"Llegué con el Dr. Jesús N por conducto de una doula. Mi bebé traía una vuelta de cordón umbilical en el cuello, cuando por fin llegó mi bebé estaba completamente encajado pero no se movía. El doctor quiso resolver en 20 minutos lo que no atendió a tiempo. Me hicieron una maniobra de Kristeller entre dos personas; mi bebé tuvo muerte cerebral grado 4", este es el testimonio de Lola ocurrido en 2009 en la clínica Pronotal donde operaba Jesús "N" conocido como "El rey del parto".
Desde hace décadas, mujeres han vivido violencia gineco obstétrica al interior de esta clínica que se posicionaba como una de las mejores del mercado de la salud obstétrica y de reproducción asistida. Esto último lo denuncia la colectiva Con Ovarios quien a través de un esfuerzo constante han logrado desmantelar la clínica.
En marzo de 2023 un grupo organizado de mujeres realizaron denuncias públicas en contra del médico ginecobstetra que operaba en Ciudad de México. Nueve meses después, a inicios de diciembre la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México reconoció el delito de responsabilidad profesional. Con ello, se han suspendido todas las actividades a causa de estas presuntas irregularidades y violencias ejercidas por todo el equipo multidisciplinario de la clínica.
De manera sencilla, podemos entender que el delito de responsabilidad profesional hace alusión a la obligación que tiene la persona profesional a aplicar sus conocimientos desde una perspectiva ética, moral y humana en beneficio de la persona a la que está ofreciendo un servicio. Esta responsabilidad profesional se entiende como un compromiso consigo mismes, después con el prójimo y finalmente, con la sociedad.
En Ciudad de México este delito está contemplado en el artículo 322 del Código Penal y responsabiliza a las personas profesionistas de los delitos que cometan en el ejercicio de su trabajo.
Aún quedan pendientes por resolver
De acuerdo con las últimas actualizaciones proporcionadas por Con Ovarios, se está esperando una resolución definitiva por parte de la FGJ de la CDMX, sin embargo, la colectiva ha denunciado públicamente a Jesús "N" "El rey del parto" por emprender una campaña de desinformación.
"Ha buscado (Jesús N) transmitir la idea de que a consecuencias de los cateos en el laboratorio las células de su laboratorio corren riesgo. Esto es falso, la fiscalía sigue monitoreando el laboratorio, el personal de Pronatal no ha perdido acceso al lugar y sigue dando mantenimiento y se ha facilitado la movilización de células a otro laboratorio si así lo solicitan las usuarias", señala Con Ovarios en su más reciente boletín.
Actualmente, la colectiva demanda el apoyo de la FGJ y COFEPRIS para garantizar los derechos de las mujeres usuarias y que sus células sean trasladadas a otros espacios de manera segura, evitando así que continúen bajo el resguardo de Pronatal.
Según documenta Con Ovarios -organización creada a causa de las violencias ejercidas por Jesús N-, se tiene registro de negligencias desde hace 15 años y de una sentencia realizada por la Suprema Corte de Justicia Nacional en contra del médico obstetra.
La colectiva está conformada por mujeres que perdieron a sus neonatos, madres de infancias con discapacidades adquiridas, víctimas de tráfico de células, mujeres que estuvieron en coma por semanas o en terapia intensiva, que recibieron malos diagnósticos o bien, procedimientos innecesarios, riesgosos y con secuelas. Todo estas acciones realizadas con el objetivo de recibir mayores ganancias a costa de la salud de neonatos, mujeres y personas gestantes que se acercaron a Pronatal.
La resolución queda pendiente y detrás de ella, 15 años de lucha contra una de las violencias de género más invisibilizadas que atraviesa a 3 de cada 10 mujeres en nuestro país, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021.
Violencia obstétrica en México
Si bien la ENDIREH ha contabilizado un promedio de mujeres víctimas de este delito, se proyecta que el número es mucho mayor, pues muchas personas no cuentan con las herramientas suficientes para reconocerla y mucho menos denunciar.
Esto último, a causa de una serie de factores sistémicos que abordan las autoras Mercedes Llamas Palomar, Berenice Reyes Beltrán, Nadia Choreño Rodríguez y Anna González Ruiz en "Violencia obstétrica", donde señalan en entrevista para La Cadera de Eva que la mujer ha sido condenada al sacrificio y al silencio durante su parto.
Asimismo, las autoras han identificado tres principales cuestiones que propician la violencia gineco obstétrica.
- El sistema patriarcal como cultura: "Preferimos no decir nada, creemos que es normal vivir experiencias negativas y violencia. Sólo pensamos en que nuestro hije esté bien", señala Nadie Choreño Rodríguez.
- Violencia desde la institución: De acuerdo con los testimonios retomados por Con Ovarios, muchas mujeres fueron expuestas e instrumentalizadas para enseñar a otras personas en formación. Una situación que las vulneró física y emocionalmente. Las autoras abordan este tocado vaginal público como un acto de violencia obstétrica.
- Violencia estructural: Según Nadie Choreño Rodríguez, la corrupción, la falta de personal capacitado, falta de recursos y la deshumanización del parto abonan a la violencia obstétrica. En el caso de Jesús N, esta característica también se encuadra, pues de acuerdo con las denuncias, el personal era negligente en los tratamientos, se realizaban malos diagnósticos y se forzaban los partos con el objetivo de recibir mayores pagos por el servicio.
A continuación, el violentómetro de la violencia obstétrica creado por el Gobierno del Estado de Hidalgo.
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