El Camino de Santiago, reconocido como una histórica ruta de peregrinación religiosa, atrae a viajeros desde los siglos IX y X, según su sitio web oficial. Hoy en día, más allá de su tradición espiritual, el Camino se ha convertido en un destino cultural y turístico de renombre mundial, al que acuden personas de todos los rincones del planeta. Según datos de la Oficina del Peregrino de Santiago de Compostela, las mujeres senderistas conformaron el 53%, mientras que los hombres el 47%.

Sin embargo, las mujeres que recorren el Camino de Santiago han denunciado sufrir acoso sexual durante su travesía. Algunas han relatado encuentros perturbadores, como hombres que se desnudan frente a ellas, se masturban o las persiguen a lo largo del recorrido, evidenciando una problemática que ha permanecido silenciada durante años.

Así lo reportó la canadiense Martine Bergeron para el medio británico The Guardian. El año pasado se dirigía desde Lezama, localidad española, hasta Bilbao; en su camino se encontró con un hombre completamente desnudo, con los genitales al descubierto.

Muchas mujeres deciden completar el trecho solas, aventurándose en una experiencia de senderismo milenaria, sin embargo, lo que prometía ser una experiencia cultural es un peligro para las mujeres que se embarcan solas, especialmente en áreas desérticas en España, Portugal y Francia.

Otro testimonio de una mujer, cuya identidad es anónima, afirmó que casi fue abducida por un hombre que transitaba en una camioneta.

El Camino de Santiago y la censura

El Camino de Santiago presume de ser un espacio seguro de recreación para todas las personas, especialmente para las mujeres, que tienen a recorrer las rutas de manera individual, sin embargo, la realidad es diferente.

La periodista feminista francesa, Marie Albert, documentó en 2021 los 1.800 kilometros que recorrió enlos años 2016 y 2019, entre París y Galicia. Albert se dio cuenta al finalizar el kilometraje de la lista extensa de violencias que había sufrido en el Camino; “un hombre me siguió por la calle”, “un hombre me explicó la vida”, “un hombre me invita a compartir una copa”, “un hombre intenta besarme”, “un hombre se masturba delante de mí”, “un hombre me acosa por mensaje de texto”, “un hombre hace una seña de mímica de cunnilingus (sexo oral) con su lengua”, “un hombre comenta sobre mi apariencia”, “un hombre me insulta”.

Albert se dio cuenta de que el Camino de Santiago no es un lugar seguro para las mujeres, sin embargo, decirlo abiertamente es ir en contra de toda la esfera turística y de la orden católica que asegura lo contrario.  

Después de su experiencia, Marie lanzó una convocatoria en Facebook para recopilar testimonios sobre acoso sexual, contrario a lo esperado, fue revictimizada por hombres y mujeres que aseguraron que ella había provocado tales agresiones en su contra.

Las denuncias por agresión sexual en el Camino de Santiago son poco comunes; en 2015 Denise Thiem, una mujer asiático americana fue víctima de asesinato por parte de una agricultor español. Esto provocó que más personas contaran sus propias historias de acoso y agresión.

Lorena Gaibor, fundadora de “CAMIGAS”, grupo en línea que tiene como misión crear una red de y para mujeres que necesiten acompañamiento durante su trayecto por Camino de Santiago, comentó que el acoso sexual es endémico de el Camino, es común y cada año recibe testimonios de mujeres que han sufrido acoso.

A pesar de los testimonios de acoso sexual, no se han tomado medidas efectivas para la prevención y detención de las agresiones, si bien existen puntos de emergencia instalados por el Gobierno de España, las mujeres suelen reportar menos los casos de abuso sexual por ser extranjeras o por miedo a que no les crean.

La campaña “No caminas sola: Camino de Santiago Libre de Violencias Machistas”, presentada en junio de este año, propone mejorar el paso de las mujeres que emprenden la ruta en solitario a través de la difusión de tarjetas y carteles informativos bilingües. Estos contienen un código QR que enlaza a recursos especializados en materia de violencia contra las mujeres.

Se tiene contemplado que 45  municipios, por los que atraviesa el Camino, participen e implementen las medidas.