rizado, está trenzado, tiene nudos o no está alisado de color rubio o castaño claro, no eres digno. Eso es discrminación”, señaló en su momento, durante la votación, la la representante Bonnie Watson Coleman, principal patrocinadora del proyecto de ley, el cual sigue pendiente de votación en el Senado.
Por su parte, en marzo de este año, la Asamblea Nacional francesa votó a favor de un proyecto de ley nacional para reconocer y sancionar la discriminación capilar en los lugares de trabajo. Oliver Serva, miembro de la Asamblea Nacional Francesa indicó que habría que sumar al Código General de la Función Pública y del Código de Trabajo francés una aclaración jurídica que indique que ninguna persona puede ser discriminada en particular por el corte, el color, la longitud o la textura de su cabello”. Al igual que en Estados Unidos, su aprobación por parte del Senado aún está pendiente.
En el caso de México, aún no existe una ley que contemple proteger a las mujeres y personas que viven discriminación capilar por poseer naturalmente cabello crespo o rizado. Sin embargo, si vives este tipo de discriminación, puedes hacer una queja ante el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED) aquí.