Uno de los mitos más comunes que existe en el mundo de la política es que los hombres gobiernan con la razón y las mujeres con la emoción. Pero basta ver los tuits recientes entre el presidente de EU, Donald Trump y Elon Musk para darnos cuenta que no es así. ¿De verdad el poder masculino es tan “racional” como se cree? ¿Hasta cuándo vamos a creer que la razón o la emoción tienen género?

Estas ideas forman parte del liderazgo racional, una creencia que relaciona al poder con la frialdad, el control y la lógica, atributos que históricamente han sido atribuidos a la masculinidad tradicional. Lo cierto es que detrás del mito de la supuesta racionalidad y el control masculino también hay impulsos, egos frágiles y decisiones cargadas de emotividad disfrazadas de poder.

La disputa pública entre Trump  y Elon Musk, propietario de Tesla y exdirector del recientemente creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), puesto al que renunció cinco meses después de su nombramiento, estalló en redes sociales. Todo comenzó cuando Musk criticó en X (antes Twitter) la nueva ley fiscal One Big Beautiful Bill Act, como una “abominación repugnante”.

En otra publicación también acusó: “El Congreso está llevando a Estados Unidos a la bancarrota”, dijo en otra publicación. Como respuesta,  Donald Trump retiró los contratos federales a las empresas de Musk como Tesla y Space X. La disputa ocasionó que las acciones de Tesla cayeran en un 14.7%, según reportó el portal de finanzas, Investor’s Business Daily.

La tensión entre ambos creció cuando  Elon Musk acusó públicamente a Donald Trump de ser parte de los archivos del abusador sexual, Jeffrey Epstein. Luego  eliminó varias de sus publicaciones. En respuesta, Trump declaró públicamente que no tenía intención de reconciliar su “amistad” con el propietario de Tesla.

Entonces, ¿la emoción es exclusiva de las mujeres y líderes como Trump y Musk actúan siempre desde la razón?

La relación entre liderazgo y masculinidad

Para Gabriel Morales, Coordinador de Fortalecimiento Institucional en GENDES, una organización que promueve la construcción de relaciones igualitarias, el altercado entre Donald Trump y Elon Musk expone con claridad  la contradicción y el estereotipo de la supuesta racionalidad del liderazgo masculino, pues desmontar la idea de que los hombres en posiciones de poder actúan desde la razón, la objetividad y la lógica,  y no desde los sentimientos y emociones.

“En situaciones de crisis como la que acaba de darse entre estos dos personajes, emerge con toda claridad la guerra de descalificaciones, las manifestaciones en sus respectivas redes sociales para poner en evidencia las supuestas fallas o traiciones del adversario que antes era una amistad tan próxima”, señala Gabriel Morales.

Según el experto, normalmente cuando los hombres asumen posiciones de poder se espera que controlen sus emociones, o al menos que no las demuestran abiertamente, pero hay ciertas emociones y expresiones que sí son socialmente aceptadas como el júbilo, cuando la agenda política marcha según lo planeado, o la cólera y la frustración cuando no. Todo lo demás se reprime, porque mostrar vulnerabilidad sigue siendo visto como una amenaza a la masculinidad.

Sin embargo, si estás emociones fueran expresadas por una mujer en un cargo similar, serían rápidamente tachadas de irracionales, inestables y no calificadas, y esto está completamente relacionado con el mito del liderazgo racional, pues el ejercicio de la racionalidad está directamente ligado a la “masculinidad”. 

Esto no sólo impone expectativas irreales de una supuesta “no-emotividad” masculina, sino que tienen repercusiones profundas en los hombres al negarse espacios legítimos para expresar y procesar sus emociones mientras se encuentran en una posición de liderazgo, como la impulsividad emocional, la falta de reconocimiento de las emociones propias y la falta de empatía con mujeres y personas que sí son conscientes de sus emociones

“Nos condenamos, vivimos y usamos el poder desde la racionalidad que oculta hasta a nosotros mismos nuestra emocionalidad, y desde esa perspectiva vivimos el poder con el pretexto de que es lo que conviene porque es lo más razonable, lo más lógico. (...) Salirse de ese guión, lo único que llevaría sería al fracaso y a hundirnos en la emocionalidad”.

Otras formas de liderazgo:

Entonces, ¿qué podemos hacer para hablar de liderazgo desde el reconocimiento de las emociones y no desde la masculinidad impuesta que asocia la racionalidad con la capacidad de mandar? El experto recomienda lo siguiente:

  • Promover el liderazgo empático y no violento para crear lazos comunitarios.

  • Liderar desde objetivos e inquietudes en común que sumen al bienestar de la comunidad que está bajo un liderazgo

  • Gestionar de una manera imaginativa, creativa y respetuosa que lleve al cumplimiento de metas compartidas de una manera más satisfactoria. 

  • No imponer desde el capricho o la arbitrariedad como líder.