Ir al salón de belleza a ponernos las uñas, a cortarnos el pelo, o asistir a una clase de zumba o baile, nos permite conectar con otras mujeres. En esos momentos cotidianos, la confianza florece, abriendo paso a conversaciones que van más allá del simple arreglo personal o el ejercicio. Estos espacios se convierten en verdaderos refugios, donde las mujeres comparten historias, preocupaciones y, a veces, incluso experiencias difíciles. 

Es precisamente esa conexión natural y esa confianza ya establecida entre mujeres, lo que el programa "¡Ni Sencillas, Ni Inseguras!" de Balance AC, una organización feminista que trabaja para que exista un entorno que permita a mujeres y adolescentes tomar decisiones libres sobre sexualidad, busca aprovechar para tejer lazos solidarios y hacer frente a la violencia de género. 

Este proyecto no solo busca visibilizar una problemática, sino transformar estos lugares comunes —como los salones de belleza, estudios de danza o puntos de venta— en puntos clave para la escucha, el apoyo y el acompañamiento a otras mujeres que atraviesan por casos de violencia de género y que encuentran en estas redes, un espacio de confianza. 

¿De qué trata “Ni sencillas, ni inseguras”?

En entrevista para La Cadera de Eva, Darinka Lejarazu, coordinadora de Libertad y Ambiente Seguro de Balance AC, explica que el programa se centra en ofrecer dos capacitaciones presenciales a mujeres cis y trans que realizan trabajo autónomo, como manicuristas, maquilladoras, masajistas, vendedoras por internet o instructoras de danza para acompañar a mujeres que atraviesan una situación de violencia de género. 

Balance AC ha identificado que estas mujeres autónomas ya están realizando, de una u otra manera, un trabajo de acompañamiento en casos de violencia. Como menciona Darinka: "Es muy típico que cuando nos vamos a hacer las uñas o que nos corten el pelo, pues ahí sale son espacios de conversación". Estos entornos se convierten, de una u otra manera, en lugares más seguros para las mujeres.

Mientras que una mujer que vive violencia podría no atreverse a acudir a una institución gubernamental, es mucho más probable que sí asista a una cita de belleza o a una clase

El programa aprovecha estas dinámicas ya establecidas, que ya funcionan como "centros de cohesión" donde se generan relaciones de confianza y amistades duraderas, para difundir derechos, ofrecer escucha, apoyo y acompañamiento a quienes experimentan violencia. 

Balance AC ve esto como una forma de compartir de ida y vuelta, donde se proponen herramientas, pero también se aprende de las valiosas experiencias que las participantes ya tienen.

Una característica fundamental del programa es su enfoque en las periferias de la ciudad. Se han establecido dos grupos de capacitación:

  • Uno en el suroriente, abarcando Tláhuac, Milpa Alta y Xochimilco.
  • Otro en el nororiente, incluyendo Nezahualcóyotl, San Vicente Chicoloapan y Chimalhuacán.

Esta elección estratégica se debe a que muchas iniciativas sobre violencia de género se concentran en el centro de la ciudad. Balance AC entiende que, por la naturaleza del trabajo de estas mujeres autónomas, puede ser difícil para ellas desplazarse a zonas céntricas (como la Roma o la Benito Juárez) para tomar una capacitación. 

Por ello, el proyecto busca acercar las herramientas a donde ellas viven y trabajan. Así, esos salones de belleza, estudios de danza o puntos de venta se convierten en el epicentro de una red de cuidado y sororidad.

Herramientas para el cuidado y acompañamiento

Las capacitaciones están diseñadas para que las acompañantes no solo apoyen a otras, sino que también se cuiden a sí mismas en el proceso. Se abordan temas cruciales como:

Protocolos de seguridad: para que las acompañantes no se pongan en riesgo físico, psicológico o emocional al acompañar a alguien.

Herramientas psicosociales y emocionales: para un acompañamiento basado en el cuidado y la corresponsabilidad, sin juicios. El objetivo es generar relaciones más horizontales y de cuidado, evitando frases como "qué tonta" o "te pasa esto porque tú lo dejas".

Herramientas legales para la denuncia: reconociendo que la denuncia es un camino válido y un derecho, aunque no sea el único ni el más fácil o el más obligatorio.

Además de la formación, el proyecto les entrega materiales impresos para que puedan compartir información relevante con sus clientas, compañeras y las mujeres de su entorno.

Darinka Lejarazu señala que Balance AC valora el tiempo y el trabajo de estas mujeres. Por eso, el programa ofrece varios beneficios:

  • Remuneración simbólica: reconociendo el valor de su tiempo y esfuerzo.
  • Taller de marketing digital: una masterclass gratuita para aprender a vender productos y servicios en internet y redes sociales, buscando mejorar sus ingresos y medios de subsistencia para ellas y sus familias.
  • Bazar para emprendedoras: se organizará un bazar en el que se reunirá a todas las participantes para que ofrezcan sus productos y servicios a la audiencia de Balance AC.
  • Apoyo económico para transporte durante los días de capacitación presencial.

¡Entre preciosas nos cuidamos!

El programa "¡Ni sencillas, ni inseguras!" se basa en una profunda creencia en la potencia de lo que se crea en colectivo. "No necesitamos que venga una institución grandota para cuidarnos, no necesitamos que venga el Estado a cuidarnos. Nosotras, entre nosotras, podemos obtener herramientas", afirma Darinka.

El objetivo no es solo señalar la violencia, sino también construir y visualizar las relaciones que sí deseamos: cómo queremos ser vistas, tratadas y reconocidas. Este proyecto busca reconocer a las mujeres autónomas como agentes de cambio en sus comunidades, ya que muchas ya realizan esta valiosa labor de escucha y acompañamiento de forma generosa y amorosa. El proyecto simplemente les brinda herramientas más estructuradas.

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