El body positive es un movimiento social promovido en la segunda ola del feminismo en la lucha por la aceptación de la diversidad corporal. Esto ha permitido a las nuevas generaciones tener una visión positiva del cuerpo, incluso en redes sociales hay contenido que invita a las personas a que dejen de opinar sobre los cuerpos ajenos.
Aunque ese movimiento fue uno de los avances más relevantes para promover el empoderamiento en las mujeres y desafiar los estándares de belleza poco realistas que se han ido reproduciendo por años, el 50% de las mujeres han sufrido discriminación por estereotipos de belleza en México, de cuerdo con la la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS), por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ese porcentaje es la suma de las mujeres que atribuyeron la discriminación sufrida a su forma de hablar, de vestir, a su tono de piel, a su peso o estatura así como a su arreglo personal.
¿A quiénes afecta la violencia estética?
En México, las mujeres son las principales afectadas, las mujeres de 18 años y más han manifestado haber sido discriminadas en los últimos 12 meses, el 30.8 % lo atribuyó a su forma de vestir o arreglo personal (tatuajes, ropa, forma de peinarse, perforaciones), de acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) de 2022, por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La discriminación se traduce en la presión social por alcanzar y cumplir los estándares inalcanzables de belleza, que posteriormente causa un impacto negativo en la salud mental y física a eso se le conoce como violencia estética, aunque este tipo de violencia no es tipificada legalmente en algún código penal de nuestro país, no quiere decir que no exista y que sus impactos no sean relevantes.
La violencia estética afecta la autoestima y perpetúa un sistema que limita nuestra libertad y bienestar porque se vive de muchas maneras no solo en la discriminación, por ejemplo, La Cadera de Eva documentó el año pasado el caso de Andrea, una mujer de 24 años que se desempeñaba como periodista deportiva, que sufrió sexualización en área laboral, es decir, le exigía maquillarse más o cambiar su aspecto para poder realizar su trabajo.
Esto no solo sucede en México, las mujeres de varios lugares del mundo también enfrentan este tipo de violencia, tan solo el 4% de las mujeres en todo el mundo se consideran bellas, de acuerdo a un estudio llamado “Bocetos de Bella Real” realizado por la marca Dove. Además, el 80% de las mujeres asegura que las imágenes en los medios de comunicación les generan inseguridades sobre sus propios cuerpos.
Este tipo de violencia también afecta a las niñas y adolescentes, un estudio de la Universidad de Florida reveló que el 75% de las niñas de entre 8 y 12 años se sienten mal consigo mismas después de ver imágenes de modelos en revistas.
Los medios de comunicación así como las redes sociales están directamente asociados a la perpetuación de estereotipos de género, según el estudio “La influencia de Instagram en la creación y reproducción del ideal de belleza femenino” de las investigadoras españolas Teresa Martín y Beatriz Chavez.
Los resultados de la investigación arrojaron que el auge de las redes sociales ha motivado el surgimiento de figuras como los influencers y con ello el uso de los filtros o modificación de su cuerpo en las fotos.
Tan solo el 40.53% disfrutaba con los filtros que hacían que la piel pareciera perfecta, un 24.23 % optó por los que aumentan el tamaño de sus ojos o de sus labios, un 14.10 % por cambiar el color de los ojos y el 21.15 % para reducir la nariz, señala el estudio.
“Hoy en día, las redes sociales nos exponen aún más a estos estándares de belleza inalcanzables, afectando a mujeres y a niñas desde una edad cada vez más temprana”, asegura Angélica Contreras, vocera de Mujeres Vivas, Mujeres Libres a través de un comunicado.
La violencia estética se basa en prejuicios que agudizan el impacto en las mujeres, por ejemplo, la visión sexista que se relaciona con lo que es o no femenino; con lo racial que son estándares que asocian la belleza con cierto tono de piel; el rechazo a la vejez, también predominan estereotipos en los que se le rinde culto a la juventud, de acuerdo con la organización Mujeres Vivas, Mujeres Libres.
También la gordofobia, que se basa en la creencia de que las personas delgadas son más bellas y más sanas.
“La violencia estética es una forma de control que mantiene a las mujeres enfocadas en sus cuerpos y lejos de la toma de decisiones. El sistema se beneficia de que estemos descontentas con nuestra apariencia, porque nos lleva a comprar productos cosméticos y farmacéuticos y a someternos a procedimientos invasivos, muchas veces no por un gusto propio y desde la autonomía si no por un miedo terrible a no ser aceptadas o no encajar en un molde irreal”, explica la vocera de la organización.
¿Cuáles son las consecuencias y afectaciones de seguir con los estándares de belleza ?
Los estereotipos y estándares de belleza que giran en torno al cuerpo de las mujeres han creado una serie de violencias y consecuencias hacia quienes no cumplen esos cánones, por ejemplo la doctora Ana Celia Chapa, académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), en una entrevista que tuvo con La Cadera de Eva explicó las afectaciones más comunes.
Entre ellas destaca la insatisfacción corporal, los trastornos alimenticios, la ansiedad, la depresión y la baja autoestima, que finalmente provocan la limitación de la participación y el desarrollo de las personas en diversos ámbitos sociales y laborales, lo que perpetúa la desigualdad de género.
Estrategias para combatir la violencia estética
Mujeres Vivas, Mujeres Libres señalan que para desafiar los estándares y promover una visión más inclusiva de la belleza, es fundamental cuestionarse si realmente existe una sola forma de ser bella o qué tiene de malo envejecer. Además de leer libros, revistas, podcasts que hablen del tema y cuidar la salud mental y física.
La Dra. Ana Celia recomienda el libro “Bellas para morir: Estereotipos y violencia estética contra la mujer", de la autora venezolana Esther Pineda G, para conocer más de este tema.
“¡Ámate… es un acto de rebeldía! Promueve el amor propio y ejércelo… Aceptarnos como somos sin importar los estándares sociales es clave… no sólo para combatir la violencia estética, sino para vivir plenamente”, aconseja Angélica Contreras.