En México, ser mujer racializada, pobre y tener un tono de piel oscuro  puede ser un obstáculo casi insuperable para mejorar tu situación económica y social, revela un informe reciente del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). 

De acuerdo con el estudio "Movilidad social en México 2025: la persistencia de la desigualdad de oportunidades", basado en la Encuesta esru de Movilidad Social en México 2023 (ESRU- EMOVI 2023), el origen y las características personales fuera del control individual son determinantes clave del acceso a oportunidades y la perpetuación de la desigualdad

Entre las personas con origen en el grupo de recursos económicos más bajo, las mujeres con tono de piel oscuro son quienes, con mayor frecuencia (62%), permanecen en esa misma posición durante su edad adulta. En contraste, solo el 34% de las mujeres con tono de piel más claro permanecen en esa condición.

En el otro extremo, para las personas con origen en el grupo más alto de recursos económicos, las mujeres con tono de piel oscuro son quienes presentan una menor permanencia (39%) en esa posición elevada. Esta cifra contrasta con los hombres de tono de piel claro, quienes muestran una mayor permanencia (59%) en esa misma posición.

Estos datos son un reflejo de que en México existe un problema de desigualdad de oportunidades y de trato por las diferencias en el tono de piel de las personas, el cual se refuerza para las mujeres, lo que limita sus posibilidades de ascender en la escalera socioeconómica.

¿Por qué las mujeres enfrentan más desventajas?

Las mujeres enfrentan mayores barreras que los hombres para la movilidad social en México debido a una combinación de factores interrelacionados. El sexo biológico de la persona al nacer es reconocido en el informe como una de las circunstancias de origen que contribuyen significativamente a la desigualdad de oportunidades en México. Al menos el 48% de la desigualdad de ingresos en el país se debe a las circunstancias de origen.

Esto se observa claramente en la movilidad económica intergeneracional, donde el espacio de logro para las mujeres es menor:

  • De cada 100 personas que nacen en el 20% inferior de la escalera de recursos económicos, 50 no logran superarla en su vida adulta. De este grupo, una menor proporción de mujeres logra superar este origen en la posición más baja de recursos económicos en comparación con los hombres. Específicamente, la permanencia en el grupo más bajo es del 51% para las mujeres y 49% para los hombres.
  • Para quienes nacen en el grupo más bajo y logran ascender al 20% más alto (movilidad de largo alcance), la proporción es notablemente menor para las mujeres: solo el 1% lo logra, frente al 3% de los hombres.

  • Incluso para quienes provienen de hogares con más recursos económicos, la situación es desalentadora: una mayor proporción de mujeres (53%) que de hombres (47%) que nacen en la parte alta de la distribución económica caen de posición.

Estos hallazgos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias señalan que la desigualdad de género opera independientemente de la condición de origen económico de las personas, lo que limita el espacio de logro para las mujeres en todos los niveles.

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¿Por qué se perpetúa esta desigualdad?

Aunque se ha observado un avance educativo promedio en el país, la escolaridad de los padres sigue siendo un factor determinante, y las mujeres también enfrentan desventajas en esta dimensión.

Si los padres estudiaron primaria o menos, una mayor proporción de mujeres (42%) replica esa baja escolaridad, comparado con el 36% de los hombres. Esto significa que, para este origen educativo, una mayor proporción de hombres que de mujeres logra superar el nivel de sus padres.

Incluso cuando los padres alcanzaron estudios profesionales, una menor proporción de mujeres (60%) logra también acceder a la educación profesional, frente al 65% de los hombres. Es decir, una mayor proporción de mujeres que de hombres se queda por debajo del nivel educativo profesional alcanzado por sus padres.

No obstante, en la "movilidad educativa de largo alcance" (alcanzar estudios profesionales cuando los padres terminaron primaria o menos), se identifica una mayor paridad, con un 9% para las mujeres y un 10% para los hombres.

A pesar de que el informe señala una reducción reciente en la persistencia intergeneracional de la pobreza entre 2017 y 2023, y un crecimiento del ingreso para los grupos más desfavorecidos, los niveles de desigualdad y la baja movilidad social, especialmente para las mujeres y particularmente en el sur del país, siguen siendo un desafío.

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