El Papa Francisco, quien falleció este 21 de abril a los 88 años de edad, será recordado por su legado progresista e inclusivo. A lo largo de su pontificado, promovió la cultura de la paz, promovió la dignidad de las mujeres en la Iglesia y abogó por su participación en roles de liderazgo, nombrando algunas por primera vez en puestos clave. Sin embargo, su postura sobre el aborto se mantuvo en la línea conservadora que caracteriza a la Iglesia Católica

Durante sus última aparición pública, Francisco pidió un cese al fuego en Gaza, un llamado que ha repetido desde que Israel sometió al pueblo palestino. El Papa sostuvo comunicación por 18 meses con la Sagrada Familia de Gaza, la única iglesia católica de la región, una demostración de solidaridad por la que será recordado en la historia.

Aunque el Papa será recordado como un símbolo de unión y de paz y que condenó la guerra, abogó por las mujeres en la Iglesia, las personas migrantes, el medio ambiente y las personas de la comunidad LGBTQ+, no se debe olvidar que, entre el conservadurismo de la Iglesia y la implementación parcial de reformas humanitarias, la postura de Francisco respecto al aborto fue en tanto opaca como estigmatizante. 

Mujeres en la Iglesia, una deuda histórica… ¿y el aborto?

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco reconoció el papel indispensable de las mujeres en la Iglesia Católica y en la sociedad, e impulsó cambios radicales en la doctrina de la institución, pues en varias ocasiones criticó el machismo.

Francisco abogó por la dignidad de las mujeres y enfatizó la necesidad de escucharlas no sólo en la vida privada, sino también en ámbitos de decisión y liderazgo, incluída la Iglesia. “Sin mujeres la iglesia se desmorona”, fue tal vez la postura más popular de Francisco en temas de género. El Papa enfatizó la importancia de integrar a las mujeres fieles en cargos de alto rango en la Iglesia como un acto de justicia histórica. 

Desde su génesis, la institución católica ha excluído a las mujeres de la vida en la Iglesia pero Francisco dio un primer paso en 2013, cuando expresó en su primera exhortación apostólica Evangelii Gaudium, un documento pastoral para animar o fomentar una virtud en la comunidad de fieles católicos, que era necesario ampliar espacios inclusivos dentro de la Iglesia en los que las mujeres participaran activamente.

Las palabras de Francisco se convirtieron en actos este año; en enero de 2025 nombró a la monja italiana, Simona Brambilla, como prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y de las Sociedades de la Vida Apostólica, y un mes después designó a Raffaella Petrini como Presidenta de la Gobernación del Vaticano, un puesto administrativo de gran relevancia nunca antes liderado por una mujer.

A pesar de su postura progresista en cuanto a la participación en cargos eclesiásticos, Francisco mantuvo una postura conservadora respecto a la interrupción del embarazo, pues afirmó que el aborto es un sinónimo de  “contratar un sicario para resolver un problema” y señaló que es finalmente se trata de matar la vida humana. 

Históricamente, la Iglesia ha estigmatizado  a las mujeres que abortan y si bien Francisco reconoció que las mujeres en condiciones vulnerables merecen más atención y cuidados, fue claro al no reconocer al aborto como un derecho de las mujeres, siguiendo la doctrina milenaria y conservadora.

Una vida religiosa parcialmente más inclusiva

El pontificado de Francisco le dio a la institución de la Iglesia una mirada más compasiva y no punitiva hacia las personas de la comunidad LGBT++, pues bajo su periodo el papa mostró una postura más inclusiva y diversa. “¿Quién soy yo para juzgar” se convirtió en una de las frases más celebradas al inicio de su pontificado en 2013, después de responder al cuestionamiento que ponía en duda la dignidad de los sacerdotes acusados de sostener relaciones homosexuales. 

Francisco afirmó que las personas de la comunidad LGBTQ+ merecían tener una familia y sostuvo que la homosexualidad no es un delito y que Dios ama a todas las personas por igual. En 2023, Francisco aprobó un documento que permite a los sacerdotes bendecir a parejas del mismo sexo, esto formó un precedente histórico para las personas de la comunidad y la Iglesia católica. 

pesar de haber denunciado la enseñanza tradicional de las relaciones del mismo sexo, Francisco no cambió la doctrina binaria sobre el matrimonio: sólo el matrimonio entre un hombre y una mujer cisgénero es aceptado por la Iglesia

Reparar el daño, una labor que tomará años

Durante su pontificado, Francisco denunció las atrocidades cometidas por la Iglesia y reiteró disculpas públicas por los hechos, entre ellos, reconoció la pederastía en la vida de la Iglesia

En 2014 el Papa ya había erigido la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, en busca de resguardar el bienestar de las infancias dentro de la Iglesia, sin embargo, la pederastia ha marcado a la iglesia católica durante décadas y el mismo Francisco se vio envuelto en la polémica, pues en 2015 nombró obispo de la ciudad chilena, Osorno, a Juan Barros, quien fue acusado por encubrir casos de abuso sexual a menores.

Francisco defendió públicamente a Barros, pero tras críticas, el Papa se disculpó y reconoció que se había equivocado. Desde ese momento adoptó medidas más concretas al respecto y señaló que la Iglesia le había fallado a las víctimas de abuso sexual por parte de miembros de la institución. 

El Papa Francisco reconoció el error y pidió disculpas. En una lógica de reparación, el Papa también ofreció disculpas por la conquista de los pueblos originarios y reconoció la participación de la Iglesia, a pesar de que este tipo de acciones marcan un precedente hacia el futuro, es indispensable reconocer la violencia ejercida por la Iglesia Católica a lo largo de la historia.