¿Te suena esa historia de una relación fraternal entre dos hombres que se cuidan y encubren por encima de todas las cosas?, ¿cuántas veces has presenciado esta escena en tu trabajo, escuela, en el cine, en la política… en tu casa? Este pacto -no dicho y, a veces, hasta renegado por quienes lo ejercen- se esconde en la religión, en la moralidad, en las costumbres y en la familia, sin embargo, detrás de todos estos disfraces, señala la escritora Rita Segato, está un mismo sistema político y jerárquico que ostenta el poder, el prestigio y el valor: el patriarcado.
Uno de los pilares más fuertes en los que se sostiene este sistema es, precisamente, una clase de contrato social entre varones, que aprenden códigos de conducta muy sólidos -y violentos-, algo que Celia Amarós condensa en su obra “Notas para una teoría nominalista del patriarcado” de la siguiente manera:
“Son, más que enunciados en los que se afirmaría algo acerca de algo, de alguien o álguienes, guiños autodesignadores que vendrían a decir: tú eres de los nuestros y estás en nuestro pacto, ¿verdad que nos entendemos?” (Celia Amarós)
De romper con el pacto patriarcal
Comenzar a romper el pacto no requiere de acciones monumentales, porque para iniciar esta revolución, sólo se requiere un primer paso: cuestionar y reconocer el privilegio heteropatriarcal.
Como se abordó en un inicio con la obra de Rita Segato, este pacto patriarcal está alojado en todas las interacciones sociales, públicas y privadas. Es casi imperceptible y sencillo de replicar; se replica cuando hay violencia simbólica, en el lenguaje, encubrimiento, silencio y un fuerte discurso de “fraternidad masculina”.
Esta es una serie de acciones -adoptadas a nuestro contexto histórico- que se pueden comenzar a implementar en la cotidianidad para romper el pacto patriarcal:
El primer paso para romper el pacto patriarcal es generar conciencia y romper esas alianzas desde el interior.
Dejar de justificar a los hombres que ejercen la violencia.
Reconocer a las víctimas y promover las denuncias de los casos de violencia contra la mujer.
No reírse ni celebrar el acoso que ejerce otro hombre.
Romper con silencios cómplices de delitos o acciones violentas ejercidas por otros hombres.
De ser posible, evitar que hombres con comportamientos violentos y machistas lleguen al poder.
No compartir contenido explícito de mujeres e invitar a otros hombres a evitar estas acciones.
Y si romper el pacto patriarcal aún te parece imposible, esta es una selección de tres figuras masculinas importantes que, a lo largo de la historia, traicionaron al patriarcado y fueron valiosos agentes de transformación en la historia, se enfrentaron a la misoginia de la época, a la oposición de sus pares e incluso, a la exclusión política / social. Acá un par de ejemplos:
- Francois Poulain de La Barre: Escritor de numerosos textos en contra de la desigualdad, el sexismo y férreo crítico contra el sistema educativo que excluía a las mujeres a mediados de los 1600.
- John Stuart Mill: Economista y filosofo que en su obra “La esclavitud femenina” de 1869 señaló la desigualdad femenina, la opresión y defendió al movimiento sufragista.
- Felipe Carrillo Puerto: Periodista y gobernador de Yucatán, fue uno de los principales impulsores del movimiento sufragista al sur del país, aliado directo de las mujeres yucatecas y defensor de la igualdad salarial en esta entidad.
*Con información de ¿Feminista yo?, escrito por Ana Vázquez Colmenares.
¿Cuál es la importancia de que los hombres rompan el pacto patriarcal?
En “Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres”, Marcela Lagarde aborda la importancia de la autonomía, del cuestionamiento y de la libertad a través de la concepción de un nuevo "orden político" donde se reconozca que hombres y mujeres viven autonomías completamente diferentes.
Pero para iniciar con esta transformación, la escritora y antropóloga feminista apuntala en su obra que, parte de la lucha contemporánea por los derechos de las mujeres es alcanzar la autonomía y paralelamente, los hombres deben cuestionar su autonomía -a consciencia de que esta es funcional gracias a un sistema de dominación-.
El cuestionamiento de los privilegios y el quebrar el pacto patriarcal implica una revolución que Marcela Lagarde acota de la siguiente manera:
“Implica una revolución en el campo del poder, involucra cambios profundos en la autonomía existente de los hombres, que es su propia construcción de género masculina. Por lo tanto, implica transformar la construcción de género de los hombres, aquella que se ha construido sobre el impedimento de la autonomía de las mujeres.”
¿Entonces es el deber de las mujeres enseñar y señalar los pactos patriarcales de los hombres? Joanna Trejo Ponce, psicóloga feminista explica para La Cadera de Eva que las mujeres se han llevado un trabajo importante desde hace décadas y décadas de años, dialogando, escribiendo, posicionándose, viviendo violencias y nombrándolas como para tratar de ser maestras de vida de los varones.
“El feminismo nos ha permitido cuestionarnos y posicionarnos desde lugares distintos, tenemos una chamba bien grande con nosotras mismas, sería muy riesgoso intentar hacerlo también con los varones, a ellos no les toca ser feministas, sino ser traidores del patriarcado, les toca cuestionarse entre ellos sus propias opresiones y también, sus privilegios” (Joanna Trejo Ponce)
*Lee más de esta entrevista en nuestro artículo de autodefensa feminista: "Todas tenemos un amigo "aliado" que usa el feminismo para violentar"
Es así que, el quebrar con este pacto es responsabilidad única de quienes han nacido en un cuerpo de varón en el orden social heteropatriarcal. Una vez que se comiencen a producir estos cambios y conciencias, entonces, se da pie a lo que Marcela Lagarde define como “la democracia genérica”, es decir, la equidad de condiciones entre hombres y mujeres.