Durante diez años Dominique Pelicot, de 71 años, drogó a su esposa para permitir que la violaran decenas de hombres, quienes junto a él se enfrentarán a hasta 20 años de cárcel. Esto ocurrió en Mazan, Francia.

La investigación en curso ha revelado que Dominique reclutaba hombres por internet para violar a su esposa Gisèle P., después de drogarla con somníferos y ansiolíticos en su comida y bebida.

La policía francesa ha identificado al menos 92 agresiones sexualescometidas por 72 hombres entre los 26 y los 74 años. En total, 50 de ellos fueron identificados, y la mayoría son acusados de violación con agravantes o en grado de tentativa y están siendo juzgados junto a Dominique quien grabó las violaciones.

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Los acusados son hombres de diferentes estratos sociales: un bombero, un artesano, un enfermero, un funcionario de prisiones, un periodista, un electricista; solteros, casados, divorciados...

Las reglas estaban claras cuando acudían a aquella casa: entrar sigilosamente, evitar el olor a perfume o tabaco, desvestirse en la cocina para no olvidar ropa en el dormitorio y calentarse las manos en el radiador para no despertarla.

La mayoría fue solo una vez al domicilio, 10 fueron en varias ocasiones, hasta seis noches en algunos casos. Los documentos judiciales muestran que Dominique declaró a los investigadores que todos los demás hombres eran conscientes de que su esposa había sido drogada sin su consentimiento, algo que varios de los demás acusados niegan.

Por estos hechos, Dominique enfrenta nueve cargos, entre ellos violación con circunstancias agravantes, drogar a una víctima para cometer una violación y compartir imágenes relacionadas con esas agresiones.

Los investigadores identificaron 92 violaciones desde 2011, cuando la pareja vivía en la región de París, pero sobre todo a partir de 2013, tras mudarse a Mazan, y hasta 2020, cuando fue descubierto el delito.

¿Cómo descubrieron el caso?

Los delitos salieron a la luz en 2020, cuando Dominique fue sorprendido grabando bajo las faldas de las mujeres en un centro comercial. Después de que la policía confiscó su teléfono y computadora, encontraron pruebas de las violaciones contra su esposa, quien se enteró de las agresiones gracias a ellos.

La investigación también reveló que su hija y su nuera, son otras de las víctimas de Dominique, quien desde 2020 se encuentra en prisión preventiva por estos delitos.

Para Gisèle, el proceso será "algo completamente terrible", expresó antes del juicio Antoine Camus, uno de sus abogados, quien detallo que ella "vivirá por primera vez, en diferido, las violaciones que sufrió durante diez años", pues no tiene "ningún recuerdo" de lo que pasó debido a las lagunas mentales que le ocasionaban los medicamentos.

Este delito no es el único que enfrenta Dominique, tras su detención, la unidad de casos sin resolver lo implicó en otros dos, un asesinato con violación en París en 1991, que él niega, y un intento de violación en 1999, que admitió tras identificarse su ADN.

¿Qué sigue?

El juicio comenzó el 2 de septiembre en la ciudad de Aviñón, en el sur de Francia, y el veredicto está previsto para el 20 de diciembre de este año. Aunque Gisèle podría haber pedido que el juicio se celebrara en privado, solicitó que fuera público para que "todo el mundo pudiera oírlo y hacerse una idea de las excusas que dan los hombres en tales circunstancias", dijo a CNN Stéphane Babonneau uno de sus abogados.

Gisèle P. que ahora tiene 72 años, sufría lagunas mentales y amnesias. Durante esos años de agresiones invisibles solía estar cansada, adelgazó mucho. Los médicos no supieron darle una explicación. Hasta aquella llamada por parte de la policía, en noviembre de 2020, que le reveló la pesadilla. 

Gisèle que ya ha solicitado el divorcio, ha sido diagnosticada con cuatro enfermedades de transmisión sexual y un fuerte estrés postraumático. Por esto, su hija Caroline creó la campaña M’endors pas, (“No me duermas" en español) que, junto a numerosos profesionales de la salud buscan sensibilizar y prevenir a la sociedad sobre las agresiones sexuales facilitadas por fármacos.

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