Este 2025 se cumplen 45 años de que México firmó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Fue el 17 de julio de 1980 cuando el Estado mexicano se comprometió, al menos en el papel, a garantizar la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida.
La CEDAW es conocida como la “carta magna de los derechos de las mujeres” y es, hasta hoy, el tratado internacional más importante en la materia. Sin embargo, a más de cuatro décadas de su adopción, la pregunta sigue siendo incómoda pero necesaria: ¿qué tanto se ha cumplido realmente en México? Te contamos.
¿Qué es la CEDAW y por qué importa?
La CEDAW fue adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1979 y define la discriminación contra la mujer como cualquier distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que limite o anule el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres en los ámbitos político, económico, social, cultural o civil.
No se trata de un documento simbólico. Los países que la ratifican —como México— asumen obligaciones legales: eliminar la discriminación en todas sus formas y garantizar las condiciones necesarias para que las mujeres ejerzan sus derechos en igualdad de condiciones.
Su cumplimiento es supervisado por el Comité CEDAW, integrado por 23 expertas independientes de distintas regiones del mundo, que revisan periódicamente los informes que presentan los Estados y emiten recomendaciones específicas.
México y la CEDAW: avances que no alcanzan
México ratificó la Convención el 23 de marzo de 1981, lo que la incorporó al marco jurídico nacional. Desde entonces, el Estado está obligado a rendir cuentas ante el Comité sobre la situación de los derechos de las mujeres.
En sus evaluaciones más recientes, el Comité ha reconocido algunos avances, como: la elección de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta del país y la tipificación de la violencia doméstica como delito en el Código Penal en 2024.
Pero estos logros conviven con una realidad persistente de violencia, impunidad y discriminación estructural.Tras la décima evaluación de México el pasado 7 de julio de 2025, el Comité CEDAW expresó su preocupación por la violencia sistemática contra las mujeres, en particular contra las madres buscadoras, a quienes reconoció como un grupo en situación de alta vulnerabilidad.
Las expertas urgieron al Estado mexicano a:
- Prevenir los feminicidios, homicidios y desapariciones forzadas de mujeres.
- Atender las causas estructurales de la violencia, como la delincuencia organizada, la violencia armada y los estereotipos de género.
- Garantizar el acceso efectivo a la justicia.
Organizaciones civiles han señalado que México no ha cumplido con más del 70% de las recomendaciones emitidas por la CEDAW en evaluaciones anteriores. Entre los pendientes reiterados destacan:
- Altos niveles de inseguridad y violencia feminicida.
- Desapariciones y trata de personas.
- Falta de armonización legislativa entre estados.
- Obstáculos sistemáticos para acceder a la justicia.
Recomendaciones claras, respuestas insuficientes
El Comité ha sido enfático: México debe armonizar su marco legal en todos los niveles de gobierno, asignar presupuestos suficientes y garantizar que las políticas de igualdad se traduzcan en cambios reales.
Además, llamó a reconocer formalmente a las madres buscadoras como defensoras de derechos humanos y a asegurar su protección de manera uniforme en todo el país.
Aunque la Secretaría de las Mujeres ha reiterado el compromiso del Estado mexicano, el Comité espera que, en un plazo máximo de dos años, México informe de manera puntual qué acciones concretas ha tomado, especialmente en materia de presupuesto y protección efectiva.

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