En redes sociales se viralizó la noticia de que la bebé de la influencer conocida como “Lupita TikTok” había fallecido por muerte cerebral. La cadena de televisión Multimedios TV incluso aseguró, citando fuentes internas, que el fallecimiento había sido confirmado.
Días antes, Mariana Rodríguez, presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Capullos, anunció en redes sociales que la bebé sería puesta a disposición de la institución por presunta negligencia y omisión de cuidados, luego de haber sido hospitalizada por un cuadro de deshidratación.
Tras esta declaración, comenzaron a circular rumores sobre la supuesta muerte de la recién nacida, lo que provocó una ola de comentarios capacitistas y discriminatorios dirigidos hacia la influencer en distintas plataformas.
Ante la desinformación, Lupita TikTok y su equipo publicaron un comunicado en su página oficial de Facebook en el que desmienten el fallecimiento de la bebé.
Desde el momento en que la influencer compartió su embarazo en redes sociales, ha sido víctima de acoso mediatizado y capacitismo por ser una persona de talla baja y no cumplir con el estándar de un cuerpo asociado con la gestión y la maternidad.
¿Quién puede y quién no puede ser madre?
Los comentarios y críticas en contra de la influencer, que la acusan de violencia infantil, avivaron el discurso sobre la maternidad, la discapacidad y los derechos de las infancias en redes sociales.
El caso de Lupita TikTok expone cómo las madres con discapacidad o en contextos de vulnerabilidad enfrentan juicios y violencia sistémica. Usuarios en redes sociales han cuestionado su capacidad para ser madre, basándose en estereotipos profundamente capacitistas.
El escrutinio público y mediático ha hecho que la narrativa gire alrededor de la criminalización e infantilización de la influencer, pues los comentarios no consideran que sea capaz de ser madre. Esta percepción condiciona la maternidad a una experiencia homogénea y limita la gestión a cuerpos normativos.
La discapacidad no invalida la maternidad, pues existen muchas formas de ser madres y no hay una experiencia única. Una narrativa de maternidad inclusiva debe tener en el centro el reconocimiento de la diversidad. Las mujeres con discapacidad que deciden ser madres deben ser vistas como personas con agencia, no como víctimas ni heroínas.
Maternidades diversas y derechos de las infancias
Las mujeres con discapacidad que ejercen la maternidad elegida enfrentan críticas y prejuicios por el hecho de tener una discapacidad. Según la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) de 2022, 33.4% de las mujeres con discapacidad han enfrentado discriminación y el 45.5% la experimento por el mismo motivo.
Las mujeres con discapacidad son más propensas a ser víctimas de múltiples violencias, en el caso de Lupita TikTok, las violencias son muchas. Por ser mujer, mujer con una discapacidad, por no cumplir con el canon de belleza, por no poseer un cuerpo hegemónico aceptado para la gestación, por ser una figura pública en redes sociales, por no contar con una red de apoyo sólida, y también por estar en una relación sentimental asimétrica y de poder, pues el padre de su hija le dobla la edad. Ricardo Medellín, su pareja, tiene 46 años, mientras Lupita apenas tiene 22.
En redes sociales, usuarios afirman que Lupita TikTok padece de una discapacidad cognitiva que no la hace apta para ser madre, sin embargo, no se ha podido corroborar tal condición. El abuso de sustancias ilícitas también ha despertado preocupación en redes sociales, pues se afirma que la influencer y su pareja consumen drogas frecuentemente. Estas situaciones deben tratarse con cuidado, priorizando tanto la atención y como el acompañamiento de la madre y de la infancia.
El bienestar de la recién nacida preocupó en redes sociales, y es que aunque aún no se conoce públicamente su condición exacta, la viralización del caso también ha puesto en el mapa la necesidad de hablar de los derechos de las infancias en condiciones de vulnerabilidad, pues se debe procurar su bienestar sin caer en prejuicios en contra de las madres con discapacidad y en condiciones de vulnerabilidad que ejercen maternidades diversas