El Frente Nacional por las 40 Horas cumple dos años este 23 de noviembre y lo conmemora con una movilización en todo el país. Su mensaje es directo: la reducción de la jornada laboral debe implementarse ya y no retrasarse hasta 2030, una propuesta que, afirman, no tiene sentido en el país que más horas trabaja dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En entrevista para La Cadera de Eva, Adriana Zentella, integrante de la coordinación nacional del Frente, subrayó la relevancia de mantener vivo el debate sobre la necesidad de modificar la jornada laboral en México.
A continuación, las claves de la lucha por la reducción de la jornada laboral.
¿Qué exige el Frente Nacional por las 40 Horas?
La demanda de reducir la jornada está vinculada de manera profunda con la crisis de ingresos y la precariedad laboral que atraviesa la población trabajadora en México.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 32.9 millones de personas ganan salarios de pobreza, insuficientes para adquirir dos canastas básicas mensuales. Esto representa el 67% de quienes tienen empleo, una proporción mayor a la registrada antes de la pandemia.
La desigualdad económica también se refleja en que, mientras el Margen Operativo Bruto de las empresas aumentó 18.4% desde 2014, los ingresos reales promedio de la población cayeron 0.6%. En ese mismo periodo, el costo de la canasta básica se duplicó.
Otros indicadores del Observatorio de Trabajo Digno muestran la profundidad de la precariedad:
- 60% de las y los jóvenes trabajan sin contrato fijo.
- 41% no tiene prestaciones.
- 35.1 millones de personas carecen de seguridad social.
¿Qué dice hoy la Ley sobre las horas de trabajo?
La jornada de 40 horas aún no ha sido aprobada y no está vigente en la Ley Federal del Trabajo (LFT); se mantiene como una propuesta de reforma constitucional y legal. Actualmente, el Artículo 123 constitucional y la LFT establecen una jornada máxima de 48 horas semanales, divididas en ocho horas diarias durante seis días de trabajo, con al menos un día de descanso obligatorio.
Sin embargo, en la práctica, las personas trabajadoras suelen rebasar incluso ese límite. En esta nota Sierra Wells, analista de datos de Data Cívica nos explicó que una de cada cuatro supera las 56 horas a la semana sin enfrentar sanciones.
Ante esta realidad, el Frente convocó este 23 de noviembre a una movilización nacional en todas las entidades del país. En la Ciudad de México, la marcha partirá del Zócalo rumbo al Senado.
El mensaje central que buscan enviar a legisladores y a la población trabajadora es contundente: la implementación de las 40 horas debe ser inmediata y “sin gradualidad”.
¿Por qué debe reducirse la jornada sin gradualidad?
Aunque la Presidencia y la Secretaría del Trabajo anunciaron que la iniciativa se presentará este noviembre, el Frente se opone a un calendario que retrase la implementación hasta 2030.
Zentella explica que México está “atrasadísimo” en materia de jornada laboral. El país mantiene el límite de 48 horas semanales —heredado de la Revolución Mexicana— desde hace más de un siglo. “¿Cómo es posible que en más de 100 años no se haya modificado cuántas horas dedicamos al trabajo?”, cuestiona el Frente.
Datos de la OCDE muestran que México es el país donde más horas se trabaja, con un promedio de 48 horas semanales. Sin embargo, esto no se traduce en mayor productividad. Según Eurostat y la OCDE, países con jornadas más cortas —como Alemania o Dinamarca— son más productivos por hora laborada.
Para Zentella, trabajar jornadas tan largas solo genera personas más cansadas, desgastadas y alienadas. Por ello, la propuesta oficial de una implementación paulatina hasta 2030 “no tiene sentido”.
Cabe recordar que el 14 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum adelantó que la propuesta oficial será gradual y buscará consenso con empleadores y sindicatos.
Zentella reconoce que la lucha ha enfrentado resistencias y episodios de violencia, principalmente por parte de sectores empresariales, sindicatos corporativos y el propio gobierno.
Señala que lo más riesgoso ha sido “poner el cuerpo en las calles”, donde han enfrentado hostigamiento y encapsulamientos por parte de granaderos.
En redes sociales también han sido blanco de campañas de desprestigio: “Siempre inventan que nos paga la derecha, MC o el PRIAN… por eso hemos sido enfáticos en que somos un frente apartidista”, dice Adriana Zentella.
El Frente insiste en que su consigna es por la clase trabajadora y que no responde a intereses partidistas.

Foto: Cuartoscuro
La lucha de las 40 horas y el trabajo de cuidados
La reducción de la jornada impacta de manera directa en las mujeres, quienes históricamente enfrentan la doble o triple jornada: empleo remunerado, cuidados no pagados y trabajo doméstico.
Zentella, quien señala que muchas integrantes del Frente son feministas, subraya la importancia de visibilizar los trabajos no asalariados. En México, estos recaen mayoritariamente en las mujeres.
De acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, el 75.1% de las personas que realizan trabajos de cuidados son mujeres. Esto equivale a aproximadamente 23.8 millones de mujeres que desempeñan estas labores en sus hogares.
A esto se suma que, en México, sólo el 46% de las mujeres participa en la economía remunerada, frente al 77% de los hombres, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
¿La razón principal? El trabajo de cuidados.
Actualmente, 14.6 millones de mujeres no pueden salir a trabajar porque realizan labores de cuidado no remunerado, de acuerdo con el Observatorio de Trabajo Digno (OTD).
El Frente ha posicionado este tema en foros y eventos, y tiene dos comisiones dedicadas a ello: la Comisión de Mujeres y la Comisión de Poblaciones Vulnerables.
Entre sus propuestas se encuentran la ampliación de licencias de maternidad y el fortalecimiento de las licencias de paternidad para fomentar la corresponsabilidad masculina en los cuidados.
¿Qué cambiaría si tuviéramos más horas libres?
Al hablar sobre el impacto positivo de una jornada reducida, Adriana Zentella mencionó que si tuviéramos más tiempo que no fuera solo para trabajar, podríamos tener una sociedad con "trabajadoras más descansadas, más felices, más enfocadas en lo que les gusta hacer".
La reducción de horas permitiría tener más tiempo para la cultura, el ocio, el deporte, el estudio, e incluso para cuidar la salud, como ir a un chequeo médico o hacer ejercicio. Zentella concluyó que la vida no es solo trabajar, pues "el trabajo es un sostén para la vida, pero no es lo único". Lo más importante es que las personas puedan invertir ese tiempo extra con "la familia y con los amigos y con los seres queridos".

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