La iniciativa de reforma constitucional para reducir la jornada laboral a 40 horas en México es una medida significativa que busca mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores. Puede parecer un avance simple, sin embargo, tiene implicaciones profundas, sobre todo para las mujeres, quienes representan el 52% de la población total del país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En entrevista para La Cadera de Eva, Natalia Calero, directora General de Coming Up y experta en políticas de género, explicó que su implementación no puede ser aislada de otras políticas laborales con perspectiva de género, pues éstas son fundamentales para que las mujeres puedan aprovechar al máximo la reducción de la jornada laboral.
"Necesitamos políticas que consideren las necesidades y desafíos específicos de las mujeres en el ámbito laboral" (Natalia Calero)
La reducción de la jornada laboral a 40 horas es un paso hacia la igualdad de género, pero no es suficiente. La carga de los cuidados sigue siendo un obstáculo para que las mujeres puedan desarrollar su carrera profesional e insertarse en la economía.
En 2022, 31.7 millones de personas de 15 años y más brindaron cuidados a integrantes de su hogar o de otros hogares. De esta población, 75.1% correspondió a mujeres y 24.9%, a hombres, de acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
"Las mujeres no pueden insertarse en el mercado laboral porque están atrapadas en labores de cuidado. La formalidad en el empleo es clave para asegurar que las mujeres tengan acceso a derechos laborales y sociales" (Natalia Calero)
Las licencias de maternidad más amplias que las de paternidad reflejan la carga de género en el cuidado del hogar y la familia. Sin embargo, esta carga no solo recae en las mujeres que tienen acceso a estas licencias, sino también en aquellas que trabajan en el mercado informal lo que perpetúa las brechas en cuanto a los salarios y la estructura laboral.
"Las mujeres que trabajan en el mercado informal lo hacen porque les permite tener cierto control sobre su tiempo y cuidar a su familia” (Natalia Calero)
Foto: Cuartoscuro
Otras brechas laborales
La informalidad afecta desproporcionadamente a las mujeres, quienes representan el 66% de los trabajadores informales en México, de acuerdo con Natalia Calero. Además, la tasa de participación laboral de las mujeres en México es de solo el 42%, una de las más bajas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Otro aspecto crucial es la brecha salarial. En México, las mujeres ganan un 20% menos que los hombres por trabajo igual. En algunos sectores, como el de las abogadas, la brecha salarial llega a ser del 40%.
"No se puede atacar esta brecha solo con una norma, se necesita una articulación de políticas públicas que incentiven la igualdad salarial y eliminen los obstáculos que perpetúan la discriminación" (Natalia Calero)
Calero resalta que la reducción de la jornada laboral debe ir acompañada de políticas que aborden:
- La formalidad en el empleo.
- La brecha salarial.
- El acceso a servicios de cuidado.
- Reconocimiento del descanso y la jornada laboral.
- Igualdad de oportunidades.
"La reducción de la jornada laboral es un avance, pero no es suficiente. Necesitamos una visión integral que aborde la desigualdad laboral y salarial para que las mujeres puedan participar plenamente en la economía y la sociedad" (Natalia Calero)
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Cuidados, al centro
La igualdad de género no es posible sin la igualdad en los cuidados, señala Natalia Calero al explicar que la implementación de la reducción de la jornada laboral a 40 horas puede generar preocupaciones sobre sus repercusiones en oportunidades de ascenso y desarrollo profesional, así como en la posible reducción de contrataciones por parte de las empresas.
"Es importante asegurarse de que la reducción de la jornada laboral no se convierta en una excusa para reducir la contratación de mujeres” (Natalia Calero)
Pero para que esto sea posible, es importante que la reducción de la jornada laboral vaya acompañada de políticas que apoyen a las microempresas y a las mujeres en su desarrollo profesional, las cuales sean acompañadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
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La carga de cuidados no solo afecta a las mujeres, sino también a otras personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad: las mujeres indígenas, afrodescendientes, migrantes y personas con discapacidad son las que más sufren la falta de acceso a servicios de cuidado.
Dentro de sus compromisos de gobierno la presidenta Claudia Sheinbaum prometió un cambio de rumbo, uno que coloca a las mujeres en el corazón de la política pública. Dos iniciativas clave destacan en su agenda: el Sistema Nacional de Cuidados y la reducción de la jornada laboral a 40 horas.
Estas palabras resonaron en las mujeres, pero que también plantean un desafío: cómo hacer realidad estas promesas. El Sistema Nacional de Cuidados es un proyecto ambicioso que requiere recursos, planificación y coordinación entre los tres niveles de gobierno.
"Los cuidados no son un problema privado, son un problema público. El Estado tiene que asumir su responsabilidad en el cuidado de las personas" (Natalia Calero)
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