Palacio Nacional fue el escenario de la ceremonia inaugural de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se celebra en la Ciudad de México del 12 al 15 de agosto.

Organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y ONU Mujeres, el foro reúne a delegaciones de 46 países, así como a ministras, lideresas comunitarias, activistas y académicas, para debatir sobre igualdad de género, violencia feminicida, participación política, autonomía reproductiva y el derecho al cuidado, entre otros temas.

Este año, el eje central es la construcción de una “sociedad del cuidado”, un concepto que busca reconocer y redistribuir el trabajo de cuidados —históricamente realizado por mujeres sin remuneración ni reconocimiento— como un derecho humano y una inversión pública esencial para la sostenibilidad económica y social.

Las sesiones oficiales comenzarán el miércoles 13 de agosto en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Ese día, la CEPAL presentará su documento de posición “La sociedad del cuidado: gobernanza, economía política y diálogo social para una transformación con igualdad de género”, que marcará el tono del debate político y servirá de base para las discusiones entre delegaciones y sociedad civil.

Un arranque marcado por el simbolismo político

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, abrió la jornada calificando el momento como un “cambio civilizatorio” y destacando que Claudia Sheinbaum llega a la presidencia “con la mayor votación en la historia del país y con la voz de las mujeres de todos los rincones de México y América Latina”.

Subrayó que en el centro de su agenda están “las mujeres indígenas, las más pobres, las históricamente olvidadas” y advirtió que la verdadera liberación femenina “solo es posible si combatimos las grandes desigualdades económicas, de género y territoriales”.

La secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, reforzó la idea de victoria colectiva con la frase: “No llega sola, ¡llegamos todas!”. Aseguró que la presencia de una mujer en la presidencia debe traducirse en políticas tangibles para cerrar brechas salariales, erradicar la violencia y garantizar que el cuidado deje de ser una carga invisible.

Foto: Gobierno de México
Foto: Gobierno de México

Desde la CEPAL, su secretario ejecutivo, José Manuel Salazar-Xirinachs, recordó que el organismo ha acompañado por casi cinco décadas la construcción de la agenda regional de género, “única en el mundo” y guía para las políticas públicas que buscan garantizar los derechos y la igualdad de las mujeres en la región.

En su intervención, Claudia Sheinbaum reivindicó la lucha de generaciones: “No llegué sola. Llegamos con nuestras bisabuelas… con nuestras hijas”. Entre sus primeros compromisos en materia de género, mencionó la creación de la Secretaría de las Mujeres a nivel federal, la distribución de la Cartilla de Derechos de las Mujeres, la construcción de mil centros de cuidado infantil y la declaratoria de 2025 como el Año de la Mujer Indígena. También anunció que cada año se honrará a una heroína de la patria como parte de una estrategia para visibilizar a las mujeres en la historia oficial.

Entre el discurso y la realidad

El tono celebratorio de la inauguración contrasta con las advertencias de organizaciones feministas en eventos paralelos a la plenaria oficial. Amnistía Internacional, EQUIS Justicia para las Mujeres y la Red Nacional de Refugios recordaron que en México se registran, en promedio, 10 feminicidios diarios, que las políticas de cuidados siguen fragmentadas y que los presupuestos destinados a igualdad y combate a la violencia resultan insuficientes.

Oxfam e Intersecta, por su parte, advirtieron que, sin una reforma fiscal con perspectiva de género y una coordinación efectiva entre federación, estados y municipios, la llamada “sociedad del cuidado” corre el riesgo de quedar reducida a una consigna.

La ceremonia inaugural llega tras el Foro Feminista del 11 de agosto, en el que 32 redes regionales y decenas de colectivas nacionales e internacionales elaboraron una declaración política para exigir medidas urgentes en cuidados, democracia y erradicación de la violencia, en un contexto donde el avance de políticas de ultraderecha amenaza los derechos conquistados.

50 años después de Tlatelolco

Entre las asistentes estuvieron Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile; Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres; Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo; y lideresas comunitarias de toda la región.

La escena tuvo un peso simbólico. Mujeres ocupando los espacios más altos del poder político y diplomático, en el mismo país que en 1975 fue sede de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer.