El flujo vaginal es un tema común en la salud femenina, pero a menudo está rodeado de mitos y desinformación. Muchas mujeres se preocupan innecesariamente por los cambios en su flujo vaginal, sin saber que en la mayoría de los casos se trata de un proceso fisiológico normal.

En entrevista con La Cadera de Eva, la doctora Jessica Rayas, gerente de Contact Center de M de Mujer nos brinda información clave para entender este proceso natural y reconocer cuándo es motivo de consulta médica.

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¿Qué es el flujo vaginal?

El flujo vaginal es una secreción producida en la vagina, y es totalmente normal. Cumple funciones importantes para la salud íntima de las mujeres: elimina células muertas de la zona vaginal y protege al organismo de ciertas infecciones, actuando como un efecto de barrido, explica la Dra. Jessica Rayas.

Uno de los mitos más comunes es creer que todo flujo vaginal es anormal. Sin embargo, según la Dra. Rayas, el flujo vaginal fisiológico es transparente e inoloro. La acidez del flujo puede causar cambios en la coloración de la ropa interior, lo cual es normal.

A lo largo del ciclo menstrual, el flujo vaginal experimenta cambios, los cuales son normales y están relacionados con las diferentes etapas hormonales: 

  • Durante la menstruación el flujo se acompaña de sangre. 
  • Después de la menstruación puede haber una ausencia de flujo vaginal durante tres a cuatro días.
  • Posterior a los días de ausencia se presenta el flujo normal, que es de color transparente o ligeramente blanco y no tiene olor, o tiene un olor muy ligero.
  • Antes de la ovulación aumenta el volumen del flujo y se torna filamentoso, es decir, se puede estirar entre los dedos.
  • Después de la ovulación el flujo disminuye y puede volverse más pegajoso.

¿Cuándo preocuparse? Características de un flujo vaginal anormal

Es importante conocer las características del flujo vaginal normal para identificar posibles problemas, de acuerdo con la Dra. Jessica Rayas.

Color: el flujo normal puede ser transparente o ligeramente blanquecino. Cambios en la coloración (café, verdoso, amarillento) pueden ser señal de alerta.

Olor: el flujo normal tiene poco o ningún olor. Un olor fuerte o desagradable puede indicar una infección.

Consistencia: la consistencia puede variar dependiendo del ciclo menstrual, volviéndose más elástico antes de la ovulación y más pegajoso después.

Síntomas: ardor, enrojecimiento o comezón en la zona vaginal son signos de que algo no está bien.

El flujo vaginal también puede cambiar durante el embarazo y el postparto. Después del parto, es normal una secreción sanguinolenta durante algunos días. Sin embargo, si hay dolor, ardor, comezón o fiebre, es importante consultar a un profesional de la salud.

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¿Cómo mantener un flujo vaginal saludable?

La Dra. Jessica Rayas recomienda: 

Conócete a ti misma: familiarízate con las características de tu flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual.

Higiene adecuada: el flujo vaginal realiza la higiene de la zona de forma natural. No se requieren productos de higiene específicos a menos que un médico lo indique.

Hidratación: mantener una hidratación adecuada es importante para la salud del flujo vaginal.

Visita a tu ginecóloga: acude con la ginecóloga de forma preventiva, no solo cuando tengas síntomas de enfermedad.

Usa protección: si tienes una vida sexual activa, utiliza métodos de barrera como el condón para prevenir infecciones de transmisión sexual.

Recuerda: ante cualquier duda o cambio en tu flujo vaginal, consulta a un profesional de la salud. No te automediques y busca información confiable. La Dra. Jessica Rayas recomienda visitar las redes sociales de M de Mujer para obtener información actualizada sobre salud sexual.