Con un comunicado, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Pedro Rocha, le informó a Jorge Vilda, seleccionador de fútbol femenino en España la destitución de sus labores. Este despido se da después de que Luis Rubiales externara en una asamblea que el feminismo en España es “una lacra”, recibiendo los aplausos y elogios de su colega Jorge Vilda y Luis de la Fuente.
Este apoyo patriarcal sería expuesto por Yolanda Díaz, abogada, política y vicepresidenta segunda del Gobierno de España, quien de manera inmediata se posicionaría en contra, demandando la destitución inmediata de los dos seleccionadores que aplaudieron la acción de Luis Rubiales.
Con la destitución de Jorge Vilda, Luis de la Fuente se ha disculpado por sus acciones, refiriéndose a ellas como “un error humano indefendible”; la vicepresidenta Yolanda Díaz, no quita el dedo del renglón y se espera una resolución en los siguientes días para Luis de la Fuente.
Las defensas a Luis Rubiales, quien besó sin su consentimiento a Jennifer Hermoso en los labios, han brotado desde muchos espacios, incluso, desde la industria del cine.
“No se escondieron, no la besó en un callejón oscuro, no la estaba violando, era sólo un beso a una amiga, ¿qué hay de malo en eso”, se pronunció el director Woody Allen en una entrevista para El Mundo.
Woody Allen se encontraba el día de ayer en Venecia para asistir a la alfombra roja del Festival de Venecia. Los otros dos invitados de la gala: Luc Besson y Roman Polanski. Los tres directores, acusados de abuso / acoso sexual en contra de mujeres, algunas, menores de edad.
En este tenor, un grupo de activistas arribaron a la alfombra roja en top, cubiertxs de pintura y con carteles traducidos a varios idiomas señalando la cultura del pacto patriarcal y la normalización de la violencia sexual.
“El violador no está enfermo, es un hijo sano del patriarcado”, fue una de las consignas de este grupo feminista en el Festival de Venecia.
El apoyo extendido a Luis Rubiales ha dejado entrever cómo se gestan los discursos de esta fraternidad patriarcal y también, en un efecto dominó, revela el pensamiento sexista que continúa reproduciéndose en espacios deportivos y es que, paralelamente, el fútbol latinoamericano también ha dado de qué hablar en meses recientes.
De Rubiales a Antony Matheus: violencia de género en el deporte
Poco antes del caso Rubiales, en Sudamérica , el jugador Dani Alves estaba enfrentando un proceso legal, luego de ser acusado por el delito de abuso sexual contra una mujer en una discoteca. Hoy se encuentra en prisión preventiva.
Su compañero, también del Manchester United, Robinho está acusado por violación en Italia, tras determinarse su culpabilidad, el futbolista huyó de Europa y se encuentra refugiado en Brasil, país que no extradita a nacionales.
Convocado también por el Manchester United, el joven futbolista brasileño Antony Matheus -conocido sólo como Antony-, fue denunciado recientemente por su expareja por el delito de violencia doméstica.
Esto sucede sólo dos semanas después del caso Rubiales que terminaría por tensar aún más la situación y con ello, se pondrían bajo la lupa las cuestionables -y violentas- actitudes dentro del mundo futbolístico.
“Se ha decidido desconvocar al futbolista Antony tras los hechos que han salido a la luz y que deben ser investigados con el fin de preservar a la supuesta víctima”, daría a conocer la Confederación Brasileña de Fútbol, luego de que el Manchester United se negara a continuar con el proceso de convocatoria de Antony.
Asimismo, este año cayó Cuca, un entrenador brasileño que en los años 80s cometió el supuesto delito de violación equiparada -en compañía de otros dos jugadores- en contra una menor de edad en Suiza, Berna.
Los tres, regresaron a Brasil y Cuca cumplió una sentencia de 15 meses por “atentar contra el pudor” -misma estrategia que Robinho, amparados en las leyes brasileñas contra la extradición-.
A casi 40 años de las acusaciones, el entrenador fue contratado para el equipo Corinthians de Sao Paulo, el hecho alertó al equipo femenil del equipo y se dispusieron a realizar protestas y duros posicionamientos en contra de su contratación; seis días después, fue despedido.
Tamires Dias, jugadora femenil del Corinthians / Foto: Twitter
Estos casos se replican alrededor del mundo desde hace décadas, como Rogerio Cobloco, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol señalado de acoso sexual o Bruno Fernandes, el jugador profesional que mandó a asesinar a su pareja.
La historia en el mundo deportivo se ha replicado bajo el mismo régimen de pactos y encubrimientos patriarcales, sin embargo, es la voz de las mujeres que ocupan estos espacios -directoras técnicas, vicepresidentas, futbolistas, árbitras, presidentas de confederaciones, comunicadoras y activistas feministas- quienes se encuentran realizando una verdadera transformación a través de las denuncias, de las protestas y de un sólido “no”.
El caso Rubiales es sólo el inicio que manda el mensaje a todas las confederaciones deportivas del mundo; nunca más habrá tolerancia.